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EDITORIAL | Rita Barberá debería dimitir

La decisión del Tribunal Supremo de investigar a la exalcaldesa coloca a la hoy senadora del PP en una posición insostenible

LAS PROVINCIAS

Miércoles, 14 de septiembre 2016, 08:28

Como era previsible, el Tribunal Supremo anunció ayer su decisión de aceptar el criterio de la Fiscalía e investigar a la exalcaldesa de Valencia por un presunto delito de blanqueo de capitales, un ilícito penal por el que ya están imputados medio centenar de cargos del PPCV en una pieza separada del conocido como caso Taula.

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La repercusión mediática de este caso de presunta corrupción excede los límites de la ciudad de Valencia y de la Comunitat. En unos momentos en que la gobernabilidad del Estado sigue pendiendo de un hilo, el futuro judicial de Rita Barberá ha adquirido una trascendencia nacional y un carácter casi simbólico, que no se puede explicar por su situación procesal, puesto que el Alto Tribunal aún tiene que decidir si solicita o no a la Cámara el suplicatorio de la dirigente popular, sino por las implicaciones políticas que conlleva para el partido que ganó con notable diferencia las elecciones generales del 26 de junio el futuro más inmediato de la que durante un tiempo fue conocida como la alcaldesa de España.

Precisamente por eso, por la relación que se está haciendo entre su situación judicial y el aislamiento político que sufre el PP, así como por el vacío que se ha producido en el grupo popular del Ayuntamiento de Valencia -donde únicamente se mantiene un concejal, Eusebio Monzó- la senadora Barberá debería dimitir de su cargo y dejar vía libre a que su partido, al que durante tantos años ha servido con fidelidad y absoluta dedicación, pueda recomponerse en la ciudad y seguir su camino libre de unas ataduras que son utilizadas por sus enemigos para desacreditarlo.

La extensa e intensa trayectoria pública de Rita Barberá no se puede ver reducida a su posible implicación en este caso de blanqueo de capitales, que supuestamente habría servido para financiar su campaña. El paso del tiempo, el juez de la Historia, pondrá y quitará razones y dejará a la exalcaldesa en el lugar que le corresponde. Pero precisamente porque el servicio a los valencianos ha sido el faro que ha guiado su actuación política, es necesario que reconsidere su estatus y opte por una dimisión honrosa, que le permita defenderse como cualquier particular sin salpicar a su partido.

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