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EP
Sábado, 7 de octubre 2017, 01:31
madrid. El presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Pedro Agramunt, anunció ayer que renuncia al puesto «por motivos personales», según reveló él mismo en una red social. Agramunt, que estaba bajo la lupa de los parlamentarios desde que el pasado marzo viajó a Siria y se reunió con Bashar al Assad, se marcha solo unos días antes de que la propia Asamblea someta a votación una moción para destituirle. De hecho, la Asamblea ha precisado que el debate de esa moción, que estaba previsto para el lunes por la mañana, ya no tendrá lugar. Así, en esa sesión plenaria, el presidente en funciones será el vicepresidente más veterano, Sir Roger Gale, que ejercerá la presidencia hasta que se elija a un sucesor.
El pasado junio, al final de la última sesión plenaria de la Asamblea, un total de 158 miembros presentaron una moción para destituir al senador valenciano, conforme a una reforma del reglamento que se había aprobado apenas tres días antes precisamente para permitir esa iniciativa. Conforme a las nuevas reglas, los parlamentarios que firman la moción son de cinco grupos políticos y 36 países diferentes.
Los firmantes señalaban «que el presidente de la Asamblea Parlamentaria ya no cuenta con la confianza de la Asamblea porque su comportamiento daña seriamente la reputación de la Asamblea y mancha su imagen». Agramunt se defendió con un comunicado en el que afirmaba que se sentía «víctima» de una «cruzada» por defender el diálogo para poner fin a la guerra en Siria, y añadía que su posición en este conflicto es «idéntica» a la del presidente francés, Emmanuel Macron.
El senador valenciano culpó de los intentos de destituirle a la delegación de Ucrania en la Asamblea, «por razones de su interés nacional contra Rusia», y a «los socialistas y la extrema izquierda, por razones de oportunidad política, y por tanto partidista, por la sencilla satisfacción de derribar a un Presidente del PPE».
Agramunt denunció también que la reforma del reglamento que se había aprobado para permitir su destitución suponía «manipular las reglas de la asamblea» y «retorcer los principios del Estado de Derecho», porque permite ser aplicada de manera retroactiva. El descontento con Agramunt -aunque su nombre ya había aparecido cuestionado tras vincularse a la 'diplomacia del caviar'- se disparó por un viaje a Siria que realizó el pasado mes de marzo. En su comunicado, explicaba que la visita fue a invitación de la presidenta del Parlamento sirio, Hadieh Abbas y «estrictamente motivada por una idea de apertura y paz».
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