LUCÍA GÓMEZ
Lunes, 1 de agosto 2016, 20:55
Un reconocido cronista parlamentario, Luis Carandell, recogió en un libro de anécdotas políticas que en las Cortes de Cádiz un diputado se marcó un silencio sepulcral durante años, sin conocerse intervención alguna en su haber y que la única vez que en sesión plenaria se escuchó su voz fue cuando se registró una corriente de aire heladora y se obró el milagro de tal manera que el callado diputado reclamó: «¡Esa puerta!». Hasta ahí. Entre los 99 diputados que durante esta legislatura se han batido en duelo parlamentario sólo hay un caso de tan callada presencia. Durante el primer año de la presente legislatura, el número dos del PSPV, Alfred Boix, no ha intervenido en plenos, según la propia estadística de la Cámara valenciana. Ya ocurrió durante la legislatura anterior. Se cumplieron dos años de la misma, entre 2011 y 2013, y el secretario de Organización socialista no había abierto al boca en el hemiciclo. Sus labores de partido le absorben, si bien no deja de cobrar su sueldo como parlamentario. En cualquier caso, nadie podrá excusar el silencio de Boix en que el partido le margina, en que su actividad principal es ser alcalde de su pueblo o que se le intenta proteger evitando su exposición. Todas estas razones, sin embargo, sí afectan en mayor o menor manera a los otros diez diputados que durante este año apenas han intervenido cada uno de ellos en cinco plenos de Les Corts, o menos. Una vez cada dos meses, o menos.
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CON MÁS INICIATIVAS
El responsable de Economía del grupo popular en Les Corts es un habitual en Les Corts, ha intervenido en una veintena de plenos, pero es que además ha presentado él solo más iniciativas parlamentarias que todo el grupo de Ciudadanos o que el de Podemos y hasta que el del PSPV.
Los once diputados que registran intervenciones en cinco o menos sesiones plenarias pertenecen todos a los dos grandes partidos (PP y PSPV), ya que en las formaciones más pequeñas el trabajo y las intervenciones se reparten más aunque sólo sea por obligación. Es el PP el grupo parlamentario con más diputados silenciosos: Toni Bertomeu, Miquel Domínguez, Marta Gallén, Juan de Dios Navarro, Manuel Pérez Fenoll, José Salas y Víctor Soler han participado, entre todos, en 14 plenos, un número pírrico. Por su parte, en el PSPV, intervinieron en cinco o menos sesiones de la Cámara Alfred Boix, Vicente Arques, Mercedes Caballero y Antonia Serna. En el caso de los populares Domínguez y Soler, su escasa presencia en los plenos se suma a las pocas iniciativas que han firmado, así como su muy discreta presencia en las comisiones parlamentarias. Por contraste, Juan de Dios Navarro, a pesar de no tener presencia en las sesiones del hemiciclo es uno de los que firma más iniciativas.
sin intervenciones
El número dos del partido socialista, secretario de Organización, no se prodiga en los plenos. En esta legislatura preside una comisión, lo que le otorga más protagonismo que durante la anterior legislatura, cuando tampoco realizó una labor parlamentaria reseñable en las sesiones plenarias.
En el polo contrario del silencio que acompaña a los once anteriores se sitúan, obviamente, los portavoces parlamentarios (Manolo Mata por el PSPV, Isabel Bonig en el PPCV, Fran Ferri por Compromís, Alexis Marí representando a Ciudadanos y Antonio Montiel como síndic de Podemos), pero también adjuntos como Fabiola Meco, Carmen Sánchez, Mireia Mollà, o Eva Ortiz.
Igualmente, parlamentarios como Toni Subiela (Ciudadanos), César Jiménez (Podemos), Mónica Álvaro y Teresa García (Compromís), María José Català, María Bernal, Jorge Bellver, Elisa Díaz o José Juan Zaplana (PP), y David Cerdán, Rosa Mustafá o Noelia Hernández, suman cientos de iniciativas. Capítulo aparte merecen aquellos que han rebasado el millar de propuestas selladas en el Registro de Le Corts, tal es el caso de Belén Bachero, Isaura Navarro y Juan Ponce en Compromís, así como el socialista Ignacio Subías y los populares Alfredo Castelló y Rubén Ibáñez.
Los diputados que salen a Les Corts más caros por el número de iniciativas presentadas son los de Podemos, que de media cuentan 64 a lo largo del primer año de legislatura por cada uno de sus doce parlamentarios (empezaron con 13, pero Covadonga Peremarch pasó al grupo de los no adscritos al negarse a dejar el escaño una vez fue expulsada de la disciplina del grupo parlamentario). A su vez, cada escaño ocupado por Compromís sale a 357 iniciativas de media, lo que convierte al grupo en el más productivo en cuanto al ratio de actividad por cada parlamentario. En segunda posición se sitúa el PP, si bien en cuanto al número total de iniciativas, los populares superan ampliamente a la coalición nacionalista, pues el grupo liderado por Bonig acumula más de 10.000 por las 6.000 de Compromís, si bien el PP cuenta con 14 diputados más.
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Otro capítulo aparte merecería la calidad de las intervenciones, imposible de medir a través de las estadísticas y que siempre quedan al albur de la subjetividad del cronista. El propio Carandell solía bromear asegurando que aquella persona que habla más de seis idiomas es un espía. La calidad de la oratoria parlamentaria no se puede medir por el número de intervenciones ni de iniciativas, si bien esta estadística sí suele ofrecer una tendencia de quién está en la pomada política.
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