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El portavoz socialista, Antonio Torres, muestra una foto de Castedo y Fabra saludándose.

Un discurso para tres portavoces

Critican los recortes, dan por hecho el cambio de gobierno tras las elecciones y sólo EU ataca al presidente por el 'caso Valmor'

F. RICÓS

Miércoles, 24 de septiembre 2014, 00:03

La decisión del presidente Fabra de contestar a la vez a toda la oposición dejó descolocados a los portavoces del PSPV, Compromís y EU, Antonio Torres, Enric Morera y Marga Sanz, respectivamente. Eso supuso considerar a todos ellos uno solo: visializar el tripartito. El discurso de las fuerzas de la oposición sonó como la misma canción de fondo con algún acorde distnto.

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La base principal de la intervención de los tres portavoces fue la infrafinanciación valenciana por parte del Gobierno central. Un asunto que el jefe del Consell dejó para su réplica. El síndico socialista, Antonio Torres, animó a Fabra a que se convierta en un problema para Rajoy y que reclame al Gobierno en los tribunales la mejora de la dotación económica. El líder de Compromís, Morera, se mostró de acuerdo con Torres: «Sería denunciable» ante los tribunales. Pero fue un paso más allá: planteó acordar con el Gobierno «un concierto económico responsable».

Sanz, la síndica de EU, incidió en la mejora de la financiación, en reclamar la deuda histórica y en criticar el cuarto aplazamiento en el Congreso de la última reforma del Estatuto, aprobada por Les Corts en febrero de 2011, en la que se incluía la supuesta obligación del Gobierno de invertir en la Comunitat.

Los tres portavoces dejaron sentado que tras mayo de 2015 la Comunitat tendrá un nuevo gobierno. En lo que no se pusieron de acuerdo es en cómo será. Antonio Torres habló de Ximo Puig, el candidato socialista a la Generalitat, como presidente. Enric Morera incluso planteó una docena de acuerdos para después «del último domingo de mayo», pero si quiere optar al cargo debe pasar por las primarias frente a Mónica Oltra, a las que no se ha presentado. El de Morera es el caso de Marga Sanz, que no ha anunciado si optará a encabezar la lista de EU frente a Ignacio Blanco. Podemos o Guanyem están en la recámara de un pacto de las formacione de izquierda.

Casi toda la oposición aplaudió las primeras palabras de Marga Sanz, cuando se congratuló de la retirada de la ley del aborto anunciada por el Ejecutivo central. Los populares se mostraron impasibles.

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Los portavoces del supuesto tripartito coincidieron en argumentar sobre «el fracaso» de la línea roja del presidente Fabra. Morera anunció que creará una oficina anticorrupción para controlar, por ejemplo, toda las contrataciones de Feria Valencia y retó al jefe del Consell a expulsar a Sonia Castedo del PP. Torres instó a que la alcaldesa de Alicante sea destituida, mientras Sanz fue más genérica: le dijo a Fabra que él es incapaz de decirle a Castedo a la cara «que se vaya».

La más contundente en esta materia fue Sanz, que pidió la destitución del presidente de Les Corts, Juan Cotino, y advirtió a Fabra de que tenía un problema con sigo mismo con el 'caso Valmor' -un asunto que preocupa en el Palau-: «Quizá será usted víctima de su propia línea roja». Compromís también lo mencionó pero no incidió.

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En el PSPV algunos diputados reconocieron la equivocación estratégica en el debate al no haber hecho bandera del 'caso Valmor'.

La oposición buscó golpear el hígado político de Fabra. «Deje de hacer pasillos en Madrid para lograr la candidatura», afirmó Sanz, mientras le restregaba que el presidente Rajoy recibía a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. «Sólo intenta ser nombrado candidato», recriminó Morera a Fabra. «Condiciona sus actuaciones a un único objetivo: conseguir que Rajoy le designe candidato», quiso afear Torres.

Y mientras EU anunció la potencial reapertura de una comisión investigadora del accidente del metro, Compromís manifestó que les dará la medalla de la Generalitat si tiene posibilidad de hacerlo.

Con la reapertura de RTVV, decisión unánime. En cuanto a recortes, Torres los centró en sanidad y educación, Morera incidió en que Fabra «es obediente» al aplicar «políticas de austericidio» y Sanz se mostró dispuesta a «acabar con los conciertos» en Educación y Sanidad, algo que ni nombró el portavoz socialista, que sí propuso aumentar la inversión en la enseñanza hasta un 7% del PIB.

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La otra gran diferencia fue económica. Torres cofía en autónomos y empresas «para crear empleo», algo que no nombró Morera ni tampoco Marga Sanz.

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