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Marta Hortelano
Jueves, 30 de abril 2015, 21:15
Su paradero es todo un misterio, los tres están en el epicentro de causas de corrupción y todos ellos han decidido poner tierra de por medio con la justicia valenciana. José María Tabares, Jorge Ignacio Roca Samper y ahora Marcos Benavent han decidido eludir sus cuentas pendientes con los juzgados y ocultar su paradero en distintas circunstancias.
El último, el exgerente de Imelsa, ha decidido mantenerse oculto a pesar de la tormenta judicial que amenaza estos días a la corporación provincial. Marco Benavent está, según fuentes judiciales, "localizado y con posibilidades de ser extraditado" según recogió esta semana Europa Press. Pero lo cierto es que de momento sólo se le ha citado a declarar como imputado a raíz de la denuncia presentada en el juzgado de instrucción número 6 por parte de la propia Diputación. Después de practicar las diligencias necesarias, el juez le remitió la citación pero, según fuentes judiciales "no está contestada". Aunque el juzgado "no tiene constancia de que exista orden de busca y captura contra él", lo cierto es que las especulaciones sobre su destino actual pasan por casi todo el globo terráqueo. Desde Asia a un país de Sudamérica. Lo cierto es que desde su dimisión forzada, nadie ha vuelto a saber nada de él. No es un prófugo, pero por el momento no ha podido ser localizado por la justicia. Eso sí, aunque físicamente haya desaparecido, ha dejado un buen número de conversaciones grabadas que ya han sido puestas en conocimiento de la fiscalía. En ellas, según fuentes conocedoras de su contenido, se escucha al exgerente hablando con numerosos cargos de la Diputación y de la empresa pública, que podrían comprometer a más de un diputado. Tanto su exsuegro como el grupo de EU han puesto en conocimiento de Anticorrupción más de diez horas de grabaciones, pero no está confirmado que se hayan incorporado a la investigación.
Pero, el primero en abrir la veda de las espantadas fue el director general del Instituto Valenciano de Exportaciones (IVEX), José María Tabares. El empresario puso rumbo a Japón hace ahora quince años para evitar rendir cuentas con la causa judicial por un delito probado de manera continuada por el que fue condenado a cinco años de prisión. La pena, ahora prescrita, le permitiría volver del país nipón, pero lo cierto es que de él, nunca más se supo. Tabares, junto al empresario francés Jean Luc Lagier había llevado a cabo desde 1995 una operación para generar derechos de exportación para vehículos a Túnez por lo que "habían causado una deuda por un importe de 3,2 millones de euros que había percibido Lagier contra una cuenta del IVEX". Y ambos idearon una nueva operación en 1998 para obtener fondos y poder pagar la deuda con letras de cambio avaladas a nombre del instituto. Al exdirector prófugo le queda pendiente el juicio por el caso Julio Iglesias, que es paralelo al caso IVEX.
Japón no tiene acuerdo de extradición con España, por lo que Tabares eligió ese destino desde donde se sabe que dio clases en una universidad de Tokio.
Otra pieza clave en una de las mayores tramas de corrupción de la Comunitat, la que afecta al desvío de fondos de la depuradora de Pinedo, es el empresario Jorge Ignacio Roca Samper, también huido de la justicia. Sobre é pesa una orden de busca y captura y se le considera una pieza clave en todo el entramado para desviar dinero de Emarsa. Roca controlaba varias empresas pantalla que facturaban por el supuesto tratamiento de lodos. Sin embargo, no prestaban ningún servicio. Sólo eran instrumentos al servicio de la trama para "sacar" el dinero y posteriormente distribuirlo entre sus miembros. El imputado realizó desde Erwinin -firma que recibió más de diez millones de Emarsa- un traspaso de cerca de un millón de euros a la sociedad francesa Lot Monopoly, que figura a nombre de quien pudiera ser la pareja del empresario. Esta firma se dedica, en principio, a la localización de terrenos y otros bienes inmuebles. Además, la titular de la sociedad también recibió otros 24.000 euros de la misma cuenta de Roca.
Durante el interrogatorio a su pareja, la única persona en prisión por este caso, hubo una pregunta clave "¿Estaba usted en Bucarest el día 31/07/2012 y voló a Barcelona acompañada de su hijo?" Fue la primera vez que se acogió a su derecho a no contestar. ¿Qué se esconde tras esa misteriosa visita a Rumanía? Se podría pensar que quizá Roca pueda estar refugiado en ese país. O puede que quedaran allí para verse. Y la hipótesis cobra todavía mayor peso si tenemos en cuenta que el empresario, en teoría, no ha conocido a su hijo. Huyó cuando su mujer estaba embarazada.
Además, la relación de Rumanía con Emarsa es de sobra conocida. Numerosos imputados viajaron al país para supuestamente buscar oportunidades de negocio en aquel territorio. Nadie supo nunca nada acerca de aquellas gestiones y su objetivo.
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