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D. Burguera
Miércoles, 17 de agosto 2016, 10:59
Marcos Benavent se ha convertido en un personaje novelesco. El tipo pasa de recaudador para el PP (según él mismo señala, así consta en el sumario al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS) a testigo de cargo autocalificado como 'yonki del dinero', un «inconsciente que ha vivido en la inconsciencia», según afirmó a los periodistas en una inolvidable aparición pública tras meses sin tenerse noticia de él, un hombre que con tres aparatos de grabación y un ordenador oculto en una casa en el campo se convirtió en el dinamitador del PP en Valencia y su provincia a escasas semanas de las elecciones autonómicas de 2015. En el sumario, Benavent, durante años protegido del expresidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, explica cuándo realizó las grabaciones, dónde las guardó, cómo y por qué. Una trama repleta de personajes, miedos e intrigas.
Cuarenta y ocho horas antes de que la policía registrase el despacho del abogado de Benavent en busca de documentación, el exgerente de Imelsa realizó una declaración ante la UCO donde dio detalles de las grabaciones que realizó a María José Alcón y otros altos cargos del PP entre 2004 y 2007. Las realizó «con una grabadora», que apareció ese mismo 1 de junio de 2015 en el domicilio donde Benavent en Beniganim. Registros sonoros que fueron almacenadas en unas cintas. Otras grabaciones se realizaron con dos móviles, uno de ellos aportado por el abogado que asistió a Benavent y del otro terminal se desconoce el paradero.
«Estas grabaciones pueden tenerlas en la actualidad sus hermanos», señaló ante la Guardia Civil, si bien las podía tener más gente, concretamente, su exsuegro, Mariano López Sancho, a quien Benavent se las entregó «en un formato digital, en un lápiz de memoria USB o en un tarjeta de memoria». Precisamente, según aparece también en el sumario, a la diputada de EU, Rosa Pérez, le llegaron anónimamente las grabaciones que aportó a la causa en ese formato, un pendrive (lapiz de memoria).
Benavent se las confió a su suegro (actualmente exsuegro) «por miedo a que le pasara algo» y para «asegurarse que si pasaba algo, esas grabaciones pudiesen ser utilizadas». Benavent afirmó ante la UCO que su exsuegro «era plenamente consciente del contenido de las grabaciones» y que cuando se las entregó «él mismo las almacenó en un ordenador que tenía en un chalet suyo en la localidad de Xàtiva».
Según las manifestaciones de Benavent, las grabaciones eran «una especie de seguro de vida por los asuntos en los que él mismo intervenía recaudando dinero», ya que su cometido era «hablar con los empresarios y pedirles dinero una vez decididas las adjudicaciones», de modo que «si todo salía a la luz, con las grabaciones cada uno tendría que asumir su parte». Benavent aseguró que se consideraba a sí mismo «un recaudador» para su partido y que «para él, el haber recaudado tanto dinero (desde 2003) es el motivo de que en el año 2007 lo nombraran gerente de Imelsa». Por su parte, el exsuegro declaró ante la Benemérita ocho meses antes que, efectivamente, fue él quien acudió a la Fiscalía para aportar «un ordenador así como un lápiz de memoria en los que se almacenaban, entre otro contenido, archivos de audio», y que llegaron a sus manos porque «se encontraban en una casa de campo», la de López Sancho, «donde Benavent, que entonces era su yerno, ocasionalmente accedía al propio ordenador», sobre el cual aseguraba desconocer su contenido. El exsuegro realizó su declaración a principios de noviembre de 2014. Pocas semanas después, Benavent desapareció. La Guardia Civil constata que viajó a Ecuador y que permaneció allí durante meses, retrasando su retorno a España dos veces, en enero y en febrero hasta su impactante aparición en la que se confesó como un 'yonki del dinero'.
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