Vicent Soler: el adiós de un símbolo del PSPV

A Soler le tocó la peor cartera, la del dinero cuando en la caja sólo hay telarañas, en el peor momento. La reforma de la financiación autonómica se le sitúa en su 'debe' como si del conseller de Hacienda valenciano hubiera dependido que el Gobierno, primero del PP y luego del PSOE, no haya presentado un modelo para negociar con las CCAA. En el haber, lograr siete presupuestos autonómicos consecutivos en un gobierno de coalición -primero sólo con Compromís, después con un tripartito-. Prescindir de sus servicios en la conselleria de Hacienda, deslizar que de esa forma se 'refuerza' su cartera, constituye un desprecio a una trayectoria intachable de política y de gestión. La llegada de los fondos europeos, igual que el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) han supuesto el oxígeno con el que el Gobierno valenciano ha logrado subsistir. Soler ha gestionado con prudencia, consciente de que la Ley de Estabilidad Presupuestaria es un marco que no se podía sortear. Y esa circunstancia le ha hecho convertirse en ocasiones en la diana del resto de partidos del tripartito. El recursos a los ingresos ficticios, esa milonga de incorporar como ingresos 1.300 millones de euros que en realidad no van a llegar, constituye para los que hemos visto desde la barrera su gestión en Hacienda la decisión más insostenible de cuantas ha adoptado al frente de ese departamento. Una práctica que el Soler Catedrático de universidad a buen seguro habría censurado, y que sin embargo ha tenido que aceptar para que el tripartito dispusiera de un cierto margen de maniobra en su gestión. Se va un símbolo. El nuevo titular, Arcadi España, no tendrá fácil mejorar su gestión.