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JUAN CARLOS FERRIOL
Sábado, 4 de junio 2016, 23:58
valencia. El próximo congreso nacional del PSPV aún no tiene fecha. Con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina, y con el futuro del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pendiente de si su partido queda o no por delante de Podemos, Blanquerías parece más interesado en aprovechar la cita electoral para hacer una campaña en clave orgánica. Las constantes reuniones que Ximo Puig mantiene con alcaldes de su partido no son ajenas a esa estrategia.
En la previsión del líder de los socialistas valencianos está la de acometer una significativa remodelación de la dirección nacional del PSPV. Algunas de las piezas que han ocupado los puestos más significativos de la cúpula socialista desde el pasado cónclave de Alicante dejarán paso. Las seis vicesecretarías actuales -la general que ocupa Francesc Romeu (también portavoz) y las otras cinco sectoriales- deberían de representan la columna vertebral del partido. Y sin embargo, Puig dirige el partido con sólo unos pocos hombres de su máxima confianza, y algunos de ellos no están en el organigrama del partido.
Uno de los nombres que está llamado a ocupar un puesto significativo de la futura dirección es José Enrique Muñoz Lladró. El líder de Joves Socialistes, portavoz adjunto del grupo parlamentario del PSPV en Les Corts, ha adquirido un significativo nivel de visibilidad durante las últimas semanas a raíz de sus denuncias sobre los gastos millonarios realizados por Gerardo Camps durante su etapa como vicepresidente del Consell.
Que el partido haya decidido que sea Muñoz, y no por ejemplo el Síndic Manuel Mata, el que lidere esas denuncias, no es casual. Este abogado especialista en derecho mercantil y administración concursal y licenciado en ADE ha pasado de ser uno de esos jóvenes valores del PSPV de los que el partido no acaba de fiarse -cuentan que algunos le miraban con cierto desprecio por el currículum que exhibe (ha trabajado en Deloitte)- a verse señalado incluso como el futuro sucesor de Ximo Puig.
El nombre de José Muñoz estuvo vinculado durante algún tiempo al PSPV de la ciudad de Valencia. El lermismo -la corriente a la que da nombre el expresidente Joan Lerma- vio en él durante algún tiempo al candidato perfecto para relevar como líder del partido a Joan Calabuig. Su conocimiento de la organización era superior al de Sandra Gómez -de quien fue pareja-, de manera que la dirección de la organización parecía encajar mejor en su perfil.
Pero no fue así. El lermismo, y también la FSP y Ximo Puig, terminaron decantándose por la joven concejal y abogada. Y la trayectoria de Muñoz saltó a la política autonómica. Puig le situó el número ocho en la candidatura a Les Corts por Valencia -aunque, sin contar los independientes, era el tercer hombre de la lista, sólo por detrás de Mata y Boix-. Primero fue secretario del grupo, y después, portavoz adjunto.
Muñoz cumple 31 años el próximo mes de septiembre. Futbolero y valencianista, el líder del PSPV ya cuenta con él como una de las piezas clave de futuro en Blanquerías. En el partido se le considera llamado a ocupar una de las vicesecretarías de la dirección nacional tras el próximo congreso, ayudando así a dar un cierto aire de renovación a un partido en el que su líder necesita rodearse de algún elemento decorativo para que el foco no se ponga permanentemente en su dilatada trayectoria política. Algunas fuentes aseguran incluso que el entorno de Puig ya le habría hecho llegar que el secretario general contará con él para una importante responsabilidad en la futura dirección. Una medida que además contribuiría a ofrecer la imagen de que el partido dispone de cantera, con jóvenes preparados para asumir puestos de responsabilidad y que sirvan de transición.
Orengo y Boix
La apuesta por Muñoz enlaza con el debate abierto en el seno del socialismo valenciano respecto al día después de la etapa en la que el liderazgo de Puig ha venido condicionado por el protagonismo de los que eran conocidos en términos coloquiales como 'los primos de Gandia': Alfred Boix y José Manuel Orengo. Apartado este último de la primera línea política tras verse salpicado por diversas causas judiciales -incluida alguna pieza de Imelsa-, y muy señalado el primero en Ferraz por la confrontación orgánica entre Sánchez y Puig, muchos creen que Puig aprovechará el próximo congreso para abrir una nueva etapa.
El acelerado protagonismo de Muñoz recuerda, no obstante, al de otros cargos socialistas a los que se les ha señalado con prontitud como referencias de futuro del partido y que, incluso habiendo ocupado después algún puesto de responsabilidad, se han visto socarrados antes de tiempo por su sobre exposición pública. La propia Sandra Gómez pareció caer en esa delicada dinámica durante los primeros meses desde su designación como edil, y ya ha moderado su visibilidad. Para el recuerdo de la gran mayoría de cargos socialistas, el fulgurante ascenso y caída de la alicantina Leire Pajín, elegida secretaria federal de Organización del PSOE con solo 31 años y definitivamente achicharrada tras su breve paso de 14 meses por el ministerio de Sanidad.
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