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Proximidad. Alexis Marí, junto a la vicepresidenta Oltra, el presidente Puig (de espaldas), Jorge Bellver y Alfredo Castelló. :: efe/kai Försterling

Marí y Punset, a la izquierda de Ciudadanos

La eurodiputada y el portavoz parlamentario de Ciudadanos tiran de su partido hacia posiciones más progresistas

FERRIOL MOYA

Domingo, 4 de diciembre 2016, 20:42

La dirección del grupo parlamentario de Ciudadanos acordó el pasado martes retirar el apoyo a una propuesta, impulsada por el PSOE y que el partido naranja había respaldado inicialmente, para subir el sueldo de los consellers y altos cargos del Gobierno valenciano. El debate, que será imposible de abordar sin un consenso unánime de los grupos políticos, se derrumbó desde el mismo momento en que Compromís, socio de gobierno de los socialistas en la Generalitat, evitó poner su firma en la enmienda a los presupuestos por la que se concretaba la iniciativa.

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Pero lo que permitió comprobar el enésimo cambio de opinión en la Comunitat de la formación liderada Albert Rivera es la cada vez más insostenible convivencia entre dos formas de entender la posición política que debe asumir esta formación. La enmienda la firmó el portavoz parlamentario Alexis Marí, referencia del partido como Síndic en Les Corts y pareja sentimental de la eurodiputada Carolina Punset. Y la retirada vino obligada tras el aluvión de críticas recibidas desde su propio partido por suscribir una iniciativa de este tipo sin trasladarla a los órganos de dirección, convirtiendo además a C's en el ocasional sostén de los socialistas para abordar un debate en el que la formación naranja no tenía nada que ganar. En privado, los más significados dirigentes del partido no ahorraron críticas hacia el portavoz parlamentario.

El papel de Ciudadanos con la enmienda permitió a los socialistas repetir el debate del año pasado -ya presentaron una enmienda similar, que tampoco prosperó-. Una sintonía, la de los dos partidos, que en el ámbito de Les Corts no ha pasado desapercibida en algunos debates parlamentarios. Pese a que Marí es el único portavoz que ha llegado a pedirle formalmente la dimisión al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, las estadísticas ya revelaron en la primera parte de la legislatura que la formación naranja coincidía en más ocasiones con el tripartito que con el PP.

La posición resulta chocante, no sólo porque las posiciones políticas de C's resultan más coincidentes con las populares que con las de la izquierda, sino también tras el pacto de Rivera para apoyar la investidura de Mariano Rajoy. «Parece una contradicción apoyar en Madrid al PP y en Valencia ayudar al PSPV» reflexiona una fuente parlamentaria.

Marí simboliza en la formación valenciana lo que Punset representa en el ámbito de la organización a nivel nacional. La eurodiputada, exportavoz en Les Corts, se ha referenciado en los últimos meses como una de las voces más críticas con el liderazgo de Albert Rivera. Punset coquetea con la posibilidad de presentar su propia candidatura y medirse al líder en el próximo congreso del partido. Y mientras tanto, participa en actos junto a algunas de los fundadores de C's, reconvertidos ahora en voces críticas con el líder de la formación por su acercamiento al PP y por lo que, según señalan, supone una desnaturalización del proyecto original de Ciudadanos.

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Dimisión de Punset

Cuando Punset anunció su salida de la dirección de Ciudadanos, a mediados del mes de octubre, reveló que no compartía «la mayor parte de las decisiones estratégicas tomadas por la dirección del partido». Un argumento que escondía su rechazo a la 'derechización' de la formación naranja, visualizada en el ámbito nacional con el acuerdo para respaldar la investidura de Rajoy, y su apuesta por la construcción de un electorado propio de centro. Y que en el ámbito autonómico chocaba con la defensa de las señas de identidad por la que apuesta el partido liderado por Fernando Giner -Punset menospreció a la Senyera el mismo 9 d'Octubre que el portavoz municipal del partido la portaba en la procesión cívica-.

Las dos almas de Ciudadanos, la de Marí y Punset por un lado, y la de la dirección nacional y buena parte de los principales cargos del partido en la Comunitat por otro, caminan en direcciones opuestas. Rivera, es cierto, apoyó al socialista Pedro Sánchez en su fallido intento de investidura. Pero desde entonces Ciudadanos ha resituado su rumbo de nuevo en las proximidades del discurso popular, con el argumento de no bloquear la constitución de gobierno. Punset y Marí han protagonizado diversos gestos que prueban su intento de atraer a su partido hacia posiciones más progresistas. Gestos simbólicos unos y más trascendentes otros, que encajan con ese carácter tan singular de la pareja -«ellos siempre van por libre», refleja una fuente de C's- que llevó al portavoz parlamentario a proclamar su amor por la eurodiputada desde la propia tribuna de Les Corts. Posiciones que, en el caso de no demostrarse como mayoritarias en el seno de su formación -circunstancia que se antoja probable-, difícilmente tienen encaje con la línea política que marca el partido.

