Lo que me llevo a la playa

Transcripción

CONTESTADOR: Hola, en estos momentos no estamos en casa. Pero si quieres dejarnos un mensaje, lo escucharemos al volver de vacaciones. No te enrolles mucho, que esto no es un podcast.

MARTA: Uy, estoy tontísima llamándote. Se me había olvidado que me dijiste que empezabas vacaciones y no ibas a estar. Pero mira, he escuchado tu voz en el contestador y hace tanto que no dejo un mensaje a un cacharro de estos que he pensado. Pues mira, Marta, tú habla que seguro que al volver a casa le hará ilusión revisar los mensajes y que esto le diga: tienes un mensaje. Debe hacer la misma ilusión que abrir el buzón y encontrar una postal o una carta. Como siempre hay facturas…

En fin, que te llamo desde la playa. He llegado muy pronto, porque sabes que a mí me gusta mucho madrugar y venir a pasear. El mar estaba como un plato y la arena recién peinada. Me daba no sé qué pisarla cuando he llegado. Como si fuera cemento recién echado. Me he ido a andar por la orilla, que me relaja mucho, y luego he montado el campamento base, que no creas, me cuesta un rato.

Para empezar, a estas playas chulas a las que nos gusta venir, con el agua transparente, hay que venir en coche, que aquí no llega el bus. Y yo lo de conducir ya sabes que cada día lo llevo peor. Pero bueno, de otra manera tampoco podría traerme todos los trastos que necesito. Sí, necesito! Si no, imposible poder pasar unas horas aquí.

Nos hacemos mayores, eso es así. Yo ya no puedo venir a la playa sin silla y sin sombrilla. Bueno, y sin 20 cosas más. La silla es esa que compramos juntos porque había 2x1 en el super, te acuerdas?

De rayas rojas y blancas, que tiene un asa y una almohadita. Aún la tengo. Está un poco oxidada ya, pero me voy a esperar a cambiarla porque siempre que la uso me acuerdo de ti. Aquí la he puesto, cara al mar, porque ahora el sol está de espaldas y así me da la brisilla en la cara.

Pero vamos, un cuadro, porque le he colocado la toalla de los minions esa que nos dieron en el Mcdonalds el año pasado y cada vez que me baño se me vuela. Venir sola a la playa tiene muchos inconvenientes.

La sombrilla también está ya en las últimas. Estoy pensando en pillarme una nueva. O un toldo, de esos que ahora la peña instala como si se hubieran comprado una parcela de camping. Meten ahí debajo un piso.

Pero vamos, que la sombrilla este año me aguanta. Igual a final de verano, que ponen todo lo que ha sobrado más barato me pillo otra.

Y luego está la nevera, que la tengo aquí debajo de la silla, en el respaldo, para meter el agua y dos nesteas que me he traído para ir pasando la mañana.

He metido también un tupper de sandía, que siempre me refresca. Y para comer me he metido una ensalada de esas del super que no saben a nada. Total, que menos mal que voy a entrenar todo el año para tener brazos de Letizia porque si no a ver quién lleva todo esto. Porque luego en el capazo llevo más cosas.

Espera, no te corto, pero pongo un momento el teléfono en manos libres que me voy a echar bien de protección solar en la cara mientras y a coger el monedero, que me quiero tomar una cervecita en el chiringuito.

Lo de la crema del sol ya sabes que lo llevo a rajatabla. Luego normal que no tenga yo arrugas, pero es que me echo los 365 días del año. Y a la playa vengo con gorra. Parezco una famosa huyendo de los paparazzis.

Vale, ya me he embadurnado, voy para el chiringuito ahora que aún no hay mucha gente.

Es que con esto de la inflación, comer en la playa se ha puesto por las nubes, y yo ahora estoy en modo ahorro para cuando me vaya de vacaciones. Pero el aperitivo sí me lo voy a hacer, como una señora.

Ay, como quema la arena, joder. Y eso que llevo chanclas. No hay quien salga de debajo de la sombrilla. Espera un segundo.

MARTA: Hola. Me pones una cerveza y una bolsa de papas?

CAMARERO: ¿Lata o botellín?

MARTA: Lo que esté más frío.

A ver, yo ahora me tomo aquí la cervecita y las papas y después me pego un baño, me como la ensalada y una siestecita en la silla.

Porque por supuesto, también me he traído dos libros y un cuadernillo de esos de actividades para adultos. Pero estoy muy perezosa hoy. Me he metido en el bolso 'No me gusta mi cuello' de Nora Ephron, que encima ya me lo había leído, y un tostón de relatos cortos que no me apetece nada. Así que ahí se van a quedar. Me tenía que haber traído el ¡Hola! , que la primera idea es la que vale. Ya no tiene remedio.

Joder, qué buena está la cerveza fría con unas papas en la playa. Es que no sabe igual.

Espera, que voy a pagar.

¿Me cobras?

CAMARERO: 6 euros

MARTA: Gracias.

Joder, 6 euros. Ni que hubiera roto algo….

Lo que te decía, está todo por las nubes este año. Y lo que está barato, sale caro. Llevo un bikini que me he comprado en las rebajas, que me costó la mitad de precio y lo he estrenado hoy. Y claro, me he dado cuenta de que la mitad de precio es porque tiene la mitad de tela, porque solo me cabe medio culo. Cada día los hacen más pequeños. O yo cada día estoy más señora. Que también puede ser.

En fin, antes de colgar, te voy a poner un poco el sonido de las olas, para que puedas oirlas.

Hale, siempre tiene que haber alguien que te fastidie el momento

A la próxima, en el carro que necesito para venir a la playa echaré también unos cascos. Pero de esos que les ponen a los niños en los festivales. Para no escuchar nada. O me pondré el sonido del mar mientras miro el mar.

Bueno, te cuelgo, que no sé si los contestadores aún van con cinta, pero si es así, te la voy a gastar.