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J. C. Ferriol
Domingo, 6 de septiembre 2015, 21:13
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, comunicó la semana pasada al que hasta ese momento había sido su jefe de gabinete, Luis Nogueroles, su relevo del cargo. El exconseller de Hacienda ha situado en el puesto a Cintia Poveda, que durante la pasada legislatura ejerció las funciones de jefa de gabinete de la exconsellera de Educación y portavoz del Gobierno valenciano, María José Català.
La salida de Nogueroles y el nombramiento de Poveda ratifican el creciente protagonismo del equipo que trabajó con Català en la conselleria de Educación en la Delegación del Gobierno que dirige Moragues. Cuando fue designado como máximo representante del Ejecutivo central en la Comunitat -tras varias semanas de vacío en el cargo después de la destitución de Serafín Castellano- Moragues ya incorporó a Delegación de Gobierno a la propia Poveda y al que hasta ese momento había sido jefe de prensa de María José Català en Educación. El que fuera conseller de Hacienda con el último gobierno de Alberto Fabra duplicó cargos, porque también incorporó para su nuevo cometido a Nogueroles, su jefe de gabinete en la conselleria, que ocupaba ese puesto desde finales de 2012, a su jefe de prensa en este departamento y a algún otro asesor en Hacienda.
Pero la balanza se ha ido desequilibrando poco a poco a favor del equipo con el que Català trabajó la pasada legislatura en Educación. Al nombramiento de Poveda, que viene acompañando a Català desde principios de 2012, y la destitución de Nogueroles se unen el anuncio de la marcha de uno de los asesores de Moragues en Hacienda y la incorporación, en los últimos días, de un nuevo asesor procedente también de la conselleria de Educación. Moragues también ha incorporado a una de las periodistas que trabajó en presidencia de la Generalitat junto a Alberto Fabra durante la pasada legislatura.
La visibilidad de los cargos del entorno de Català en el equipo de la Delegación del Gobierno ha puesto de manifiesto la influencia de la exconsellera de Educación, uno de los nombres más señaladas en el PP valenciano como posible referencia de futuro de este partido en la Comunitat. El nombre de María José Català fue uno de los que sonó con insistencia como posible relevo cuando el batacazo del 24-M obligó a Fabra a abandonar la presidencia del partido. La dirección nacional del PP terminó decantándose por Isabel Bonig, que sólo unos días después nombró a Català vicesecretaria del partido, probablemente más con la idea de tenerla cerca y vinculada a la nueva dirección del partido que por otra razón.
Como delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, y en contra del escaso perfil público exhibido durante su etapa como responsable de las cuentas de la administración autonómica, Moragues viene protagonizando una intensa agenda pública. La creciente visibilidad del delegado del Gobierno no ha pasado inadvertida para algunos cargos del PP valenciano, que consideran que la influencia de Català no es ajena a este cambio de actitud de Moragues. Como delegado del Gobierno, el exconseller ocupa una de las escasas plataformas de poder en manos del PP valenciano tras la pérdida de la hegemonía electoral en la Comunitat en las elecciones autonómicas.
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