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B. F.
Miércoles, 21 de diciembre 2016, 20:29
Los nuevos modos en la Diputación de Valencia no terminan de cuajar. Se mantienen las ayudas a dedo y se cuida a los receptores afines. El pasado lunes, mediante decreto, se acordó la concesión de las subvenciones destinadas a entidades sin ánimo de lucro de la provincia de Valencia para el desarrollo de actividades culturales. En un principio, desde la corporación provincial se quiso hacer gala de ecuanimidad y rigor, y las ayudas se tramitaron a través de la Junta de Gobierno, gestionándose desde el área de Cultura que dirige el diputado de Compromís Xavier Rius. Sin embargo, la incapacidad para ejecutar las subvenciones terminó por provocar que el presidente de la Diputación de Valencia tomase cartas en el asunto y asumiese las competencias para ser él, Jorge Rodríguez, el que firmase la concesión de ayudas, un total de 361.000 euros de los cuales la mitad irán a manos de Acció Cultural del País Valencià (ACPV), mientras que otros 53.000 recalarán en Escola Valenciana, mientras que para el Centre de Recursos Just Ramírez (el colectivo Ca Revolta) recaen cerca de 16.000 euros. Igualmente, en este mismo paquete de subvenciones, a Lo Rat Penat se le han asignado 112.500 euros.
Año dorado
De los 361.000 euros dispuestos por la Diputación para las ayudas a instituciones culturales sin ánimo de lucro, el 65% del montante recala en entidades catalanistas. ACPV, impulsada por el editor Eliseu Climent y que defiende la promoción del catalán y las tesis partidarias de los «països catalans», cierra de esta manera un año dorado en cuanto a la recaudación de ayudas públicas de instituciones de la Comunitat. Acció Cultural recibe un nuevo gesto administrativo de apoyo, uno más, por parte de una institución sostenida por los partidos firmantes del Pacto del Botánico, a las puertas del fin de un ejercicio que supone un punto de inflexión para el ente promovido por Climent. Del ostracismo con el PP al maná con el tripartito, lo que será una noticia muy bien acogida por parte del Govern de Puigdemont, ya que durante años fueron las instituciones catalanas las que participaron económicamente en la actividad de ACPV.
El periplo administrativo de las ayudas a entidades culturales que otorga la Diputación de Valencia finalizará mañana, si bien arrancó el pasado 17 de mayo. Siete meses durante los cuales, el área de Cultura aprobó unas bases reguladoras, emitió el decreto de las ayudas el 5 de septiembre, tres semanas después rectificó el decreto y amplió el plazo hasta el 1 de diciembre para justificar la subvención porque se generaban «disfuncionalidades». El 5 de diciembre volvió a prorrogar plazos, y ya el pasado lunes decidió que fuese Presidencia la que lo gestionase.
Los tiempos han cambiado, ciertamente. Ni más lejos que el viernes, el Ayuntamiento de Valencia aprobó una nueva subvención al entorno de la Acció Cultural: 7.930 euros para un encuentro llamado 'Escritores refugiados. La literatura en el exilio', que se celebró con motivo de los Premios Octubre de este año. El Consistorio de Ribó ya otorgó 13.800 euros en contratos menores por cursos de valenciano y la compra de material didáctico. Otra iniciativa por la que recibió fondos municipales se debió a un proyecto cultural: otros 8.224 euros.
La entidad fue fundada entre otras personas por Joan Fuster y Eliseu Climent, siendo su presidente actual el escritor Joan Francesc Mira, que recibió la Distinción de las Letras Valencianas de la Generalitat el pasado 9 de octubre. Unos meses antes, Mira tomó posesión del cargo como miembro de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Y es que la Generalitat también ha mostrado una gran sensibilidad hacia la causa de este tipo de instituciones. El síndic de Ciudadanos, Alexis Marí, reprochó al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante la última sesión de control al Ejecutivo celebrada en Les Corts, sus criterios para conceder subvenciones directas. El Consell inyectó ayudas por importe de 70.000 euros a ACPV, a Escola Valenciana y a la Federación de Sociedades Musicales, respectivamente.
«Hemos ayudado a una entidad de democrática, valencianista y que ha hecho un servicio a la Comunitat, y lo ha hecho desde 1971. Por lo tanto, ningún problema. Como también hemos ayudado a la sociedad de amas de casa Tyrius o a las sociedades musicales. Nosotros hacemos una política cultural plural, para todas y para todos», aseguró Puig, un entusiasmo hacia los proyectos de esta índole tan singular que también parece haber echado raíces en el ánimo de Jorge Rodríguez, presidente de la Diputación de Valencia.
La institución provincial da de plazo hasta pasado mañana a ACPV, Escola, Ca Revolta y Lo Rat Penat para justificar las actividades culturales que se van a subvencionar, una serie de ayudas que comenzó a tramitarse en mayo. Siete meses después se otorgan a punta de decreto presidencial porque el procedimiento administrativo se ha atascado de una manera espectacular. Hasta tres cambios de fecha para presentar la justificación de las ayudas ha ofrecido la Diputación. Finalmente, la corporación se ha visto obligada a utilizar las atribuciones del presidente Rodríguez «para subsanar la lentitud del servicio y que no paguen los beneficiarios de las ayudas la ineficiencia de Cultura», el área que dirige Xavier Rius, según fuentes del equipo de Gobierno. «Este año era la primera vez que intentamos establecer unos criterios para otorgar las ayudas, que no fuese de manera arbitraria, pero el personal se ha visto desbordado por la gran cantidad de documentación que había que estudiar», asegura Rius.
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