Si te gusta pintar pero no sabes cuándo hacerlo este es tu plan perfecto. También lo es si llevas desde que saliste del instituto y dejaste las clases de arte o plástico sin tocar unas pinturas.
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Una copa de vino, un lienzo en blanco y pinceles son los únicos ingredientes que necesitas para dejar volar tu imagiación. Eso es Wine Gogh, la innovadora experiencia que ha aterrizado en el barrio de Ruzafa. Los apasionados del arte o del vino (o de ambos) no pueden perderse este plan, apto para todos los niveles.
Y es que no hace falta ser un excelente pintor para poder disfrutar del arte. No importa la edad ni el talento que se tenga, sólo las ganas de pasar un rato en buena compañía y disfrutar al máximo de esta experiencia.
En clases de dos horas y media impartidas por artistas, podrás aprender a hacer tu propio cuadro, desconectar de la rutina, disfrutar y expresarte mientras pintas, bebes vino y escuchas música.
Las personas interesadas en asistir tendrán la oportunidad de pintar mientras beben vino ilimitado. Si a alguno no le gusta el vino, hay agua ilimitada o puede traer la bebida de casa. Cada día se pinta un cuadro diferente en clases dirigidas paso a paso por un profesor de arte.
El centro se encuentra en la Calle Matías Perelló 39. Para acudir, es necesario reservar la entrada con antelación en el calendario de Wine Gogh.
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