Català y Bonig toman posiciones en la carrera para liderar el nuevo PP

Ni veinticuatro horas. El pistoletazo de salida que Alberto Fabra dio el martes pasado a la carrera sucesoria para liderar el PP valenciano -con su anuncio de que no optará a la reelección en el congreso que se celebrará en la primera mitad de 2016- provocó los primeros movimientos con el objetivo de aclarar posiciones de cara a esa cita. Con Fabra presidiendo el partido pero sin poder controlarlo -tras anunciar su marcha- y con Génova tratando de recuperarse todavía del batacazo del 24-M, algunas de las decisiones que se adopten en los próximos días pueden ser determinantes para definir quién opta en mejor posición a presidir el partido.

Además de poner fecha a su salida, Fabra anunció que será el portavoz de su partido en el debate de investidura del nuevo presidente de la Generalitat, que se celebrará a finales de junio o principios de julio. Las fuentes del entorno del presidente remarcaron que el todavía líder popular no sólo será portavoz, sino que además será el encargado de protagonizar la intervención del PP en ese debate -en contra de algunas voces que sostenían que Fabra podría ser portavoz pero no tomar la palabra en ese debate-.

La posición de portavoz del grupo popular en la próxima legislatura no es anecdótica. Si Fabra ejerce esa función en el debate de investidura pero a continuación de aparta de esa responsabilidad, el diputado que asuma esa función se convertirá en la cara más visible del PP valenciano hasta la celebración de ese congreso. Si ese diputado optara además a presidir el partido, llegaría al cónclave con una ventaja significativa respecto a sus hipotéticos rivales.

Si esta hoja de ruta no sufre modificaciones -muchos cargos populares consideran que lo anunciado por Fabra podría sufrir modificaciones en los próximos días, "porque Génova no puede desentenderse y tendrá que hablar con los presidentes provinciales"-, los populares tendrán todavía unas semanas para decidir quién ejerce de portavoz al menos hasta la elección del nuevo presidente del partido.

¿Y quiénes son los candidatos a ocupar esa responsabilidad en Les Corts? Las fuentes consultadas por este diario señalaron con cierta sorna que el anuncio de Fabra "ha generado no menos de 15 comidas" de hipotéticos candidatos para preparar esa carrera sucesoria. Al margen de esa posible locura en los restaurantes valencianos por el futuro del PP valenciano, la realidad es que los dos nombres que corrieron de boca en boca entre los cargos populares consultados por este diario fueron los de la consellera de Educación, María José Català, y la de Infraestructuras, Isabel Bonig.

No se puede decir que sean dos sorpresas. Una y otra ya sonaron con fuerza meses antes de las elecciones del 24-M, cuando Génova prolongó esa agonía a la que sometió a Alberto Fabra antes de proclamarlo oficialmente cartel electoral. De hecho, la dirección nacional los incluyó en alguno de los sondeos que llevó a cabo para medir el nivel de apoyos con los que podía contar cada una de ellas en caso de un eventual relevo de Fabra, que no llegó a producirse.

Tanto Català como Bonig podrían asumir esa portavocía del PP en Les Corts. La primera ha asumido la portavocía del Consell desde hace un año. Y más allá de algún titubeo nada más ser designada, ha resuelto con solvencia sus comparecencias ante la prensa.

Pero no es ese su principal aval. Además de haberse sabido ganar la confianza del aún presidente de la Generalitat, Català goza de una capacidad política y de una imagen en Génova que, a ojos de muchos cargos populares, la convierten en la candidata idónea para liderar el partido, primero como portavoz y más adelante como presidenta. La portavoz del Consell tiene cintura política y ofrece una imagen moderna y de renovación que, a juicio de muchos cargos, permitiría recuperar la confianza de la sociedad en el partido.

Isabel Bonig tiene un perfil distinto. La coordinadora general del PPCV ha protagonizado una carrera en dirección opuesta a Català, toda vez que ha pasado de ser persona de la máxima confianza de Fabra a levantar suspicacias en el entorno del aún presidente -precisamente a raíz de que Génova la señalara como posible alternativa-. Bonig posee un discurso aguerrido y sugerente, que se ha demostrado capaz de estimular a la desanimada militancia popular. De hecho, parece la elección más segura en el caso de que el PP opte por plantear batalla ya desde el debate de investidura en Les Corts. La aún consellera contaría además, y no es poco respaldo, con el del presidente provincial del PP de Alicante, José Císcar. Y parece razonable pensar que Javier Moliner también se decantaría por esta opción.

Cualquiera de las dos opciones, Català o Bonig, como portavoz en Les Corts, tendría mucho más fácil acceder a la presidencia del partido cuando se celebre el congreso en 2016. El portavoz parlamentario está llamado a ser el único rostro con cierto nivel de visibilidad en un PPCV apartado del poder de la gran mayoría de instituciones.

¿Hay alternativas? No demasiadas. El presidente del PP de la provincia de Valencia, Vicente Betoret, también ha formado parte de la nómina de jóvenes valores con los que la calle Génova cuenta para la nueva etapa. A su favor, el hecho de no haber formado parte del Consell de Fabra, circunstancia que le convierte en la cara más nueva de todos los aspirantes. Con buen discurso político -como demostró en el mitin de la plaza de toros- sus apoyos principales estarían en la provincia de Valencia, si logra mantener cohesionado al sector encabezado hasta hace pocas semanas por Alfonso Rus.

¿Y los presidentes provinciales? El papel de Javier Moliner, y en especial José Císcar, se antoja determinante a la hora de definir el futuro del PP valenciano. Si como parece probable Génova se decanta por consultar con ellos las principales decisiones a adoptar -la elección del portavoz, pero también la presencia del PP en áreas institucionales, como la Mesa de Les Corts-, la coordinadora general del partido puede tener mucho ganado.