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Teresa Ribera se examina estos días. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfica aspira a convertirse en vicepresidenta de la Comisión Europea. Y todo apunta a que lo acabará consiguiendo. Este mismo martes, Ribera tendrá que someterse a las preguntas de los eurodiputados de las comisiones competentes en los ámbitos de la cartera para la que ha sido designada: Asuntos Económicos y Monetarios, Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria e Industria, Investigación y Energía.
Hay quien considera, seguro que con mala intención, que toda la atención que Ribera viene mostrando por superar su prueba para poder convertirse en vicepresidenta de la Comisión Europea es la que no ha mostrado por la catástrofe que se ha producido en Valencia. Un drama que ha dejado más de 200 muertes y una terrible sensación de soledad entre quienes vieron pasar las horas, los días y ya más de una semana sin que se haya podido resolver su sensación de angustia por la falta de los mínimos recursos. No digamos ya, por la incertidumbre respecto a su futuro económico y laboral.
Tras el 29 de octubre, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha acudido a Valencia en dos ocasiones –una de ellas en compañía de los Reyes a Paiporta, en aquella visita en la que el jefe del Ejecutivo optó por abandonar la localidad a la vista de los incidentes que se estaban produciendo-. A Valencia ha venido el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, el de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, el de Economía, Carlos Cuerpo, la vicepresidenta Yolanda Díaz, la de Defensa, Margarita Robles, la de Ciencia Diana Morant…
Muchos o pocos, lo cierto es que entre la nómina de representantes del Ejecutivo central que han visitado Valencia para comprobar in situ los salvajes efectos de la DANA no figura Ribera, que es, precisamente, la titular de la que depende, por ejemplo, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), uno de los organismos que se han visto señalados por el retraso en la llegada de las alertas por el incremento de caudales.
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JC. Ferriol Moya
Ribera no ha venido a Valencia, y apenas se ha pronunciado respecto a lo sucedido. En una entrevista en la Cadena Ser, aseguró que había conseguido hablar con Mazón tras llamarle «cuatro veces» una vez que percibió la «preocupación» en el Cecopi por la dificultad en la toma de decisiones y la «gravedad de la situación». Ribera atacó a Mazón y defendió a la CHJ –«enormes profesionales que tienen la instrucción de trabajar directamente con los responsables de Protección Civil y con una estrecha coordinación y disciplina».
Y ya, ni una visita para comprobar en directo el impacto de la DANA, los coches construyendo un gigantesco tetrix y la angustia de miles de personas que aún no saben qué será de ellas. Ribera, una experta en cambio climático, no ha puesto el foco durante su gestión al frente de Transición Ecológica en la gestión hídrica. «Se le ha notado a lo largo de su mandato», señala una fuente conocedora de la actividad de l vicepresidenta.
Ribera no acudió al foro mediterráneo del agua celebrado en Malta en diciembre de 2021, ni al foro mundial del agua celebrado en Senegal en marzo de 2022. Tampoco a la conferencia de naciones unidas del agua (sí que lo hizo el Secretario de Estado de Medio Ambiente) de marzo de 2023, ni al foro mediterráneo del agua en Túnez, de febrero 2024. Y tampoco al foro mundial del agua en Indonesia, de mayo de este 2024.
Pedro Sánchez participa este martes en la cumbre del clima que se celebra en Bakú, capital de Azerbaiyán. Ribera no lo hará, porque tiene pendiente su examen para ser vicepresidenta de la Comisión Europea. El PP ya ha deslizado que va a endurecer sus preguntas a la titular de Transición Ecológica como consecuencia de esa posición tan en tierra de nadie en relación con la DANA que ha azotado la provincia de Valencia.
Y de Ribera aún se espera alguna explicación respecto al motivo por el que el presidente de la CHJ, Miguel Polo, guarda silencio respecto a lo ocurrido en esta DANA, ni de por qué no advirtió en el Cecopi del día 29 del incremento de caudales en el barranco del Poyo. De hecho, a lo largo de la jornada la CHJ venía realizando un seguimiento del incremento de caudales en ese barranco, y llegó a informar en diversos correos de que el caudal en el Poyo sufre ascensos y descensos. Pero no fue, en concreto, hasta un correo electrónico remitido a emergencias a las 18.43 horas cuando se comunica que el caudal ha alcanzado ya unos niveles fuera de toda dimensión, con 1.686 metros cúbicos por segundo, y con tendencia ascendente. Una barbaridad de agua que acaba generando el drama humano y económico ahora conocido.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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