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La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recomendó ayer en un informe sobre el proyecto de presupuestos de la Generalitat para 2020 que se exploren «políticas alternativas o adicionales de ingresos» que den más cobertura a la ejecución de las políticas públicas valencianas. La entidad que dirige José Luis Escrivá advirtió del «elevadísimo» nivel de deuda de la Comunitat, del riesgo «muy alto» para su sostenibilidad financiera y de que desde 2018 se ha quebrado la línea de convergencia iniciada en 2014 como consecuencia de las medidas de gasto adoptadas por el Consell, y que la alejan de los objetivos de déficit y de la regla de gasto.
La AIReF se sumó de esta forma a otras voces, como las del propio ministerio de Hacienda o la de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que vienen alertando del exceso de gasto de las políticas del Botánico. La entidad encargada de vigilar el cumplimiento de la Ley de Estabilidad concretó exactamente el espacio temporal -los ejercicios presupuestarios de 2018 y 2019- en los que el Consell de Ximo Puig ha disparado sus ingresos sin contar con unos ingresos suficientes que les den cobertura. Un planteamiento retratado en el último informe de Hacienda sobre ejecución presupuestaria, en el que se aprecia a mes de septiembre, un incremento de más de 900 millones de los gastos, mientras los ingresos apenas crecen 20.
El órgano que dirige José Luis Escrivá detecta esta situación y pide medidas. Y no se trata de un planteamiento más o menos difuso. La AIReF pide aprovechar «el presupuesto que está en tramitación» para plantear actuaciones que compensen ese incremento del gasto. «Es necesario ir más allá de medidas de corto plazo como retenciones de crédito, órdenes de cierre, recortes temporales, aplazamiento de gasto a ejercicios futuros», señala la Autoridad Fiscal como si retratara cada una de las medidas aprobadas este ejercicio por el departamento que dirige Vicent Soler. Lo que toca, señala el mismo documento, es identificar las ineficiencias donde se concentran las mayores desviaciones de gasto y aplicar actuaciones para corregirlas. Y «explorar políticas alternativas o adicionales de ingresos» que den más cobertura en la ejecución de las políticas públicas. Una recomendación con regusto a subida fiscal que, no obstante, no se identifica como tal.
La AIReF deja en evidencia las previsiones que el Consell explicita en sus presupuestos. Remarca que la primera previsión para 2020 situaba la mejora de los ingresos en un 17% respecto a 2019, gracias a incorporar los 1.325 millones de euros que la región presupuesta por la mejora en el sistema de financiación, aunque aclara después que el Consell ha remitido un segundo documento, ya sin esos 1.325 millones, y que sitúa el crecimiento de los ingresos en un 8%. La AIReF, en cambio, sostiene que crecerán sólo un 5%, y que obedecerán a la evolución positiva de los recursos del sistema de financiación. Los gastos, por contra, crecerán un 6% según la estimación de la administración autonómica.
El informe ve «muy improbable» que la Comunitat cumpla el objetivo de estabilidad para 2020, fijado en el 0% del PIB. «Alcanzar el equilibrio necesitaría un ajuste superior a 1,5 puntos del PIB regional -por encima de los 1.700 millones de euros-. La magnitud del ajuste y la evolución esperada de ingresos y gastos hace que el cumplimiento del objetivo (de déficit) se considere muy improbable». Fedea, en uno de sus últimos informes, situó en 1,8% el déficit previsible con el que la Generalitat cerraría el ejercicio actual.
En cuanto a la deuda -el Banco de España la sitúa muy cerca de los 48.000 millones de euros- , la Autoridad Fiscal cree que en 2020 se situará en el 41,8% del PIB, bastante por encima del 40,5% que prevé el Gobierno valenciano. El órgano fiscalizador atribuye la diferencia «principalmente por la mayor deuda esperada para financiar el exceso de déficit previsto en 2019 respecto del objetivo del 0,1% de este ejercicio», así como a un menor crecimiento del PIB.
En cuanto al riesgo para la sostenibilidad de la deuda, la AIReF lo considera «muy alto», debido al «elevadísimo nivel de deuda y el escaso espacio tributario disponible». Y añade: «Dos de las tres grandes agencias calificadoras sitúan la deuda a largo plazo dentro de la categoría de grado especulativo, mientras que la tercera la considera grado de inversión, aunque en su límite más bajo». El informe de la entidad que dirige Escrivá subraya que en los últimos cuatro años, con el inicio de la recuperación económica, la ratio de deuda se ha estabilizado en valores en torno al 42%, «a pesar de que el crecimiento acumulado en ese periodo ha contribuido a reducir la deuda cerca de 6 puntos de PIB». De hecho, la AIReF advierte de que la «dependencia de los mecanismos extraordinarios de financiación es muy elevada y sigue creciendo». La deuda contraída con la Administración central en el segundo trimestre de 2019 se sitúa ya en el 82,9% del total.
El varapalo de la entidad independiente -que sí se muestra favorable a establecer déficits asimétricos para las CCAA como pide la valenciana- fuer recibido desde la conselleria de Hacienda con la acostumbrada referencia a la necesidad de reformar el sistema de financiación autonómica. Soler anunció ayer la puesta en marcha de un plan estratégico para evaluar las políticas públicas.
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