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D. Burguera
Martes, 21 de abril 2015, 21:07
Minutos antes de la Nochebuena de 2014. Xàtiva. El móvil de Alfonso Rus suena. Es su mujer, que quiere saber dónde está. El alcalde setabense está frente a un portal. Le acompañan Emilio Llopis, su lugarteniente alcalde de Genovés, y Rafael Soler, alcalde de la Pobla Llarga y también de la máxima confianza del presidente de la Diputación de Valencia. El portal es el de la casa de los padres de Marcos Benavent. Rus le busca y piensa que en una noche como esa acudirá a cenar con su familia.
La fiscalía anticorrupción anunció el miércoles ante el juzgado una presunta trama de corrupción en Imelsa. El exgerente de la entidad, Marcos Benavent, está acusado de crear una empresa pantalla.
Rus sabe perfectamente quién es Benavent, y eso es lo que más duele a un dirigente que siempre presume de buen olfato político. Sin embargo, no logró detectar el desabarajuste propiciado por un exconcejal suyo, alguien en quien deposita su confianza desde hace 20 años. Benavent milita en el PP desde 1995, año en que se estrenó como concejal de Juventud en Xàtiva. Hasta 1999, y en la siguiente legislatura, de Feria y Fiestas. Hasta 2003. El alcalde conoce tanto a su familia como a la de su exmujer.
Acaba 2014 y no hay manera de que el presidente compruebe los rumores sobre los presuntos asuntos turbios que protagoniza Benavent. El aún gerente de Imelsa (desde 2007 hasta el pasado mes de enero) no coge el teléfono. Rus había recibido la voz de alarma por parte del exsuegro del ahora imputado. Benavent es «simpático, extrovertido, hablador, aunque no muy serio», según excompañeros de la carrera de Derecho que Marcos empezó (pero no acabó) tras pasar por el Instituto Josep Ribera de Xàtiva. De buena familia, es "un bon xic", recuerda uno de sus profesores de Bachillerato. Pero a veces se pasa de alegre. Como aquella vez que, en plena Fira de Xàtiva, el torero Enrique Ponce hizo un gesto de contrariedad porque en la barrera del coso, allí donde estaba Benavent, se formó un revuelo en el que, recuerda un alto dirigente del PP, tuvo que mediar la autoridad. El concejal de Fiestas a veces era demasiado festero. Tanto, que el alcalde se cansó del talante espléndido de Benavent, que montaba eventos musicales tan potentes como de elevado presupuesto. Benavent deja el Ayuntamiento en 2003. Fuentes del PP señalan que otro dirigente popular, Vicente Burgos, le encuentra hueco en la Fundación Jaume II El Just; sin embargo, Marcos vuelve a aproximarse a Rus, que lo situó al frente de Imelsa en 2007.
En el portal de la casa familiar de Benavent, en vísperas de Nochebuena, Rus no da crédito. Ignora cómo es el pufo y su tamaño. Ayer, emocionado, se lo reconocía a los diputados del PP en la institución provincial mientras hacía cuentas y especulaba que, quizá, el dinero que investiga la fiscalía provenga del gasto corriente en camisetas, botellas de agua... Los populares aseguran ser los primeros sorprendidos, si bien antes de que la fiscalía hiciese públicas sus pesquisas, en el PP ya se sentían incómodos ante algunos destemplados comentarios de Benavent, que incluso daba la razón a Podemos en sus acusaciones sobre la casta. El exgerente comentaba supuestamente indignado que por culpa "de Rato" y de los casos de corrupción "nos vamos a ir todos a la calle". Polemizaba a menudo con pesos pesados del partido, aludía al movimiento de indignados del 15-M y "daba lecciones de moralidad en cuanto te veía", según fuentes de la Diputación.
En la cena navideña organizada a mitad del pasado mes de diciembre por Imelsa, y en presencia del propio Rus -ya le había pedido que dejara el cargo-, Benavent tomó la palabra y ofreció un discurso que sonó a despedida e incluso llegó a pedir disculpas por sus "posibles errores".
Por fin, Benavent aparece. Rus tenía razón y Marcos volvía a casa por Navidad. El presidente le pide explicaciones allí mismo, en la calle, pero el que fuera hombre de su confianza baja la cabeza y musita que no tiene nada que decir. Esta muy delgado. No aparenta 43 años, sino algunos más. Entra en el portal. Vuelve a desaparecer y así sigue, hasta hoy.
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