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María José Català, José Císcar e Isabel Bonig.
El PP valenciano que viene

El PP valenciano que viene

Una veintena de dirigentes están llamados a asumir el protagonismo tras la pérdida de la hegemonía electoral

J. C. Ferriol

Jueves, 23 de julio 2015, 21:25

Partido busca líder para ganar elecciones. Se necesita equipo con voluntad de recuperar la hegemonía en las instituciones públicas. Casting de los jóvenes valores del PP valenciano. Cualquiera de esas ideas habría podido servir de arranque para esta crónica. Con la comparecencia del pasado jueves ante Les Corts de Alberto Fabra y Rita Barberá, y con su designación esta próxima semana como senadores territoriales, los dos principales referentes del PP valenciano durante la pasada legislatura -en el caso de Barberá, también de las dos últimas décadas- dan el paso atrás de la primera línea de la acción política de su partido. Un escenario que obliga a la principal formación política de la Comunitat, tanto por número de militantes (150.000, asegura la propia formación) como por haber resultado el más votado en las últimas elecciones autonómicas -aunque con un pésimo resultado- a abrir un nuevo ciclo.

Alberto Fabra ha anunciado que quiere tutelar ese proceso. La primera decisión a resolver tiene que ver con el nuevo portavoz parlamentario del PP, porque los 31 diputados populares tendrá que elegir al sustituto de Fabra cuando éste deje Les Corts. A los dos nombres que más han sonado hasta la fecha, María José Català e Isabel Bonig, se les ha unido ahora el de José Císcar, a quien el veto en la Diputación de Alicante le devuelve a la pugna por el control del partido.

Català, Bonig y Císcar son los referentes del PP valenciano sobre los que se concentran a corto plazo más miradas. Desde que asumió la portavocía del Consell de Fabra, Català se ha convertido en uno de los referentes con más influencia del partido. Su perfil amable, su discurso político centrado y su habilidad para estrechar relaciones con algunas de las que pueden ser piezas clave en el futuro del partido en la Comunitat la han convertido en una de las claras aspirantes, si no en la fundamental, a asumir la portavocía del PP en Les Corts tras la marcha de Fabra -es además la preferida por el exjefe del Consell-. Sus detractores también reconocen su habilidad política, de manera que lo único que les queda por cuestionar es el tiempo que ha dedicado a preparar su ascenso orgánico, y que no dedicara en su día el mismo entusiasmo a combatir a la oposición.

La alternativa más clara a Català es Isabel Bonig. La coordinadora general cayó en desgracia a los ojos del aún presidente del PPCV el día que Génova vino a reconocerla como alternativa real al por aquel entonces aspirante a candidato para las autonómicas. Mujer de partido y de discurso directo, es probablemente la dirigente popular que reúne más capacidad para espolear a una organización adormecida y desmovilizada como el PPCV.

El tercero en discordia lo es por haber sido el último en llegar a esta terna, no porque tenga menos opciones. Muchos piensan, de hecho, que José Císcar jugará fuerte, no tanto por la portavocía en el Parlamento -se ha manifestado partidario de Bonig- como por tener un papel determinante en el futuro del partido. Como presidente, o más probablemente como pieza determinante para la nueva mayoría.

Pero Català, Bonig y Císcar no son ni mucho menos los únicos. El partido está llamado a afrontar un proceso de profunda renovación, en el que tendrán que aparecer nuevos liderazgos. La tarea de oposición en Les Corts permitirá referenciar como portavoz a uno de los más señalados -será junto al delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, la única cara visible del PPCV-.

Pero a lo que se enfrentan los populares es también a la composición de nuevos equipos, en el Parlamento valenciano y también en las Diputaciones y en los ayuntamientos, con nuevas caras que permitan visibilizar que el partido abre una nueva etapa y afronta con garantías las próximas citas.

Los barones provinciales

Los presidentes provinciales, protagonistas ya en la última parte de la pasada legislatura, están llamados a disponer de más visibilidad aún. Con el congreso regional y los provinciales a la vista -todos tendrán lugar en 2016- , pero sobre todo con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, la interinidad de Fabra les convierte en figuras clave en el horizonte del partido. Javier Moliner se perfila como figura clave al unir a su condición de líder provincial la de presidente de la Diputación de Castellón. Y ser, además, el único de los tres barones provinciales con mando en plaza.

Vicente Betoret irrumpió hace pocas fechas como líder del PP de la provincia de Valencia tras la caída de Alfonso Rus. El exalcalde de Vilamarxant ha sido cauteloso en sus primeros pasos como líder provincial, aunque no le ha temblado el pulso para borrar de la Diputación a los herederos de Rus. No pugnará por la portavocía en Les Corts, consciente de que la travesía del desierto a la que se enfrenta el PPCV no ha hecho más que comenzar, y porque entiende que el perfil encargado de gestionar esta nueva etapa en la Cámara debe de ser el de alguien que tuviera protagonismo en la pasada legislatura.

