No habrá bises: el Rialto, ahora sí, baja el telón
ANÁLISIS ·
La presumible salida de Gómez se une a la de Ribó mientras los protagonistas de 2027 empiezan a aprenderse su papelANÁLISIS ·
La presumible salida de Gómez se une a la de Ribó mientras los protagonistas de 2027 empiezan a aprenderse su papelSe apagan las luces, los tramoyistas recogen el atrezzo, se limpia el patio de butacas y los camerinos quedan vacíos. El Rialto baja el telón ... de forma definitiva. Al margen de si consigue o no el retiro dorado que busca, la ansiada (por ella) salida de Sandra Gómez, que espera protagonizar en Bruselas su propia obra, supone el punto final al proyecto político de izquierdas que dirigió los designios de la ciudad desde 2015 y hasta el pasado año. Gómez impulsó una concejalía de Urbanismo con más ideas que realidades pero a ella (y a su predecesor, Vicent Sarrià) habrá que apuntarle, siempre, la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento, gran hito de una gestión más centrada, a veces, en ejercer de contrapeso de Compromís que en sus propios proyectos.
Publicidad
Con Ribó ya en la montaña, donde seguro que está disfrutando de una esperada jubilación, la intención de Gómez de convertirse en eurodiputada deja dudas en el grupo municipal socialista. Tanto si se va como si no, la cuestión del relevo planea sobre el grupo, porque parece poco probable que Gómez se vuelva a presentar en 2027. Nadie ahí dentro quiere hablar de esas manidas metáforas sobre el hundimiento de un barco (mujeres y niños primero, no piensen mal), pero lo cierto y verdad es que el adiós de Gómez hace que las piezas se muevan. Se reparten de nuevo los papeles para 2027. Todos quieren ser el protagonista y enfrentarse a Papi Robles por la hegemonía de la izquierda y a Catalá, por la vara de mando.
Entra en juego, por tanto, Borja Sanjuán, el eterno dos, el perfil solvente y combativo de un hombre joven que ha dirigido la caja del Ayuntamiento. Ser el guardián de las cuentas municipales es como hacer un máster en gestión pública y todas las miradas se dirigen ahora hacia él. A la espera de ver si Sandra Gómez unge a alguien (no se esperan sorpresas) y, sobre todo, de si Ferraz apunta con su socialista índice a algún concejal o concejala, será Sanjuán el que pasa a un primer plano. No se puede perder de vista perfiles como Elisa Valía o María Pérez, sobre todo el de esta última, que se ha adaptado a las mil maravillas a la vida del Consistorio. Pero el antiguo concejal de Hacienda tiene (casi) todas las papeletas y parte, por tanto, con cierta ventaja.
Al menos de momento, por supuesto. Queda mucho hasta 2027. En concreto, tres años. Puede pasar de todo. Puede haber hasta una pandemia. El barco socialista tiene que sobrellevar la travesía oceánica del gobierno del PP y llegar con vida a las elecciones si quiere tener opciones, aunque es posible que la película final tenga otra protagonista. En los mentideros de la Casa Gran hay quien recuerda con cariño a la delegada del Gobierno, una Pilar Bernabé que tiene que decidir qué quiere ser en el PSPV y la que no pocos ya ven como cabeza de cartel municipal en 2027. No le falta experiencia, dado que fue asesora y concejala, ni don de gentes (Bernabé está en su salsa en casales y residencias de personas mayores) y, además, tiene algo que Sanjuán no tiene: la conocen. El cargo de delegada de Gobierno, además, la convierte en la socialista con más poder en la Comunitat Valenciana y aumenta su exposición pública. Sanjuán no tiene eso, pese a célebres patinazos como los que protagonizó en campaña con la cuestión de los insultos a Vinicius por una parte ínfima de la afición en Mestalla. Ser viral, en muchas ocasiones, no es lo mismo que gozar de conocimiento público.
Publicidad
Si pudiera, seguro que la alcaldesa estaría planteándose convocar elecciones. No se puede hacer en los ayuntamientos, pero la salida de Ribó y, de concretarse, la de Gómez descabeza la izquierda en pleno año de la Capital Verde Europea y en periodo electoral. Las piezas tendrán que encajarse de nuevo y algunos actores secundarios podrían verse catapultados a la primera o la segunda línea. Ahí está Sanjuán calentando la voz por si tiene que declamar Shakespeare: «¿Soy yo acaso el guardián de mi hermana (Sandra)?».
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.