Secciones
Servicios
Destacamos
Vicente lladró
Jueves, 12 de noviembre 2020
Ximo Puig ha adoptado una solución salomónica para resolver uno de los frentes abiertos que mantenían el PSPV y Compromís, la formación a la que pertenece la consellera de Agricultura, Mireia Mollà. Una decisión que al mismo tiempo asegurar una buena posición política, que no desmerezca, para Francisco Rodríguez Mulero, fiel puntal del organigrama socialista valenciano y hasta ahora secretario autonómico de Agricultura.
Mulero y Mollá han venido protagonizando en los últimos años notables enfrentamientos que se han agudizado hasta niveles poco resistibles, culminando en el reciente episodio de pretender despachar al número dos de la conselleria de su ubicación hasta el momento, con el pretexto de que dichas instalaciones eran necesarias para albergar el gabinete de la consellera.
En el fondo ha habido evidentes diferencias de conceptos y de enfoque político a la hora de abordar problemas y planteamientos agrarios. En una administración agraria repartida entre dos partidos, lo que viene trascendiendo a los administrados es que en las áreas bajo mando de cargos de Compromís hay más sensibilidad por aspectos relacionados con la ecología y el medio ambiente, y en la parte del PSPV-PSOE más atención a la agricultura de corte profesional más clásico, no obstante con la mediatización de la disponibilidad presupuestaria, siempre corta y con retrasos.
La situación había llegado a un punto de falta de entendimiento y de comunicación entre departamentos de la conselleria y sobre todo entre la consellera y el secretario autonómico, que se imponía un cambio drástico. Sin embargo parecía poco probable que el camino fuera el de rupturas o consolidación de diferencias que pudieran repercutir en la estabilidad general del Consell. De ahí que se buscara una fórmula que acomodara a todos y que no diera lugar a que nadie se diera por vencedor o vencido.
Puig ha encontrado la salida más adecuada, prácticamente salomónica, con la ayuda del ministro de Agricultura, Luis Planas, también valenciano. Francisco Rodríguez Mulero pasará a dirigir la empresa pública Seiasa (Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias), dependiente del propio ministerio y que se encarga de dirigir las inversiones oficiales en obras de modernización de regadíos en toda España. Cesará como secretario autonómico, pero no se ve rebajado, sino al contrario, y la consellera tendrá la oportunidad de contar con otra persona al frente de la Secretaría Autonómica de Agricultura, que tendrá que ser de la órbita del PSPV-PSOE, quien decida el propio Puig.
Mulero ya fue entre 2004 y 2011, durante el Gobierno de Zapatero, presidente de una de las cuatro entidades que entonces integraban Seiasa, precisamente la que correspondía a la Comunitat Valenciana, más Castilla-La Mancha y Extremadura. Luego se fundieron las cuatro en una sola, la cual dirigirá ahora.
En esferas de la Generalitat se espera que al contar con uno de los hombres fuertes y de máxima confianza de Puig en un puesto clave y de tanta relevancia, aparte de organizar adecuadamente los planes de regadíos en toda España, se deje sentir su presencia y conocimiento directo en el marco de la futura puesta en marcha de la 'Estrategia valenciana del regadío 2020-2040'.
No se ha decidido quién sustituirá a Mulero como secretario autonómico, pero quien parece tener mayores probabilidades es Roger Llanes, hasta ahora su 'mano derecha' como director general de Agricultura. Con él habría continuidad en las políticas agrarias del día a día y quizás se completaría la idea de que prevalece una solución salomónica, sin vencedores ni vencidos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.