Cs expulsa al senador Argüeso y le acusa de sabotear la moción en Murcia

La tensión sigue marcando el día a día de una Ciudadanos, que vive en estado de shock. La dirección nacional tomó ayer la decisión de iniciar los trámites para expulsar a Emilio Argüeso, ex secretario de Organización de Ciudadanos en la Comunitat, y de quien se sospecha que ha estado en la sombra de las maniobras en Murcia para frenar la moción de censura. Se trata de un hombre próximo a Francisco Hervías, que el pasado fin de semana anunció su salida de Ciudadanos y su desembarco en el Partido Popular.

El partido sostiene que Argüeso, ahora senador territorial elegido por Les Corts Valencianes, ha realizado manifestaciones públicas con voluntad de «infligir un daño relevante» a los intereses y a la imagen tanto del partido, algo prohibido en los Estatutos. De igual modo, la dirección mantiene que podría haber cometido otra infracción de carácter «muy grave» al haber ofrecido prebendas a cargos y afiliados del partido con tal de que abandonaran la formación y pasaran a ser tránsfugas. En este sentido, citan informaciones de varios medios. No está permitida esta clase de corrupción desde un cargo público.

Ciudadanos recuerda que la suspensión de militancia lleva consigo la obligación de abandonar su acta de senador, tal y como se comprometió el senador por escrito en la carta ética que firmó antes de ser elegido cargo público.

El senador, en unas recientes declaraciones, negó cualquier contacto con Murcia. «No he tenido ni un solo contacto con ninguno de los tres diputados. Con Isabel Franco he coincidido en algún consejo general, con Paco Álvarez hace más de seis años que no lo veo y con Valle Miguélez un año».

Ayer, tras conocer que la dirección de su partido había tomado medidas, el senador territorial valenciano aseguró que no sabía nada: «Si no se me comunica la apertura del expediente, no se puede resolver».

Responsabilidad. Ambición. Venganza. Miedo. Muchos sentimientos se mueven estos días en Ciudadanos, tanto a nivel nacional como autonómico. Si el partido se ha encontrado con una monumental vía de agua en su mascarón de proa a cuenta de la moción de censura en Murcia y las elecciones anticipadas en Madrid, todo ese drama ha repercutido directamente en Valencia. En su organización y en las personas. En la Comunitat, el que era su coordinador y síndico en Les Corts, Toni Cantó, se ha bajado del tren en marcha. A poca velocidad, pero aún en movimiento, y hay que buscar gente para liderar la sala de máquinas. Madrid sondea portavoz, autonómico orgánico y parlamentario. Un Cantó, o más bien dos. Uno para el partido y otro para Les Corts. O una. Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, no tiene ya muchas oportunidades. Le quedan pocas balas en la recámara, necesita alguien en quien confíe.

Por ejemplo, Fernando Giner, portavoz en el Ayuntamiento de Valencia de Cs, miembro de ese nuevo Comité Permanente dentro de la Ejecutiva, la persona que anteayer dio un paso al frente para defender a la presidenta a las pocas horas de que Cantó aderezase su adiós con recados de todo tipo para Arrimadas.

Por ejemplo, María Muñoz, que si no está en el comité sí está en la Ejecutiva. La diputada valenciana, amiga personal de Cantó, encabezó la lista por Valencia en las generales de hace dos años. En un principio, estaba previsto que viniese de número dos del propio síndic, el que ahora se ha ido. Muñoz hasta puso a punto la casa en Valencia, pero finalmente no hizo falta. El adelanto electoral en 2019 propició que cambiasen los planes de Muñoz, que tras unos días de silencio sepulcral en las redes ha vuelto a animarse a realizar comentarios en públicos, todos ellos en total sintonía con Arrimadas.

En diversas entrevistas, ambos han mostrado su disponibilidad a liderar el partido en la Comunitat «si se lo piden». O sea, si la presidenta así lo decide. No se postulan pero tampoco se descartan, si bien Giner es actualmente miembro de ese comité y portavoz municipal, por lo que quizá liderar la organización en la Comunitat sería ya demasiado. También es cierto que es complicado que Muñoz coordine o sea la portavoz de Ciudadanos en la Comunitat, desde Madrid. O no.

También será la dirección nacional quien tenga la última palabra sobre la portavocía del grupo parlamentario en Les Corts. De ahí alguien puede salir herido políticamente; o sea, salir al grupo de los no adscritos.

La tensión entre los que fueron más próximos de Cantó y los afines al senador alicantino Emilio Argüeso, ex responsable de la Organización de Cs en la Comunitat, ha derivado que la posibilidad de que Ruth Merino (en la que Cantó depositó su confianza) o Vicente Fernández (un perfil menos de centro y más de derechas) se conviertan en los síndicos del grupo parlamentario puede propiciar que de la división política se pase a la física y alguien coja el acta de diputado y se vaya al grupo de los no adscritos. «Esto está roto y dividido», señala una diputada naranja.

Entre los que aparecían como más próximos a Cantó pero que no tienen la intención de dejar el grupo se han realizado aproximaciones a los afines a Argüeso, que están alineados con Fernández. Ahora que se ha iniciado el proceso de expulsión de Argüeso, el grupo se pone en pie de guerra. No es descartable que tres o cuatro fieles al exsecretario de Organización en la Comunitat abandonen el grupo. Fuentes del grupo prevén que la designación del nuevo síndic no se producirá en los próximos días, sino que Madrid se tomará su tiempo para intentar encontrar una solución que no suponga un nuevo problema.

Continúan las dimisiones

Mientras tanto, el diputado Pablo Cambronero abandonó ayer el grupo naranja en el Congreso y comunicó que se desliga de su partido en la Cámara Baja, pero que mantendrá el acta. Y quizá no sea el único, ya que en los próximos días pueden seguirle Ruth Goñi y Miguel Sánchez, descontentos con la gestión de la Ejecutiva del partido, cuyas salidas se producirían de forma inminente.