Betoret ha elegido como portavoz del PP en la Diputación de Valencia a Mª Carmen Contelles. La exalcaldesa de la Pobla de Vallbona cumple con ese talante aguerrido y batallador que tanto gusta a la coordinadora general del partido, Isabel Bonig. Un perfil que indica la senda de por dónde puede conducirse el nuevo mensaje de los populares valencianos: carácter, determinación y discurso político.

Bastidas se deja ver

Elena Bastidas, presidenta de la Federación de Municipios y Provincias (FVMP) es otro de los nombres llamados a asumir protagonismo en esta nueva etapa. El pasado jueves ya advirtió al nuevo presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, que el superávit de la Corporación provincial "no era para entregárselo" a la Generalitat. Un aviso en toda regla al alcalde de Ontinyent, y al mismo tiempo un paso adelante de la exalcaldesa de Alzira, siempre reconocida por su partido pero sin el protagonismo, hasta ahora, que su discurso político merece.

Otro de los nombres de futuro del PP de la provincia de Valencia es el del alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara. Su triunfo el pasado 24-M tiene un mérito añadido por tratar de de una comarca, lHorta Sud, donde los populares han visto muy recortado su protagonismo.

La ciudad de Valencia requerirá de un esfuerzo muy superior. El vacío que deja Rita Barberá en el PP local -tras 24 años de alcaldesa- dibuja un horizonte de incertidumbre en el que hasta ahora había sido el motor electoral del partido. Nombres como los de Belén Hoyos, Alberto Mendoza, o Mª Ángeles Ramón-Llin están llamados a dar un paso adelante. El primer objetivo pasa, precisamente, por cubrir el hueco dejado por Barberá, si es que eso es posible. El nombre de Mendoza es uno de los que suena con más fuerza en el entorno de la calle Quart. También el de Lourdes Bernal.

En Alicante, el protagonismo político en las filas populares parece decidido en el ámbito provincial para el nuevo presidente de la Diputación, César Sánchez. El también vicesecretario del PPCV ha conquistado la cima de su carrera política tras el veto de Ciudadanos a la candidatura de Císcar. Sánchez pertenece al entorno más cercano al presidente provincial, aunque su designación como presidente, y el hecho de disponer de firma en el Boletín de la provincia, deben desembocar en una progresiva consolidación como líder emancipado.

En Les Corts, al margen del papel que pueda jugar Císcar en la dirección del grupo, quién está llamada a asumir mayores cuotas de visibilidad es Eva Ortiz. La portavoz adjunta de los populares -comparte cargo con Català y Bonig- también responde a ese perfil de dialéctica contundente que parece imponerse en esta nueva etapa. La joven exeurodiputada oriolana ya ha dado pruebas de su carácter, en especial en la batalla orgánica del PP alicantino.

Control de la Vega Baja

Emilio Bascuñana es otro de los nombres de futuro de los populares alicantinos. El flamante alcalde de Orihuela se ha convertido n el principal referente de su partido en la Vega Baja, una comarca históricamente popular, pero cuyo principal municipio estuvo en manos de una coalición de izquierdas la pasada legislatura. Bascuñana, persona de confianza de Císcar, sustituye a Mónica Lorente, la exalcaldesa cercana a Joaquín Ripoll que arremetió contra Císcar y contra el PP en vísperas de las municipales del 24 de mayo. De manera que cuenta con todo el apoyo del presidente provincial del PP alicantino para consolidar su liderazgo.

Eduardo Dolón es otro de los nombres de futuro del PP alicantino. El exalcalde de Torrevieja -sólo una coalición de cinco formaciones ha impedido que gobernara- ha sido uno de los apoyos clave de Císcar para cortar el paso de los herederos de Ripoll, y en especial a Miguel Ortiz, en su intento de colarse en la Diputación de Alicante. Diputado provincial, Dolón está llamado a ser una de las piezas clave de César Sánchez en el nuevo equipo que dirigirá la Diputación de Alicante.

En Castellón, la mano derecha de Moliner es Miguel Barrachina, una de las cabezas mejor amuebladas del PP valenciano. El ya experimentado diputado, que tras su paso por la política nacional y autonómica fue fichado por Moliner para el equipo provincial, suma a su privilegiada oratoria el temple de quienes se saben en la mayoría de las ocasiones en mejor situación que sus adversarios políticos. Secretario general del PP de Castellón, ha asumido también la portavocía de su partido en Segorbe.

Uno de los referentes de futuro del PP de Castellón es Begoña Carrasco, la nueva portavoz de Castellón ciudad después de la dimisión de Alfonso Bataller. Carrasco es un valor al alza del PP local de Castellón y se ha convertido ya en el nombre con más peso específico de su partido en la capital de la plana.

Entre las nuevas referencias del partido en Castellón, el nombre de Andrés Martínez destaca como uno de los más señalados. Une a su condición de diputado de turismo el hecho de ser el único que ha retenido con mayoría absoluta una alcaldía importante, la de Peñíscola. Martínez es, al igual que Barrachina, persona de la más absoluta confianza del presidente provincial, Javier Moliner. La concejal del Ayuntamiento de Castellón Salomé Prades es otra de las que suena con fuerza.

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