BURGUERA
Martes, 27 de septiembre 2016, 20:41
La exposición del MuVIM sobre la modernidad durante la República sirvió para «inaugurar una nueva etapa en el museo», según sus organizadores, si bien en algunos aspectos las prácticas son tan antiguas como opacas, como es el fraccionamiento de contratos. El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, aprobó el pasado mes de julio, con sólo tres días de diferencia, la realización del mismo catálogo de la exposición en dos tiradas distintas, una en tapa blanda y otra en tapa dura, del catálogo sobre la muestra del museo dependiente de la institución provincial. Son dos adjudicaciones por el mismo valor, 17.300 euros sin IVA, contratos menores encargados a dos imprentas distintas (Martin Impresores y Campgráfic), que cuentan con el mismo administrador único, José Luis Martín, y rubricadas a través de sendos decretos publicados con tan sólo tres días de diferencia: 5 y 8 de julio de 2016.
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El MuVIM, dependiente del área de Cultura de la Diputación de Valencia, repite con la contratación del catálogo sobre la exposición de la modernidad en la República los mismos métodos que reiteradamente se practican en este departamento de la administración provincial. Cultura invirtió 13.491 euros en 2.000 agendas del presente año, que se encargaron a una imprenta del mismo pueblo, Picanya, del responsable de este área, el diputado de Compromís Xavier Rius. La autorización oficial para llevar a cabo aquel trabajo se produjo un mes después de que la institución recibiese la factura y, por tanto, se realizase el encargo. El sindicato UGT emitió el pasado mes de mayo una hoja informativa en la que, entre otras cosas, señalaba sobre la agenda «No estaría de más que alguien pidiera explicaciones sobre cuánto nos ha costado, cuanto le hemos pagado al ilustrador, diseñador y maquetador, al que ha escrito los textos, qué criterios se ha seguido para seleccionarlos y, muy importante, no aparece explicitada la imprenta en que se ha realizado, de dónde es y cuanto ha cobrado esa empresa».
Las cantidades de los encargos alcanzan exactamente el límite legal necesario para evitar sacar a concurso público los trabajos. Las dos adjudicaciones se realizan por un valor de 17.300 euros sin IVA y, con el impuesto se sitúan en 17.992 euros, a sólo ocho euros del límite de coste económico obligado para tener que convocar un concurso público.
En este caso, que se cumpla la Ley de Contratos del Sector Püblico no impide la sorpresa que generan los dos decretos para imprimir un total de 1.100 catálogos del MuVIM.
En el primero, fechado el 5 de julio, se aprueba pagar una factura con fecha de 7 de junio emitida por Martin Impresores en virtud de un contrato para el cual los interventores dieron su informe favorable un 23 de mayo. El encargo a la imprenta con sede en el barrio de la Fuente de San Luis de Valencia constaba de una edición de 500 ejemplares. José Luis Martín consta como administrador único de esta firma, que ha trabajado para la Diputación en anteriores ocasiones. El catálogo debió de venderse a ritmo de best-seller. El pasado 3 de junio (cuatro días antes de la factura emitida por Martin Impresores y exactamente dos semanas después de que los interventores aprobasen el primer encargo), los auditores de la Diputación de Valencia ya tenían sobre su mesa la petición para que aprobasen reeditar el catálogo.
El segundo encargo resulta aprobado mediante un decreto de la Diputación de Valencia que resuelve el presidente Rodríguez con fecha 8 de julio, tres días después de aprobarse el primer pago. Esta vez se realiza en tapa blanda, pero con el mismo diseño de maquetas e idénticas planchas, pero con una tirada de 600 ejemplares. La adjudicación es por el mismo valor que el primigenio (esos 17.300 euros que, de nuevo, permite enmarcar el encargo en el tipo de tramitación de contratos menores, sin concurso) si bien está destinado a otra empresa, Campgràfic Editors, con sede en el barrio del Ensanche de la capital del Turia. Sin embargo, los dos trabajos, además de consistir básicamente en imprimir el mismo catálogos a través de dos expedientes aprobados por los interventores con dos semanas de diferencia, tienen en común al administrador único de la empresa adjudicataria, José Luis Martín.
En el segundo decreto provincial, el fechado el 8 de julio y por el cual se aprueba la reedición del catálogo, ya se justifica tanta efusividad impresora en que, según indica literalmente el documento oficial, «la primera edición, para la que ha habido gran aceptación, se ha agotado y se tienen nuevos compromisos que asumir». El catálogo, por tanto, quizá se convierta en un superventas sin precedentes, que sobrepasa la capacidad de previsión del MuVIM y la Diputación, de tal modo que se encadenan los contratos de edición y reedición con escasos días de diferencia y sin concurso público mediante.
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