A. RALLO
Lunes, 5 de junio 2017, 19:58
El saqueo de fondos públicos que se produjo en la empresa pública Imelsa empieza a recuperarlo Divalterra, la nueva denominación que recibió para tratar de enterrar la anterior etapa de corrupción. La sociedad ha comenzado a recibir transferencias del dinero del primer contrato ficticio. En este caso, se trataba de una obra en una escuela taller de Llutxent que nunca se llegó a realizar.
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La investigación de esta causa no se ha realizado en Instrucción 18 sino en otro juzgado de la ciudad. Fue una de las primeras denuncias que presentó Imelsa nada más desapareció Marcos Benavent. Una estrategia para no parecer cómplice del exgerente y asumir el protagonismo para aclarar las irregularidades en Imelsa. El contrato era de 49.955 y se pactaron cuatro pagos de unos 11.000 euros.
El empresario ha reconocido que atravesaba dificultades económicas y que se quedó el dinero sin que la actuación llegara nunca a ejecutarse. El arrepentimiento del investigado se traduce en que cada mes aporta unos 1.000 euros para reparar la cantidad desviada. A estas alturas ya ha reintegrado unos 22.000 euros, según informaron fuentes conocedoras de este depósito.
Otro de los arrepentidos que ha decidido devolver el dinero es José Estarlich. El que fuera testaferro de Benavent lleva cerca de 4.500 euros transferidos a la empresa pública. Cobró durante un tiempo de la empresa pública sin desempeñar ninguna tarea. Era uno más de la docena de zombies que disfrutaban de un sueldo público por orden de los dirigentes del PP. Anticorrupción solicitó recientemente que esta causa -los contratos ficticios en Imelsa- se acumulara a la de los empleados falsos de la empresa Ciegsa. El ministerio público quiere un solo juicio para estas dos conductas.
Estarlich percibió una nómina de Imelsa mientras se tramitaban los papeles para ocupar la administración de la mercantil Berceo, otra firma del gerente. Recientemente acudió a declarar para tratar de desligarse por completo de la sociedad Spartaki Sinergias SL, que tenía participaciones de una empresa fotovoltaica. Su comparecencia generó reacciones. Benavent ha pedido acudir de nuevo al juzgado para rebatir esas manifestaciones.
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