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El contestador | Episodio 3
La mejor verbena del verano
Transcripción
Contestador: Hola, en estos momentos no estamos en casa. Pero si quieres dejarnos un mensaje, lo escucharemos al volver de vacaciones. No te enrolles mucho, que esto no es un podcast.
Marta: Hola. Veo que el viaje sigue. Qué suerte tenéis, os lo estaréis pasando fenomenal, porque no me sale que hayáis leído ni un whatsapp. Yo estoy ya a punto de morir de agotamiento, de aburrimiento y de calor. Agosto se me está haciendo ya un poco bola y eso que llevamos 11 o 12 días.
Pero bueno, me he venido con dos amigas al rincón de Ademuz a pasar el fin de semana porque hemos visto que tocaba aquí una orquesta que le gusta a una de ellas y no nos lo hemos pensado. Encima, venirse a un pueblo de interior tiene sus ventajas. No hay mucho problema para reservar algo de última hora para dormir y por la noche refresca.
De camino, me he dado cuenta de que estamos a un paso de entrar en mi provincia, en Cuenca. Se me había pasado. Imagina cómo tengo la cabeza. Pero bueno, hemos llegado hace un rato, hemos picado algo en el bar de la plaza y estamos aquí empezando la verbena.
¿te puedes creer que hemos venido aquí porque mi amiga Amparo es megafan de las orquestas? Si te digo la verdad, con tanto lío ya no sé si hemos venido a ver a la Pato o a la Montecarlo, porque sé que son las dos que le gustan y de tanto hablar ya me he perdido. Pero vamos, es muy guay venir a las fiestas de un pueblo aunque no conozcas a nadie. Siempre haces amigos. El año que viene seguro que ya tenemos casa, ya verás.
Yo nunca he tenido pueblo, pero varias de mis amigas de Cuenca sí y he ido a mucha verbena. La verdad es que me gustan. Son divertidas. Y estar al aire libre en las noches de verano es un planazo.
Las fiestas de los pueblos son siempre muy guays, porque hay mucha gente que no se ve el resto del año que vuelve para pasar unos días con su familia y reencontrarse con amigos o conocidos. Es como cuando yo vuelvo a casa en Semana Santa, que veo a gente con la que iba al colegio o al instituto y a veces me cuesta reconocerlos.
A ver, es que siendo sincera, e igual un poco maligna, yo me veo mucho mejor. Más joven, mas moderner. A veces me cruzo con gente que venía a mi clase y van ya con carros de bebés y niños criados. Y siempre pienso, ¿pero por qué tienen hijos ya?. Pero claro, luego me doy cuenta de que el año que viene cumplo 40 años y que yo a mi ginecóloga le parezco ya una anciana. Pero bueno, es lo que tiene sentirse joven, jaja.
Si me escuchas raro es que me estoy comiendo un heladito, que me apetecía antes de ponerme a darlo todo. Estábamos sentadas en la terraza del bar de la plaza y esto parecía un programa de esos de Telecinco de reencuentros. Abuelos con nietos, amigos con amigos, primos con primos. Ahora que digo primos. Primos, la película, hizo mucho por idealizar las fiestas de los pueblos eh. Con los backstreet primos subidos al escenario. A mí siempre me han gustado, porque sirven para socializar. Y no nos engañemos, cuando éramos adolescentes, eran sitio de ligoteo. Ahora yo las veo como la fiesta de después de una boda. El típico sitio en el que darlo todo y echarte unos bailes con las canciones que te sabes. Mira, esta que suena ahora, por ejemplo
Saturday night nanananananananan. Ahí con su baile y todo. Esta pegó super fuerte en mi época. Ahí con toda la verbena haciendo la coreografía a la vez. Ahora creo que esta versión la ha hecho Aitana, la de OT. Y ya no dice Saturday night, ahora es algo así como CON LAS BABIES……Si es que todo vuelve!
En una verbena es que te lo pasas super bien eh. Te desinhibes. No habré hecho yo a veces el trenecito y el baile de coyote dax ese de NO ROMPAS MÁS, MI POBRE CORAZÓN.
La noche tiene como momentos eh. Siempre cantan alguna del último de la fila, para cerrar la de Mago de Oz esa de Ponte en pie alza el puño y ven…Ahí ya te has tomado todas las copas de la barra que ponen.
Luego, Sonia y Selena. Y alguna que te toca la fibra. En mi caso, las del Canto del loco, que me recuerdan al primer novio que tuve. Ahí, como te hayas tomado tres rones con coca cola te viene el momento bajona. Pero entonces te rodean tus amigas y se produce el momento exaltación de la amistad.
La música en directo es una de las mejores cosas del verano, la verdad. Los conciertos, las verbernas. Para mí, la música es como un billete de tren directo al pasado. Hay canciones que escucho y me llevan a momentos de mi vida super marcados. Creo que nos pasa a todos. Oyes un estribillo y zas, te vas al año catapun, a una fiesta de un pueblo como este, o a un concierto de no sé quién, o a la final de OT 1. O al día que me vacunaron en Jubiocio, que sonaba Lola Índigo. Pocas cosas son tan magnéticas. Luego, hay canciones que me dan nostalgia, o que me ponen triste. Pero es muy gracioso porque me encanta escuchar las tristes. A veces se puede estar feliz estando triste. Me pasa por ejemplo cuando escucho Ágarrate fuerte a mí, María, de Los secretos. Y me recuerda a una escena de una peli en la que un padre y una hija la bailan en una verbena como a la que yo voy.
De hecho, te voy a dejar, que me estoy perdiendo la fiesta. Me he venido aquí a una calle al lado del escenario para poder dejarte este mensaje y acabar de comerme el helado. Hay un montón de señoras con sus típicas batetas esas de flores que son fresquitas, dándose aire con su abanico, senadas a las puertas de sus casas, en sillas de esas de camping, hablando con las vecinas. En unos años tú y yo seremos ellas. Lo veo clarísimo. Quién sabe, igual acabamos viviendo en un pueblo y organizamos las fiestas.
Pero bueno, para eso aún queda. Te voy a dejar, que tengo que darlo todo. Me he echado un enantyum en el bolso, que las resacas son cada vez peores…
Ay, mira, me voy corriendo que están tocando una de la Rigoberta y me encanta, que me recuerda al primer Benidorm Fest. Ves, todo siempre recuerda a algo.
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