J. C. F.
Martes, 14 de julio 2015, 00:17
valencia. José Císcar se apartó ayer de la carrera por presidir la Diputación de Alicante. Y el movimiento, forzado por la negativa de Ciudadanos a darle su apoyo para alcanzar el cargo, le sitúa de nuevo en una posición protagonista en otro escenario: el que se abrirá en el PP valenciano tras la designación de Alberto Fabra como senador, el próximo día 22.
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Císcar convocó por la mañana a los medios de comunicación para hacer público lo que ya venía rumiando desde hacía semanas: que la posición del partido de Carolina Punset respecto a su candidatura hacía imposible alcanzar la presidencia de la Diputación. Y de lograrlo, le dejaría permanentemente a expensas de la estrategia de Ciudadanos. Así que el presidente provincial del PP alicantino optó por sacrificarse. Y de paso, complicar la justificación al partido de Albert Rivera para no apoyar a los populares en la Diputación. Emigdio Tormo, el coordinador alicantino de Ciudadanos, se apresuró a advertir de que entre los diputados del PP hay un imputado -Bernabé Cano-. Lo que no comentó es que en las filas del PSPV son dos.
¿Y ahora qué? Císcar dijo que, una vez elevadas consultas con la dirección nacional, el nuevo candidato de su partido a presidir la Diputación será César Sánchez, vicesecretario general del PPCV y persona de su máxima confianza.
Pero la institución dónde más se repitió esa pregunta respecto al futuro que se abre ahora tras la decisión de Císcar es Les Corts. El líder del PP alicantino mantendrá su escaño en el Parlamento autonómico -renuncia a ser diputado provincial-. Y su continuidad en esta institución le devuelve a la primera línea del debate sobre el control del PP valenciano. Porque si hubiera presidido la Diputación alicantina, Císcar habría podido condicionar ese horizonte. Pero al no serlo, puede condicionarlo y también participar en primera persona. «A partir de ahora me dedicaré al partido en cuerpo y alma», dijo ayer tras confirmar su renuncia a la institución provincial. Con el anuncio de Alberto Fabra de que abandonará su escaño en Les Corts tras ser designado senador el jueves de la semana que viene, el papel de Císcar a la hora de determinar quién debe ocupar la portavocía -ya ha trasladado a su entorno sus preferencias por Isabel Bonig-. Pero la carrera por el control del PP valenciano tiene otro hito, aún sin fecha, en el caso de que la marcha de Fabra afectara también a la presidencia del partido. Por ahora, el presidente regional ha descartado esa posibilidad. Pero los gestos que llegan desde Génova permiten concluir que la posición de la dirección nacional a ese respecto es justo la contraria a la del expresidente. El día 22 está marcado en rojo en varios calendarios de dirigentes del PP valenciano.
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