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El centro de atención telefónica de Imelsa no atendió 11.000 consultas

El centro de atención telefónica de Imelsa no atendió 11.000 consultas

La directora de personal revela a la UCO los incumplimientos del contrato y que se contrató a empleados antes de la adjudicación

A. Rallo

Viernes, 2 de septiembre 2016, 18:57

La exresponsable de Recursos Humanos de Imelsa María Escrihuela relató ante la Guardia Civil cómo se enfrentó a sus responsables de la empresa pública al detectar que la adjudicataria del servicio del centro de atención telefónica no estaba cumpliendo con las bases del contrato.

Así se lo advirtió incluso al propio presidente de la Diputación, Alfonso Rus, al mismo tiempo que le mostraba un documento que recogía que había en torno a 11.000 llamadas no contestadas. Rus, lejos de preocuparse por este asunto, le respondió que el jefe de Servicio -hoy también investigado- le decía que estaba todo en orden.

La comparecencia de Escrihuela en dependencias policiales se produjo durante los primeros días del mes de julio, pero el testimonio fue incorporado recientemente a la pieza separada en la que se investiga el amaño del call center, una adjudicación de 2013 cercana a los dos millones de euros. La que fuera responsable de personal de Imelsa figura como imputada en este asunto.

Mantienen las imputaciones a los trabajadores ficticios

  • El juez comunicó ayer que mantiene la imputación sobre algunos investigados por el cobro de indemnizaciones excesivas o por recibir una nómina sin ir a trabajar. El instructor rechaza de esta forma las peticiones de archivo del exsindicalista de UGT, de su hijo y de un testaferro de Benavent. Aclara que antes de cualquier decisión resulta necesario que declare de nuevo el exgerente de Imelsa. En cambio, sí archiva la causa contra Adriana Hernández, representada por el letrado González Wonham.

Escrihuela explicó a la Guardia Civil todas las irregularidades que observó en el procedimiento. Un nombre surge siempre como hilo conductor de la supuesta trama: Salvador Deusa, jefe de Planificación de Imelsa y el encargado de redactar los pliegos. El directivo tenía interés en que la empresa Servimun resultara beneficiada. Tras esta sociedad, al parecer, se encontraba el suegro de Benavent. «Me dijo que eran como hermanos», precisó la declarante ante los agentes. La firma resultó elegida pese a no tener ninguna experiencia en este tipo de servicio a los ciudadanos.

El testimonio del arrepentido Marcos Benavent ha sido clave para el inicio de las pesquisas. El exgerente de Imelsa y ahora principal colaborador de Anticorrupción reveló en su día los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) que el contrato del centro de atención «se encontraba amañado en cuanto al pliego de condiciones».

El proceso de contratación de personal por parte de la firma del call center llamó la atención de Escrihuela. Se da la circunstancia que conocía a una de las empleadas quien meses más tarde le confesó que fue entrevistada en una cafetería por el propio Salvador Deusa -lo que evidencia una estrecha relación con la empresa- e incluso antes de que se produjera la adjudicación. Un detalle significativo de que el proceso parecía no reunir todas las garantías.

Escrihuela se encargó de revisar el contrato tras la marcha de Deusa. Pidió documentación, aunque tardaron en facilitársela. Al comprobar las deficiencias convocó una reunión para penalizar a la empresa por el «deficitario servicio». Todos se opusieron. Se negaban a minorar el contrato. Tras esto se produjo la cita con Rus en la que el presidente desoye las advertencias. Benavent también le aconseja que abandone su empeño por solucionar el asunto. Escrihuela decide marcharse.

Deusa había dejado Imelsa al ser nombrado jefe de Medio Ambiente de la Diputación. Las reuniones sobre la negativa evaluación de la empresa adjudicataria generaron cierto nerviosismo en el personal de la firma. Fue entonces cuando supuestamente se produjo un hecho sorprendente. Deusa acudió a las instalaciones de la empresa y transmitió tranquilidad a la plantilla. «Aquí sigo mandando yo», proclamó, siempre según el testimonio de la directora de RRHH.

Los correos electrónicos que constan en la causa revelan la existencia de presiones de Salvador Deusa para tratar de justificar las valoraciones de los técnicos. Destaca su enfrentamiento con Enrique Grau, director jurídico, y quien se oponía a los criterios empleados por uno de los cabecillas de la trama.

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