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Paula moreno
Martes, 3 de agosto 2021, 00:28
La Comunitat Valenciana está llena de parajes naturales que asombran a todos aquellos que los visitan. La acción humana ha modificado estos paisajes y, en ocasiones, ha creado ecosistemas nuevos. Este es el caso de las presas, donde la acumulación de agua en medio de la naturaleza ha invitado a muchos a bañarse en embalses, explorar los bosques y montañas cercanos, y conocer el patrimonio histórico valenciano.
Un enclave primordial cuando se habla de pantanos es el embalse de Guadalest, ubicado en el municipio de Castell de Guadalest. Situado en la Marina Baixa, en el corazón de la escarpada orografía alicantina, esta presa se encuentra entre la sierra de Aitana, Xortà y Serrella. Sus aguas turquesas le han valido el nombre de la joya esmeralda, y su entorno invita al paseante a perderse entre montañas y monumentos como el Castillo de San José, desde el que se aprecia todo el pantano y su entorno.
Tanto el embalse como Castell de Guadalest son buenas opciones a la hora de hacer turismo. El visitante que se decante por el embalse podrá hacer senderismo. La ruta más simple recorre el perímetro del embalse, y comienza y acaba en el aparcamiento de la presa. Debido a que la mitad sud de la senda se hace por sombra, es posible explorar este camino entre pinares en verano. Existen otros caminos para los senderistas en buena forma, como el que parte de Benifató, al oeste de Castell de Guadalest, y llega a la cumbre de Aitana, la más alta de la provincia.
El municipio de Castell de Guadalest, declarado conjunto histórico-artístico en los 70, también merece una visita. El castillo de San José, una fortaleza del siglo XI, es uno de los monumentos más relevantes de la zona, y desde el cual se pueden apreciar vistas al embalse y las sierras que rodean el lugar. Además, el visitante puede recorrer alguno de los ocho museos que hay en el pueblo, desde el de belenes y casa de muñecas al de sales y pimenteros.
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En la zona se pueden hacer muchas más actividades. Se puede pescar, aunque es necesario tener licencia. También es posible hacer barranquismo en el Valle de Guadalest, espeleología y observación de aves, debido a que las montañas que rodean el municipio son zona especial de protección de aves (ZEPA).
Otro embalse que visitar en la Comunitat Valenciana es el embalse del Bosquet o Bosquet de Moixent, en la provincia de Valencia. Construido en el siglo XVIII, este lago artificial atrae a visitantes por su belleza y patrimonio histórico, lo que hizo que fuese declarado Bien de Interés Cultural en 1997. En la presa, el visitante puede bañarse o hacer senderismo por el entorno del lago, entre otras actividades.
Una ruta conocida es la que lleva a la Cueva de Pates, donde será posible encontrar pinturas rupestres protegidas por la UNESCO. Para llegar allí, será necesario salir del Bosquet y tomar la conocida como Senda del Vértigo, un camino de un kilómetro que discurre en paralelo al valle a gran altura. No obstante, el camino es seguro y está bien señalizado, además de que ofrece unas impresionantes vistas al valle.
Para aquellos que quieran conocer más la historia de la zona, un lugar que visitar es La Bastida de les Alcusses, un yacimiento íbero ubicado al sudoeste de la Serra Grossa, en el término municipal de Moixent. Es posible recorrer las calles de la ciudad íbera con un guía, y observar las murallas fortificadas que aún se conservan. Fue en este yacimiento donde se encontró el Guerrer de Moixent, una pequeña estatua de bronce que se ha convertido en símbolo de la prehistoria valenciana.
La flora de la zona es otro de los atractivos de este lago, una arboleda monumental que lo rodea, donde hay encinas y carrascas de más de doce metros de alto, así como árboles de 350 años. Por esta zona también están los restos de una nevera del siglo XVIII, así como una senda que lleva a la entrada del barranco del Bosquet, en cuyo abrigo se han encontrado pinturas rupestres.
Una tercera presa que visitar es el embalse de Ulldecona. Situado en el municipio de La Pobla de Benifassà, Castellón, es de más fácil acceso a través de la localidad de La Sénia, Tarragona. Su localización en las montañas de la Tinença de Benifassà, lejos de núcleos urbanos, convierten al embalse en un lugar perfecto para perderse en medio de la naturaleza. Cuenta con un área de picnic accesible para personas con movilidad reducida, el área recreativa de Ombries de Benifassà, además de con un hotel de montaña que cuenta con vistas panorámicas de la presa, el Molí l'Abad.
Se puede recorrer este lago gracias a las barcas y patinetes que se alquilan en el embarcadero del hotel. Además, también se puede practicar la pesca con muerte en todo el embalse si se dispone de licencia. Es un área muy visitada en verano, cuando es posible bañarse en estas aguas azul turquesa.
En el entorno del embalse se pueden visitar sitios como el Monasterio de Santa María de Benifassà, inaugurado en el 1250, el más antiguo de toda la Comunitat Valenciana, así como el Portell de l'Infern, un paso natural ubicado al noroeste de la presa. Para llegar a este, es mejor partir de Fredes, el municipio valenciano más septentrional.
Por la zona de este portal, también se pueden encontrar otras formaciones como la Cova de l'Aire, una cavidad excavada en la montaña de diecisiete metros de ancho por treinta de alto. En las tres presas mencionadas, el visitante podrá alejarse de puntos turísticos masificados y descubrir rincones poco conocidos de la Comunitat Valenciana.
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