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J. MOLANO
Sábado, 26 de noviembre 2016, 20:42
La Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV) celebró el pasado jueves su junta general ordinaria del mes de noviembre. En ella se dio luz verde a la modificación de sus estatutos. Los cambios aprobados incluyen reducir a tres -ahora son seis- el número de representantes políticos con voz y voto dentro de la institución además de pasar de ser una entidad provincial a tener ámbito autonómico y, por ello, dar representación a la Generalitat nombrando presidente de honor al jefe del Consell.
La junta de gobierno de la RACV, tal como publicó este periódico, llegó a un consenso entre sus miembros el pasado día 10 para dar entrada en la institución a representantes del Ejecutivo valenciano y también a mantener en seis el número de políticos dentro de la misma.
Esta fue una de las tres propuestas para modificar el artículo 6 de la normativa interna de la entidad centenaria que planteó el decano Federico Martínez Roda. Las otras dos incluían aumentar a siete, en un caso, y a nueve, en otro, el número de representantes institucionales.
Finalmente, se aprobó que el presidente de honor sería el presidente de la Generalitat, el máximo representante de la Diputación y el alcalde de Valencia serían vicepresidentes de honor y cada una de las tres administraciones podría nombrar a un representante más. Esto equivalía a que los académicos de número no excederían de 46, incluyéndose en ellos los diferentes cargos políticos.
El acuerdo alcanzado a principios de mes debía someterse a votación en la junta general del jueves. Martínez Roda puso encima de la mesa la propuesta, pero esta fue rechazada por los miembros presentes, entre los que se encontraban críticos y partidarios de su gestión.
Los académicos se preguntaron por qué tener tanto representante institucional en la RACV con capacidad de decisión, teniendo en cuenta que otras entidades como la Reial Acadèmia de Medicina de la Comunitat Valenciana, la Real Academia Valenciana de Jurisprudencia o la propia AVL carecen de ellos.
La presencia de políticos no es un tema baladí. En la votación del 30 de mayo que sirvió para aprobar la declaración conjunta con la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) fue crucial. La consulta quedó igualada a 17 votos por la participación de los dirigentes -dos concejales y un diputado provincial- y venció el sí gracias al voto de calidad del decano.
El acta de aquel día fue recurrida ante el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Valencia por catorce académicos y fue admitida a trámite el pasado 26 de julio.
Así las cosas, en la última junta general se planteó la posibilidad de que los académicos de número no excedieran de 43, incluyendo entre ellos el presidente de honor y los dos vicepresidentes de honor. El primer cargo correspondería al presidente de la Generalitat y los segundos al presidente de la Diputación de Valencia y al alcalde de la ciudad -un representante por institución-. Además, se dio vía libre a cambiar el ámbito de actuación de la entidad centenaria y que este pasara de ser provincial a autonómico, de acuerdo a la reforma estatutaria de la Real Acadèmia en 2001.
La idea fue aprobada tras someterla a votación, pero no se hará efectiva hasta que no cuente con el beneplácito del jefe del Consell. Sin su consentimiento no habrá modificación de los estatutos de la RACV. Martínez Roda tiene ya concertada una cita con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, según fuentes de la institución, para trasladarle el ofrecimiento.
El decano de la RACV ya ha comunicado a los académicos la celebración de una junta general extraordinaria la próxima semana para certificar mediante otra votación todos los cambios en los estatutos en el caso de tener el sí de Puig.
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