El debate sobre la masificación turística y la búsqueda de un modelo sostenible (precios de las viviendas, gentrificación, conservación del patrimonio) resulta imparable. Un fenómeno que también se da en lugares de la Comunitat y donde la tasa turística, en su momento, se planteó como ... una medida para paliar las consecuencias de la llegada masiva de viajeros a determinados enclaves.
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Una de las fiestas del verano más internacional es la Tomatina, en la localidad de Buñol. La alcaldesa del municipio Virginia Sanz (PP) se ha mostrado partidaria de una tasa turística para controlar aforos durante una entrevista en Les Notícies del Matí (NTM). En realidad, su municipio ya la aplica al cobrar por la asistencia al evento festivo que se celebra siempre el último miércoles de agosto.
«Se descontroló por completo cuando no había aforo. Se trataba de controlar la asistencia y garantizar la seguridad», explicó. A partir de ahí has de tener una garantías, cumplir la normativa, dar seguridad, reforzar limpieza, según admitió. «La fiesta nos enorgullece pero era una carga que soportaban los vecinos y tener esta tasa hace que se palíen lo gastos. No sabéis la barbaridad de gasto de tener una fiesta bajo control».
A la alcaldesa se le insistió para conocer de manera más clara su posición acerca de la tasa, una medida que aprobó el Botánico -con libertad para cada municipio- y que el Consell de Mazón anunció que no se aplicaría. «Hay un gasto. Yo pondría la tasa para controlar un aforo no como algo simbólico por el gasto. Todo eso mejoraría en las condiciones turísticas».
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Pero el Consell, al margen de rechazar la tasa, no cierra la puerta a obtener nuevos ingresos con los que hacer frente a los gastos derivados del turismo. Por ejemplo, Mazón en algún momento sí ha respaldado medidas como el cobro de un importe mayor -en un museo, por ejemplo- a los que son turistas. La consellera de Turismo, Nuria Montes, planteó otro modelo de búsqueda de ingresos ante la falta de financiación de los municipios turísticos. Se trata de localidades que soportan una avalancha de ciudadanos en la temporada de verano.
«Cuentan con poblaciones muy pequeñas y tienen que sostener servicios para una población turística muy grande. Quizá habría que hablar de una reforma de la financiación de los municipios turísticos, que es ahí donde creo que debemos luchar, sería muchísimo más justo. Y este es un ejemplo como medida: que medio punto del IVA que se recauda por las actividades relacionadas con la actividad turística se quede en el municipio. Esto sería muchísimo más justo y más rentable», razonó la dirigente quien en su día fue también secretaria general de la patronal hotelera Hosbec.
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El PP siempre penalizó la idea del Botánico porque suponía un impuesto de entre 0,5 y los 2 euros por día -con un máximo por estancia- y que se cobraría a aquellos que pernoctaran en alojamientos reglados (hoteles y apartamentos). Sin embargo, dejaba fuera a otros visitantes que se refugian en alternativas como una vivienda propia, compartida con familiares o alquileres al margen del circuito legal. También, alegaban, era un lastre para grandes localidades turísticas, como Benidorm, que dependen en gran medida de los touroperadores.
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