Las batallas internas en Ciudadanos, PSPV, PP y Podemos aletargan Les Corts

Si se toma en serio a Les Luthiers (ganadores del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades) cuando advierten que los amigos «se ganan y se pierden, pero los enemigos se acumulan». En Les Corts se está alcanzando un punto de saturación de enemistad interna (entre los propios compañeros de partido) que deriva en colapso. De esta manera, plenos como el del miércoles se cierran con absoluta unanimidad de todos los grupos («¿si todos estamos de acuerdo en todo, para qué lo debatimos?», comentó un diputado en los pasillos de la Cámara) mientras los escaños se vacían de manera sistemática ante el escaso interés de los puntos, especialmente si se compara con el interés particular en cada una de las formaciones, actualmente enzarzadas en batallas por el poder.

En el orden del día del miércoles se acumularon hasta cuatro mociones subsiguientes a interpelaciones a tres consellers. Es decir, resoluciones tras dirigirse al Ejecutivo, un debate reiterativo que, además, en todos los casos se cerró con una votación unánime a favor de las propuestas elevadas por PP, Podemos o Ciudadanos. Los debates, sin embargo, estaban fuera de la tribuna de oradores. En el seno de cuatro de los cinco partidos con representación en Les Corts, que libran una batalla interna notable. La ausencia de temas candentes propició que al menos una docena de diputados (de los 99 escaños) se ausentasen del pleno, un número algo superior al habitual. Los presentes estaban, en muchos casos, más pendientes de sus cuitas partidistas que de lo que ocurría en el hemiciclo. No es para menos, tanto en Podemos como en PSPV y PP dirimen pulsos que afectan a sus señorías directamente. Ciudadanos, por su parte, está en plena resaca de la purga de su ya exportavoz, Alexis Marí, que podría culminar en el trasvase de cuatro diputados de Cs al grupo de los no adscritos.

En Ciudadanos ya han reubicado a Marí y el resto de su círculo parlamentario de confianza, que han sido alejados de las primeras filas del poder. Caras largas e ironías entre sus señorías de Cs.

Aún era más serio el gesto de sus compañeros de bancada, los populares, con Vicente Betoret muy serio y mirando constantemente el móvil en plena batalla para celebrar el congreso del PP en la provincia de Valencia. A la derecha del actual presidente provincial, el escaño vacío de María José Català, de viaje y de elocuente silencio desde hace mes y medio ante una pugna entre Betoret y Contelles en la que la exconsellera de Educación evita decantarse. A la izquierda, Eva Ortiz, la número dos de Bonig, a la espera de que Betoret aclare por qué fórmula de organización apuesta para el congreso.

En Podemos, prácticamente todos los diputados están integrados en dos listas distintas de cara al proceso de selección del sucesor de Antonio Montiel, síndic podemista, el único que ha renunciado a personarse en una batalla que exige organizar actos de todo tipo de cara a convencer al a militancia. Igual están en el PSPV, con los diputados enfrentados y deseando que llegue el día 21 para que se vote si Pedro Sánchez o si Susana Díaz. El secretario de organización, número dos de Puig en Blanquerías, abandonó el hemiciclo con dos puntos por votar. Dio igual, todos votaron lo mismo.