Alexis Marí trabaja ya su desembarco en el PSPV

Alexis Marí (Valencia, 1972) puede presumir ya de ser un superviviente de la política. Su trayectoria, que sonrojaría a otros compañeros con ideas más sólidas, le ha permitido pasar del Partido Popular a la desaparecida UPyD para recalar, como estación intermedia, en Ciudadanos. Un saltamontes en el mundo de la representación parlamentaria. Tras su expulsión de la formación naranja, vendió la idea del grupo Agermanats con el resto de diputados díscolos en Cs.

El niño malo de Ciudadanos busca hoy acomodo, o mejor dicho, un futuro en la administración, de la mano de las relaciones que durante los últimos tiempos ha reforzado con el PSPV, el partido que concentra todas sus atenciones en redes sociales, según confirman desde el partido de Ximo Puig y ratifican en otros ámbitos políticos. Los socialistas, de la mano de Manolo Mata, parece que miden los tiempos y quieren tener la bala de Marí en la recámara. Mantener la expectativa de que pueden ser una salida válida para Agermanats. O bueno, pude que sólo para Marí. «Dejará tirado a quien haga falta», apuntan quienes han tratado con este experto en seguridad. Hay quien pone en duda que el PSPV vaya a recompensar finalmente los apoyos de Marí. «Creo que están jugando con él. Quizá la baza sería Punset, que podría aportar algo más al PSPV. Pero a Marí sólo no lo veo».

La realidad es que resulta complicado separar el futuro de Marí del de la eurodiputada Carolina Punset. No sólo porque sean pareja sino porque su carrera política parece ahora más que nunca íntimamente ligada a los réditos que puedan sacar de su particular lucha contra Cs. Hay un punto de inflexión del exsíndic de la formación naranja en la famosa boda que celebró la pareja. El enlace, oficiado por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, y con la intervención del presidente de la Generalitat, Ximo Puig y altos cargos de Compromís ya anticipaba una circunstancia cuando menos sorprendente al comprobar la lista de invitados, plagada de dirigentes del Botánico.

Pero, ¿cuál es la verdadera ideología de Marí? «No tiene ideología, no tiene», atajan quienes han trabajado de cerca con el responsable de Agermanats. Uno de los ejemplos más significativos fue la mochila ideológica con la que Marí llegó a Les Corts, en contra del nacionalismo, por ejemplo. En alguna de sus declaraciones se posicionó a favor incluso de la eliminación de las autonomías. De aquellos postulados se ha pasado ahora a reunirse con Carles Puigdemont en Bruselas en compañía de la eurodiputada Punset. Un viraje ideológico demasiado brusco.

Los más críticos opinan que ya desde que toma la dirección de Cs trata de convertir al partido en un satélite del tripartito, lo que finalmente acaba forzando su salida. Para la hemeroteca de Les Corts quedará aquel saludo de Manolo Mata, prácticamente una reverencia, después de que Cs apoyara la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de la Generalitat. Más tarde, estos diputados del grupo de los no adscritos, consiguieron derechos de parlamentarios a título individual que hasta la fecha sólo se concedían a los grupos.

También se recuerda su desobediencia a la formación a la que representa cuando a título personal decidió acudir a la manifestación a favor de una mejora de la financiación para la Comunitat Valenciana. «Tampoco tiene vocación», aclaran otros. Lo que de verdad le apasiona -continúan las mismas fuentes- es la sensación de poder orgánico de qué controla una organización al completo. Desde UPyD recuerdan, por ejemplo, cómo intentó montar una estructura paralela en la formación para intentar tomar el control. Idéntica finalidad que buscó en Ciudadanos. Pero la formación naranja reaccionó; «no era un partido tan pequeño». Ahora desde Cs optan por el silencio. La estrategia es no entrar en provocaciones, no entrar en el juego en el que Marí parece moverse con destreza.