J. C. F.
Sábado, 13 de septiembre 2014, 00:02
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, estuvieron reunidos ayer durante cuatro horas en Moncloa. El encuentro, que sólo se hizo público una vez que había finalizado, sirvió para abordar «entre otros temas, la situación política española y valenciana», según el comunicado difundido al término del encuentro.
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La Secretaría de Estado de Comunicación fue la encargada de informar de la reunión con un comunicado oficial en el que incluyó además, y por expresa petición del presidente popular, varias fotografías e incluso un vídeo. En las imágenes se puede ver a Rajoy y a la alcaldesa mostrar una complicidad que, pese a ser ya conocida, ayer se quiso hacer más evidente si cabe.
De hecho, el guiño de Rajoy con Barberá es de tal magnitud que refrenda el análisis de que la alcaldesa de Valencia es, a ojos del presidente del Gobierno, el referente indiscutible del PP valenciano. Un gesto de complicidad con la alcaldesa de Valencia que se produce, además, cuarenta y ocho horas después del anuncio de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, de no repetir como candidata en 2015. A los ojos de Génova, la decisión de Botella convertía en imprescindible la continuidad de Barberá como candidata a la alcaldía en Valencia.
El protagonismo que Rajoy quiso dar al encuentro con la alcaldesa de Valencia deja más en evidencia si cabe la ausencia de Alberto Fabra. Pese a que el entorno del presidente aseguró ayer que el líder del PPCV era conocedor del encuentro, su ausencia en una reunión de este tipo, unida al cariño dado por el presidente a la alcaldesa, constituye un gesto que la totalidad de los cargos populares consultados ayer por este diario coincidieron en reconocer que deja tocado el liderazgo del presidente popular. El encuentro se produce, además, en pleno debate sobre la ratificación de Alberto Fabra como cartel electoral del PPCV en 2015.
Hace hoy ocho días, el presidente valenciano volvió a reabrirlo al proclamar durante su intervención en la cena de inicio de curso en Alquerías que tenía «más ganas y más fuerza que nunca» para ganar las próximas elecciones. Las palabras de Fabra no sirvieron para contener un debate sobre el que Madrid ha evitado hacer gesto alguno. Todo lo contrario: en la reunión de la dirección nacional del PP del pasado lunes Rajoy advirtió a sus barones que cumpliría los plazos legales en lo que a proclamación de candidatos se refiere. Una referencia que aplaza probablemente hasta después de marzo cualquier decisión sobre los carteles electorales.
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El debate sobre la candidatura de Fabra se ha instalado con fuerza en el seno del partido. Los gestos de la dirección nacional del PP con el líder valenciano vienen reflejando una falta de complicidad que no se escapa a los ojos de los barones del partido. La indefinición de Génova sobre el cartel electoral, el no a la reforma de la financiación autonómica o la negativa del ministro Montoro a reunirse con los empresarios valencianos como reclama Fabra son los gestos más significativos de esta frialdad de Madrid hacia el líder valenciano. «A Fabra se le están enviando las mismas señales que a Ana Botella», reflexionó ayer un cargo popular en referencia a cómo se dejó en evidencia la autoridad de la alcaldesa de Madrid con las especulaciones sobre su candidatura hasta que ésta acabó por renunciar.
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