Compromís ya negocia con la izquierda para tener grupo propio

Compromís inició ayer negociaciones con el resto de fuerzas de izquierdas del nuevo Parlamento español con el fin, por un lado, de controlar la Mesa del Congreso y evitar que el presidente que se elija el próximo 13 de enero sea del PP o de Ciudadanos y, por otro, asegurarse la formación de un grupo parlamentario propio, reconocieron fuentes cercanas a la dirección de la formación naranja.

Desde Compromís se quieren asegurar la formación de un grupo parlamentario valenciano que agrupe a los nueve diputados obtenidos en las elecciones del domingo, aunque tienen muy claro que no van a encontrar ningún obstáculo y que, además, tendrán de cara a la Mesa del Congreso. Están convencidos porque en el Ministerio del Interior consideran que la coalición Compromís-Podemos És el moment es una coalición independiente de Podemos y, de hecho, los votos no los contabilizó en Podemos, al igual que los 12 diputados de Catalunya en Comú o los seis de las mareas gallegas, que también formarían grupo parlamentario propio.

No es de la misma opinión el catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de València Carlos Flores Juberías: no habrá grupo parlamentario valenciano en el Congreso si se cumple el Reglamento de funcionamiento de la Cámara Baja. Considera que se trata de un asunto claro, patente, manifiesto, que es como el diccionario de la Real Academia Española define palmario, la empleada por Flores al describir la situación.

«Es palmario que Compromís-Podemos no tendrá grupo parlamentario propio». Lo dijo ayer desde la capital de Macedonia, Skopje, donde se encuentra para recibir el nombramiento como doctor honoris causa en la universidad de la citada ciudad.

El catedrático de Constitucional hizo referencia al segundo apartado del artículo 23 de la norma por la que se rige la Cámara Baja. El artículo 23 se refiere a la conformación de los grupos parlamentarios. Tiene dos puntos. El primero de ellos dice así: «Los diputados, en número no inferior a quince, podrán constituirse en grupo parlamentario. Podrán también constituirse en grupo parlamentario los diputados de una o varias formaciones políticas que, aun sin reunir dicho número, hubieren obtenido un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el quince por ciento de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el cinco por ciento de los emitidos en el conjunto de la Nación».

La coalición de Compromís y Podemos cumple los requisitos: dispone de más de cinco diputados, sacó nueve, y más del 15% de votos en las tres circunscripciones, obtuvo poco más de un 25%.

Pero el problema le surge a la coalición en el segundo punto del artículo 23, que es en el que el catedrático valenciano hace hincapié. «En ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado diputados que pertenezcan a un mismo partido». Esto indica que los diputados de Podemos, electos en la lista de la coalición, formarían parte inmediatamente del grupo parlamentario de Podemos.

Pero el apartado segundo del artículo 23 continúa: «Tampoco podrán formar grupo parlamentario separado los diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado».

Carlos Flores lo tiene muy claro en este asunto y pone ejemplos de lo que ha sucedido en la reciente historia del Congreso de los Diputados: el PSC, la marca del PSOE en Cataluña, a pesar de sus peculiaridades, siempre ha pertenecido al grupo parlamentario socialista. Lo mismo ha sucedido con Unión del Pueblo Navarro (UPN), que siempre ha estado dentro del grupo popular.

Flores incidió en que Compromís y Podemos han concurrido juntos en estos comicios y no ha habido un enfrentamiento electoral entre ellos, motivo por el cual los nueve diputados electos por Compromís-Podemos deben quedar integrados en el grupo parlamentario que liderará Pablo Iglesias. Otra cuestión es que los cuatro diputados de Compromís (Joan Baldoví, Enric Bataller, Ignasi Candela y Marta Sorlí) decidan ir al grupo mixto si no quieren permanecer a las órdenes de Pablo Iglesias. Los otros cinco parlamentarios electos de la coalición (Àngela Ballester, Rosana Pastor, Txema Guijarro, Rita Bosaho y Rubén Martinez) lo son a propuesta de Podemos.

«Si hubieran formado un partido instrumental y no una coalición podrían haberlo conseguido, pero no ha sido así», aseguró el catedrático. Bajo esta premisa, el nombre de la candidatura no deja lugar a la duda de que Podemos concurría a los comicios junto a Compromís en las tres circunscripciones valencianas y esta coalición no se ha enfrentado con otra candidatura de Podemos, sino que la lista oficial del partido de los círculos era la de Compromís-Podemos És el moment.

Para Carlos Flores, la Mesa del Congreso «puede efectuar interpretaciones exóticas o creativas del Reglamento, pero ni al PP ni al PSOE ni a Ciudadanos y tampoco a Podemos le interesa otro grupo».

El doctor en Derecho incidió en que a Podemos «no le interesa debilitarse» en el Congreso, por lo tanto, no querrá perder a los nueve representantes obtenidos en la Comunitat, a los de Cataluña o los de Galicia. Afirma que el tamaño del grupo es importante y determina la duración de las intervenciones en la Cámara o el número de parlamentarios del grupo en las comisiones, entre otros asuntos.

De una opinión muy diferente son en Compromís. Fuentes cercanas a la dirección dijeron que al presentarse en coalición es como si se hubiera formado un partido político diferente, que el representante de la coalición ante la Junta Electoral es diferente al de Podemos y que el partido de Iglesias como tal no se ha presentado en la Comunitat, igual que ha sucedido en Cataluña o en Galicia.

«¿Que a Podemos no le interesa que haya un grupo valenciano? Son partidarios de que lo haya porque así son más diputados a hablar en el Congreso y mayor número de representantes presentes en las comisiones parlamentarias», aseguraron.