El PPCV emplaza a Génova a forzar ya la salida de Sonia Castedo del ayuntamiento

valencia/Alicante. La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, imputada en dos causas judiciales del 'caso Brugal' relacionadas con tramas urbanísticas, logró la fotografía con el Rey el pasado lunes, durante la inauguración del XVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, pero ayer no asistió a la clausura de este encuentro patronal y el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, no se tuvo que ver en el trance de tener que saludarla y hacerse la foto.

Castedo alegó una indisposición para no asistir al acto y eludir la foto con Rajoy, aunque en su lugar acudió el vicealcalde de Alicante, Andrés Llorens, imputado por presuntas irregularidades en las obras de remodelación de una plaza de la ciudad.

Mariano Rajoy llegó al lugar donde se celebró el encuentro empresarial sobre las una y cuarto y hasta poco antes de que se iniciara el acto de clausura no se confirmó la ausencia de la alcaldesa de Alicante.

La pasada semana el presidente del PPCV y de la Generalitat, Alberto Fabra, aseguró que el encuentro resultaría incómodo, pero los populares valencianos no lograron eludir el encuentro de la alcaldesa y Felipe VI. Fuentes consultadas consideran que desde Madrid se indicó a la alcaldesa de Alicante que ayer no buscase el encuentro con Rajoy, pero no le indicaron nada sobre su presencia ante el Rey el día de la inauguración del congreso empresarial.

Otras fuentes del PP valenciano, sin embargo, incidieron en que fue tal el vacío que las autoridades presentes en la inauguración del congreso de empresas familiares le hicieron a Sonia Castedo -Felipe VI le dio la mano pero el presidente Fabra o el delegado del Gobierno, prácticamente ni la miraron- que ayer optó por no asistir para que no se repitiera una situación.

Los populares valencianos tiene muy claro que Sonia Castedo se ha convertido en un problema «no solo para los votantes del PP en Alicante y para el partido, sino para toda la ciudad». El pasado lunes la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, reconoció que «mantenerla provoca más desafección» ciudadana.

El problema que tiene el PP es que Sonia Castedo «no quiere irse» de la alcaldía de Alicante, reconocen dirigentes del partido, y cuanto más se le presiona para que desista, más se aferra al cargo.

Desde la calle Quart se considera que la salida de Castedo de la alcaldía de Alicante es un asunto en el que la dirección nacional del PP «debe tomar cartas» y forzar que deje la alcaldía.

«Sonia Castedo ya ha asumido que no será la candidata del PP a la alcaldía de Alicante. Le ha costado, pero tras las palabras de la secretaria general del partido, no le queda otra», aseguraron. Dolores de Cospedal afirmó el lunes que Sonia Castedo no repetirá al frente de la lista del PP, aunque también dijo que su caso no es comparable a los imputados del 'caso Púnica'.

Las mismas fuentes indicaron que «lo inteligente» sería que la alcaldesa abandonase, «pero cuanto más se le presiona para que decida por ella misma, más se enroca. Por eso habrá que dar un golpe sobre la mesa y tomas decisiones drásticas», señalaron desde el entorno de la dirección regional del PP.

El pasado lunes el presidente provincial del PP alicantino, José Císcar, ya indicó que desde la organización provincial no se opondrían, sino que colaborarían si la regional decidiese «llegar más lejos». Ahora la regional apela a la dirección nacional. Al fin y al cabo es el comité electoral nacional el que da el visto bueno a los candidatos a las alcaldías de poblaciones de más de 20.000 habitantes. Y Castedo recibió en su día el visto bueno de Génova para encabezar la candidatura popular.

¿Una moción de censura contra la alcaldesa de Alicante? Sería una opción, pero no la única. Y, además, se convertiría en todo un espectáculo para la capital alicantina.

Otra opción de salida que se baraja, menos ruidosa que una moción de censura, es que Génova o un representante de la dirección nacional del PP convoque a los concejales populares de la ciudad de Alicante para que le hagan ver a la alcaldesa que no cuenta con su apoyo y, de esta forma, obligarla a abandonar el cargo, aunque se quedase como concejal de a pie.