Fabra, Cañete y González Pons, ayer, durante la convención regional del PP.

El PP vincula el tripartito con el independentismo catalán más radical

González Pons coincide en Castellón por primera vez en la precampaña con Arias Cañete, que demanda a los populares valencianos que movilicen a sus votantes

David Burguera

Martes, 29 de abril 2014, 20:57

Alejandro Dumas escribió, entre novela y novela, que «no hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor», y la inquietud respecto a lo que pasará con Cataluña y los que apoyan el independentismo más radical se asomó ayer en buena parte del discurso de los populares en Castellón. Era la primera vez que compartían tribuna electoral González Pons y Arias Cañete, el valenciano número dos y el ministro número uno de la lista para las europeas del PP, en un teatro Raval manifiestamente insuficiente para los convocados. De toda la cúpula popular valenciana sólo faltó uno, Alfonso Rus, único presidente provincial popular de la Comunitat que no acudió a una cita en la que se apuntó hacia el norte, hacia Cataluña, hacia el independentismo, hacia los manifestantes que defienden la unidad de la lengua y hacia los partidos de la oposición valenciana englobados en el tripartito (PSPV, EU y Compromís) por considerarlos continuistas del nacionalismo catalán.

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A excepción del ministro, con un discurso de corte nacional (irónico, muy afilado hacia el Gobierno de Zapatero, la herencia recibida y sus herederos en la cúpula socialista), el resto de las primeras espadas, tanto González Pons como Alberto Fabra, pusieron la proa hacia el nacionalismo catalán, su vinculación con el tripartito y la vertiente negativa que le asigna el PP a tal ideología, tanto para la Comunitat como para España y su papel en Europa.

El principal comentario de Arias Cañete sobre la Comunitat fue cuando consideró que, contra la habitual abstención en las elecciones europeas, «la receta es la movilización», y el ministro recordó que «en la Comunitat tenemos muchos votantes y debemos movilizarlos desde los presidentes locales, alcaldes... para que España sea fuerte en la UE». Anteriormente, se escenificó un diálogo sobre las propuestas del PP y se vaticinó que en las elecciones lograrán hasta 25 escaños (mejorando los resultados de las últimas europeas). En el último tramo de esa escenificación llegaron Arias Cañete, González Pons; el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que saludaron antes de sentarse y escuchar ya la primera andanada antinacionalista, cuando se solicitó en Bruselas un gran peso del PP europeo, «lo mejor para la unidad de España», una defensa que los socialistas «no harían nunca».

La intervención de González Pons arrancó explicando la diferencia entre «ser valenciano y llamarse Valenciano». No fue la única puya contra la candidata del PSOE, más bien fue la más sutil.

«En la Comunitat, hablar de España hoy es casi más importante que hacerlo en ningún otro lugar. Si los independentistas, si los políticos catalanes se salen con la suya, la frontera de la UE no estará en Vinaròs, sino que se abrirá un gran vacío que llegará hasta el Pirineo. Nosotros que apostamos por el Corredor Mediterráneo, por la Unión Europea y por la comunicación, somos lo primeros interesados en que el debate sobre la unidad de España sea un diálogo dentro de la ley, porque los del tripartito de aquí, además, acaban siguiendo los pasos de los nacionalistas de allí», indicó Esteban González Pons, quien además demandó al PSOE que defienda esa unidad. El número dos de la lista popular europea aseguró que va a Bruselas no porque hable inglés, sino porque habla valenciano, y se refirió a los manifestantes que le abroncaron en la puerta minutos antes: «Había una manifestación de gente que nos insultaba, coartando nuestra libertad de venir a hablar en libertad de política. Eran cuatro gatos, pero daban miedo. Decían 'País Valencià, parla català' y si no vais a votar, ellos ganan las elecciones».

Alberto Fabra, muy crecido en el cierre de la convención regional («se nota que juega en casa», decían los analistas populares de la campaña), recalcó la necesidad de una «España fuerte», y afirmó que «no se puede defender los intereses en Europa si uno no se siente valenciano ni español». También aseguró que era equivocado «hacer como los que estaban ahí fuera, porque no cabe apoyar a ningún partido que lo único que quiere son sentimientos independentistas, separatismo y radicalismo», ese 'peligro desconocido' temible, que escribió Dumas y que ayer imperó en los discursos populares.

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