El PSPV agota sus opciones para que la nueva RTVV emita en pruebas en agosto

valencia. «La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande». Así lo avisó Jacinto Benavente hace ya un siglo. Sea sincero o falso, el proceso político para poner en marcha la nueva televisión lleva mal camino. Hoy se verá si la senda queda interrumpida abruptamente o fluye para que el miércoles culmine en «algo estrambótico», según admiten fuentes del tripartito: una sucesión de votaciones parlamentarias hasta lograr el objetivo final. El problema para formar el Consejo Rector de la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación (CVMC) estriba nada más y nada menos que el candidato a presidir el ente no cuenta con los apoyos suficientes para ser nombrado por Les Corts en una primera o segunda votación. En la junta de síndics que se celebra hoy en la Cámara el PSPV sondeará a sus socios del Pacto del Botánico (Compromís y Podemos) así como a Ciudadanos con el fin, en primer lugar, de que se recomponga el pacto a cuatro bandas y , si no es así, que el tripartito aguante una situación completamente inusual («estrambótica», dicen): que se vote hasta tres veces en Les Corts para que, a la tercera, Josep López sea nombrado presidente y, a partir de ahí, se inicien las gestiones para poder emitir en pruebas en agosto, el gran objetivo de los socialistas valencianos.

El periodista Josep López, propuesto por el PSPV, cuenta con un currículum y capacitación de los que nadie duda. Los cuatro partidos (los socialistas, así como Compromís, Podemos y C's) que firmaron el acuerdo que suma los votos necesarios para aprobar ese consejo apoyaron el pasado martes la lista que encabezaba López. Sin embargo, al día siguiente C's se enteró de que el candidato propuesto por el PSPV no es sólo muy amigo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sino que también es el marido de la prima de Alfred Boix, secretario de Organización del partido en Blanquerías. La vinculación generó un enfado mayúsculo. El jueves, en la Comisión de RTVV, se visualizó la ruptura del pacto a cuatro bandas.

Ciudadanos consideró que se les había ocultado información, y en una línea similar se sitúa Podemos, si bien el partido morado hizo de tripas corazón y votó a favor de la propuesta. La relación familiar de López con dirigentes socialistas no es determinante como tal. Sin embargo, se descartó a la primera opción, Pilar Pérez Solano, por haber estado en las listas del PSPV (fue retirada posteriormente por un problema administrativo que hacía incompatible su candidatura) y por trabajar actualmente en Presidencia de la Generalitat como asesora de Ximo Puig. Por tanto, a Ciudadanos le hubiese parecido conveniente saber que existía también en el caso de López una vinculación, y más cuando el propio Alfred Boix participó en las últimas reuniones, celebradas antes de que finalizase el plazo para presentar el listado que debía ser aceptado por los cuatro partidos. A dos horas de que se tuviese que firmar el pacto se celebró un encuentro en los despachos de Compromís, según fuentes conocedoras del proceso, y a ella asistió Boix, lo que provocó la sorpresa de los asistentes. Uno de los presentes, según las mismas fuentes, le preguntó extrañado a Boix: «¿tú que haces aquí?». A lo que el secretario de Organización contestó: «acompañar a Mata (Manolo, el síndic del PSPV)». Tanta coincidencia ha levantado ampollas por el proceder de los socialistas, y no sólo en Ciudadanos.

En Podemos se sienten molestos por el modo en que se ha desarrollado el tramo final del largo proceso de creación de la nueva RTVV. El malestar radica tanto en la propuesta socialista de López sin aportar datos que ahora se han constatado como relevantes, como en la presión ejercida por el PSPV para que el PP cuente con dos miembros en Consejo Rector. El cambio de la cuota de los populares, propiciada apenas el miércoles, 24 horas después de haberse firmado el acuerdo, fue aceptada a regañadientes por el partido morado, que tuvo que renunciar a una consejera, Rosa Serrano. Como remate, los podemistas consideran una extravagancia encadenar varios plenos para sacar adelante la candidatura propuesta por el PSPV a costa de que el consenso inicial de dos tercios de Les Corts se limite a la mayoría absoluta del tripartito. Dos problemas, en definitiva, pueden terminar impidiendo la puesta en marcha de la CVMC: el cambio de opinión de Ciudadanos a cuenta de la proposición de López para presidir el órgano rector y la solución sugerida de celebrar tres plenos en Les Corts.

De este modo, si C's no cambia de opinión respecto a López (probable), si el PSPV no realiza una propuesta alternativa o el propio candidato renuncia (menos probable), y si la solución de realizar tres votaciones no cuaja (muy posible), la aprobación del Consejo Rector por parte de la Cámara parlamentaria quedaría en suspenso, al menos, hasta septiembre.

Los socialistas prefieren conformarse y dejar pasar las semanas que renunciar a un candidato que ellos consideran óptimo, a pesar de que se trataba de su segunda opción, pues la primera era Pilar Pérez Solano. Esa predilección del PSPV por contar con un candidato afín (Ciudadanos lanzó a última hora, como alternativa a López, el nombre de otro periodista, Ximo Ferrandis, que contó con el apoyo tanto de Podemos como de Compromís, pero no así de los socialistas), obligará al partido que lidera Ximo Puig a renunciar a una posibilidad que se consideraba prioritaria por parte del Consell: las emisiones en pruebas de la nueva televisión. Para poder iniciar las retransmisiones haría falta un Consejo Rector, el órgano de dirección de la nueva televisión que se precisa para activar las contrataciones y poner en marcha un entramado que se ha convertido en un asunto de gran interés para el Ejecutivo liderado por los socialistas. El PSPV busca que se visibilice su gestión al frente del Consell, pero no al precio de dejar la presidencia de la nueva RTVV en manos de alguien que no sea de su máxima confianza.