El nuevo plan estrella del verano

Biodramina en mano para muchos, alquilar una embarcación es un plan que resulta ideal para inaugurar - o despedir -, el periodo vacacional. Es una opción que no solo es diferente, sino que además, se adapta perfectamente a la situación sanitaria en la que hay que evitar los grandes tumultos, pues permite alejarse y mantenerse en el círculo habitual de confianza.

Aunque para muchos parece algo imposible de hacer por su coste, Óscar López, dueño del negocio de alquiler de embarcaciones recreativas Alfa Náutica, explica que no es caro en absoluto. «Se trata de una actividad asequible a todos los bolsillos». Dice que el principal motivo por el que en España esta práctica no es tan común es porque se percibe como algo de lujo. «España está empezando a descubrir ahora el turismo acuático».

Entre las embarcaciones de las que dispone Óscar, se pueden mencionar los veleros, las motoras, e incluso bananas. El dueño del negocio expone que tiene todo tipo de embarcaciones. «En algunos casos es necesario tener licencia de navegación para poder alquilarlas, sin embargo, siempre está la opción de alquilar la embarcación y contratar un patrón para la jornada si no se quiere estar pendiente de todo o si no se sabe directamente».

Cuando le preguntamos a Oscar sobre qué público se interesa más en el alquiler de embarcaciones, afirma que en la época pre-COVID los más inquietos en surcar las olas eran los extranjeros. «Especialmente los que venían del norte».

Carlos Sanlorenzo, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas, (Anen), nos cuenta en relación al covid que «En el momento de mayor impacto de la pandemia, durante los meses de abril y mayo de 2020, cuando se decretaron las primeras medidas más restrictivas a causa del COVID-19, el sector náutico sufrió una caída de la actividad cercana al 60%, en línea con lo ocurrido en la práctica totalidad de los sectores empresariales en conexión con el turismo». A pesar de eso, defiende que el sector supo reaccionar a tiempo con la coordinación de ANEN y de las principales asociaciones sectoriales elaborando la Guía de Medidas para la reducción del contagio por el coronavirus SARS-CoV-2 para las 'Instalaciones náutico-deportivas y Actividades náuticas' que formó parte de los protocolos acordados con el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española) para el sector turístico, a instancia de la Secretaría de Estado de Turismo.

En lo que se refiere a este año, Carlos celebra que la naútica haya sido elegida de nuevo como alternativa a los planes invalidados por el virus, especialmente por el turista nacional. Así, Carlos defiende que aunque haya pandemia, «2021 está siendo positivo a pesar de que la rotura de stocks y problemas logísticos a nivel mundial están ocasionando retrasos en ciertas entregas de embarcaciones de recreo y componentes».

De esta manera, el consumidor demuestra estar interesado en este tipo de actividades. Desde el punto de Ángela Belda, alquilar una embarcación es una forma de descubrir cualquier destino desde otra perspectiva. «Es una forma de viajar y asegurarse la tranquilidad» pues según afirma, permite no mezclarse en tumultos y poder disfrutar la experiencia con los pocos que te acompañan.

Por su parte, María José Martínez, competidora de triatlones en campeonatos como el Ironman 70.3, quien es capitana de yate, cuenta que alquilar una embarcación permite al cliente no solo sacarse un título, «sino perfeccionar la técnica y tener la posibilidad de vivir experiencias distintas».

María José, que lleva ligada el mundo náutico desde 2019 y que ha sido nombrada Delegada Provincial de la Real Liga Naval Española afirma que el atractivo de alquilar una embarcación radica en la autonomía que concede el propio barco. «Desde el año pasado a causa de la pandemia esta ha sido una alternativa ideal a los viajes tradicionales pues permite evitar aglomeraciones en hoteles o restaurantes, y además, permite crear grupos burbuja, pues antes de partir se le hace un test de antígenos a cada uno de los miembros del equipo, y así, una vez se tienen los resultados se puede tener una convivencia tranquila sin mascarillas de por medio». A esto, la capitana añade que la posibilidad de fondear en cualquier cala es un valor añadido. «Cuando vas a una isla lo que quieres es ver calas. Puedes hacer planes y ver una para el amanecer, otra para comer, otra al atardecer… También puedes hacer planes complementarios como surfear, bucear…»

Con notable alegría, María José finaliza su declaración alegre de que al principio, a causa de la pandemia, la gente optara por subirse a un barco por mera curiosidad y sin embargo la experiencia les gustara tanto que un año después hayan repetido. «Sin quererlo, muchos han descubierto una nueva forma de vivir el verano y disfrutar».