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El acercamiento de Punset y Marí hacia el espacio político representado por el tripartito valenciano no ha pasado inadvertido en Blanquerías. Fuentes del PSPV revelan incluso algún contacto con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig -al menos una conversación con motivo del Día de la Comunitat y se especula con alguna otra-, donde el líder socialista habría incluso sondeado a Punset sobre sus planes de futuro. Algunos ámbitos plantean incluso una eventual incorporación de la exdiputada -que ya ha transmitido a sus íntimos su voluntad de poner punto y final a su etapa en la política de Bruselas- a la gestión autonómica.

Lo cierto es que el discurso de Punset, tan beligerante al menos inicialmente con los nacionalismos y con la utilización de las señas de identidad, guarda un encaje discutible con la acción política del actual Consell. Su llegada al liderazgo de Ciudadanos -tras pasar primero por UPyD y encabezar CIPAL (Ciudadanos Independientes por Altea)- le permitió mantener un discurso de abierta discrepancia con las posiciones más nacionalistas, al llegar a proclamar que la inmersión lingüística representaba el regreso a la aldea. Al conseller de Educación, Vicent Marzà, le llegó a advertir en Les Corts de que ese proceso era incompatible con un sistema plurilingüe. En agosto de 2015, apenas un mes después de llegar al cargo, Punset censuraba la «radicalidad nacionalista» del conseller. «Marzà trata al castellano y al inglés como lenguas extranjeras y accesorias», sostuvo.

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Sólo unos meses después, y ya en plena batalla por el liderazgo de Ciudadanos, el discurso de Punset ha experimentado un giro significativo. El pasado 18 de noviembre, con motivo de una mesa redonda sobre modelos educativos, la eurodiputada se deshizo en piropos hacia el conseller, al que elogió por demostrar «una nueva forma de hacer política». El propio titular de Educación, y su número dos en la conselleria, el socialista Miguel Soler, siguieron desde la primera fila sus palabras. «Lo importante es que la discusión (sobre Educación) no se plantee en términos ideológicos, sino según criterios pedagógicos», remarcó para poner en valor al conseller de Compromís.

Verso suelto

Lo que podría considerarse como esa evolución ideológica en el pensamiento de Punset se completa con gestos que ratifican esa percepción de 'verso suelto' que siempre se ha tenido de la eurodiputada, y ahora también del portavoz parlamentario de Ciudadanos. El pasado 26 de noviembre, el exlíder del PSOE Pedro Sánchez participó en varios actos en la provincia de Valencia, su primera parada desde que dimitiera de su cargo el 1 de octubre tras perder una votación en el comité federal de su partido. Sánchez almorzó en un hotel ubicado cerca de la Ciudad de las Ciencias. A los postres, dos dirigentes políticos se acercaron para poder intercambiar impresiones con el exsecretario general del PSOE: Punset y Marí. El portavoz de Ciudadanos en el Parlamento valenciano dejó testimonio de esa cita en una red social, en la que subió una fotografía con Sánchez y un comentario.

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Lo que podría no pasar de una anécdota más o menos curiosa se convierte en un hecho significativo a ojos del propio PSPV. Fuentes de esa formación reconocen la complicidad que el grupo parlamentario mantiene en muchas ocasiones con Marí, al que se considera como un dirigente político de perfil centrista y con el que se puede llegar a acuerdos. Desde las filas socialistas se considera que la posición del portavoz parlamentario de C's, como la de Punset, no es tanto un acercamiento hacia las posiciones que defiende el tripartito como un rechazo «a convertir a Ciudadanos en un satélite del PP».

Desde las filas socialistas se considera que las posiciones de Punset y Marí «son las lógicas en un partido que ha sido tan crítico con la corrupción del PP. Lo que resulta mucho más inexplicable es que se haya acabado asumiendo ese papel de bastón de los populares». Las fuentes consultadas por este diario dieron por hecho que, en el caso de que las tesis del portavoz parlamentario y la eurodiputada fueran las mayoritarias en la formación, «la colaboración y la transversalidad sería posible». En Blanquerías se admite que el origen político de ambos, en UPyD, les confiere un perfil político propio, con el que podría existir entendimiento. «Nunca se sabe lo que puede pasar, pero la colaboración podría llegar a ser posible», se reconoce.

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Desde el PP, las posiciones de Punset y Marí se consideran muy interesadas. Las fuentes de esta formación consultadas por este diario reconocen que el entendimiento con Ciudadanos ha resultado muy complicado «debido a los continuos cambios de criterio. Un día pactan algo con el PP, y al día siguiente rompen ese acuerdo y se apoyan en el tripartito», recuerdan. Los casos del consejo rector de RTVV y de la renovación del Consell Jurídic Consultiu prueban, a juicio de los populares, esos cambios. «Alexis y Carolina siempre van por libre», remachan.

¿Y el futuro? De lo que pocos dudan es de que la posición del portavoz parlamentario y la eurodiputada, en el caso de que Rivera ratifique su control de la organización en el congreso nacional de los días 4 y 5 de febrero, puede complicarse. Marí está en minoría en el grupo parlamentario y no son pocas las voces dentro de su partido que esperan su relevo. Punset, con su reproche de calibre grueso dirigido a Rivera -le ha echado en cara falta de democracia real-, tampoco tendría fácil ocupar posiciones de visibilidad en esa formación.

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