F. M./AGENCIAS
Miércoles, 19 de octubre 2016, 00:03
El expresidente de la Generalitat y exsecretario general de los socialistas valencianos, Joan Lerma, se convirtió ayer en una de las voces dentro del PSOE que respalda la abstención de su partido en el eventual debate de investidura de Mariano Rajoy. El senador valenciano -que en el último comité federal fue uno de los representantes del PSPV que respaldó las tesis de Sánchez, en contra de propiciar la abstención socialista -consideró ayer que lo que está en discusión es si sería mejor la celebración de otras elecciones generales, que serían las terceras consecutivas-. «En mi opinión esas terceras elecciones complicarían mucho la situación», remachó.
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La posición de Lerma en el debate abierto en el PSOE en relación con qué hacer ante la eventual investidura de Mariano Rajoy resulta especialmente significativa. Entre otras razones porque el propio exlíder de los socialistas valencianos -una de las voces más autorizadas dentro del partido- fue uno de los dirigentes del PSPV que respaldó hasta el final las tesis de Sánchez respecto a mantener el 'no' a la investidura de Rajoy y agotar las posibilidades de formar un gobierno alternativo. La posición de Sánchez cayó en el mismo comité federal en el que el exlíder socialista abandonó la secretaría general. Y Lerma entiende ahora que no cabe más alternativa que evitar nuevos comicios. El dirigente socialista apostó ayer por debatir «hasta el final con todas las consecuencias» y aceptar el resultado que se imponga mayoritariamente.
La posición del exsecretario general contrastó con la del portavoz parlamentario del PSPV en Les Corts. Manuel Mata señaló ayer que actuará con «libertad» y según su conciencia en el Comité Federal del partido del próximo domingo y votará «no» a una posible abstención del grupo socialista en el Congreso a la investidura de Mariano Rajoy. «Ni tenemos mandato imperativo ni nadie nos pone una pistola al cuello», remarcó.
Ángel Franco
Por otro lado, algunos dirigentes socialistas mostraron ayer su extrañeza por el hecho de que el veterano exdirigente socialista Ángel Franco hubiera podido participar en el último comité federal del PSOE. Entre otras razones, señalaron, porque Franco solicitó su baja como militante socialista después de que su nombre apareciera vinculado al caso Brugal y como medida preventiva con el objetivo de evitar que fuera el propio partido el que terminara forzando su expulsión como afiliado al propio PSOE.
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