Las números 2 de Sanidad y Economía, en la lista de relevos que maneja Ximo Puig

Ximo Puig ultima cambios en el Gobierno valenciano. Ya lo dejó caer el pasado lunes y lo ratificó el miércoles en su comparecencia en el Palau de la Generalitat junto a Mónica Oltra para hacer balance de los primeros doce meses de su gestión. Los movimientos se producirán durante los próximos días -el propio Puig ha trasladado a alguno de sus colaboradores que podrían ser antes del seminario que tendrá lugar en Torrevieja los días 8, 9 y 10 de julio-. Y afectarán, en esta primera fase, al segundo escalón de la administración.

¿Quiénes son los señalados? El presidente valenciano pretende cortar de raíz algunas de las brechas abiertas más evidentes en el Ejecutivo que preside. La cartera de Economía que dirige Rafael Climent es, a juicio, de todas las fuentes consultadas y también del propio sector, el departamento que más dolores de cabeza ha provocado en el Palau de la Generalitat. El desbarajuste con los horarios comerciales, con las competencias sobre el IVF y la ayuda a las empresas privadas, con la creación de la Agencia para la Innovación y hasta con la ley para la captación de inversiones.

La brecha en su conselleria es de tal magnitud que ha renunciado a reunirse con los cargos del PSPV. Una circunstancia que afecta directamente a la Secretaria Autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, María José Mira. Pese a haber sido uno de los fichajes de relumbrón de Puig en las últimas autonómicas -que la situó de número uno en la lista por Valencia-, el distanciamiento entre la economista y exgerente de la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat Valenciana (Aerte) y el titular de la conselleria es absoluto. «Ni se hablan», admite una fuente. Decidido a no hacer cambios de consellers al menos hasta que se forme gobierno en Madrid y Podemos deshoje la margarita de si entra o no en el Ejecutivo valenciano, Puig asume que la única forma de recomponer el día a día de ese departamento pasa por forzar la salida de la número dos. Algunas fuentes consideran que el presidente no prescindirá de Mira, y que la reubicará en otro departamento.

La otra salida cantada es la de la número dos de Sanidad. Dolores Salas abandonará la Secretaría Autonómica tras verse salpicada por la polémica generada en relación con el nombramiento de su hija en la fundación de investigación Fisabio, dependiente de la Generalitat, mientras ella ocupaba una alta responsabilidad en ese departamento. Salas, que también intentó colocar a su cuñado en un puesto directivo de esta conselleria -tal y como informó ayer este diario-, no ha ofrecido explicaciones sobre estos hechos. La vicepresidenta Mónica Oltra sí que valoró estos hechos para admitir que la situación no era «esté tica ni ética» y que obedecía a la endogamia del sector sanitario. La consellera de Sanidad, Carmen Montón, se ha remitido a las declaraciones de Oltra. No obstante, su entorno confirma que la situación de Salas es insostenible y que el presidente Puig ya conoce la opinión de la consellera respecto a qué medidas deberían adoptarse.

En la nómina de salidas que maneja el presidente del Consell figura también la secretaria autonómica de Modelo Económico, Ángeles Cuenca. La profesora titular de Derecho Mercantil de la Universitat de València, que antes ocupó la directora general de la Función Pública, sustituyó como número dos de la conselleria que dirige Vicent Soler a Julián López, cabeza de lista del PSOE por Alicante en las elecciones generales -un relevo que se produjo hace apenas ocho meses-. Pese a ello, las fuentes consultadas por este diario aseguran que distintos cargos de Compromís han puesto en cuestión la capacidad de Cuenca para asumir un cargo de tanta responsabilidad ahora que, cuando se haya formado Gobierno en Madrid, habrá que abrir el proceso de negociación del nuevo sistema de financiación autonómica.

Los cambios en el segundo escalón de la administración se producirán de forma inmediata. Puig cuenta también con modificar el decreto de eventuales para ampliar el número de persona de confianza adscrito al Ejecutivo autonómico. Parece probable que la crisis en el Consell se retrase hasta finales de año, ya con un Gobierno central definido.