Zaplana, acompañado de sus abogados en las inmediaciones de la Ciudad de la Justicia. Irene Marsilla

El abogado uruguayo insiste en que la secretaria de Zaplana recibió 2,3 millones en efectivo

El papel destinado a su mujer donde revelaba el titular de los fondos no apareció en los registros y dice que lo tenía «guardado en un cofre»

A. Rallo

Valencia

Jueves, 25 de abril 2024, 14:20

Fernando Belhot ha completado la sesión de este jueves en el caso Erial. El testaferro confeso de la fortuna de Eduardo Zaplana se ha sometido al interrogatorio del resto de defensas. Ha admitido que la mitad de su actividad en el despacho se centraba en ... ser agente fiduciario, representar al cliente oculto frente a terceros.

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El abogado de Francisco Grau, asesor de Zaplana, le ha preguntado por qué se le informaba directamente de las operaciones del puerto de Altea si no era él quien adoptada las decisiones finales. «Instrucciones no daba porque ese tema no se concretó, pero en el manejo de un negocio se quería dar una apariencia de realidad, que se viera por escrito que él consultaba al beneficiario sobre el negocio».

De igual modo, mostró extrañeza acerca de esa nota privada donde se recogía que Zaplana era el titular de los fondos y el hecho de que no lo encontraran en el registro. «Lo tenía en un cofre y era documentación personal». El objetivo era salvaguardar el dinero en el supuesto de que Belhot muriera para que su exmujer -«nunca le di el papel»- supiera el destinatario final del capital.

La abogada de Mitusoko Henríquez, secretaria de Zaplana, ha continuado con las cuestiones al testaferro. El hombre desveló que entregó 2,3 millones de euros a la secretaria a través del agente cambiario. «El agente me pedía siempre un nombre y un teléfono de una persona de Madrid». Y sólo lo daba si era esa persona la que acudía a recoger el dinero. Lo que ignoraba era el lugar donde se producía la transferencia.

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Saturnino Suances, acusado que se defiende a sí mismo, ha sido la última defensa en preguntar al testaferro. Ha preguntado acerca del certificado que pidió para descartar que Joaquín Barceló tenía algo que ver con Bansley. «Pero el documento era cierto». Zaplana le había pedido que se reunieran ambos. «No sé quién llamó a quién». Belhot ha recordado que él siempre pensó que los fondos de Zaplana eran obtenidos de manera lícita, pero no habían sido declarados en España. «La evasión fiscal en Uruguay no era delito».

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