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Alfonso Rus, tras la salida de los juzgados de Valencia después de ser detenido. jesús signes

Alfonso Rus, atrapado por la Justicia seis años después de su arresto

El expresidente, que no ha vuelto a trabajar desde que cerró su fábrica, afronta peticiones de condena de 20 años

A. Rallo

Valencia

Miércoles, 26 de enero 2022, 01:31

Alfonso Rus aguardaba tal día como hoy, hace seis años, la llamada de los agentes de la UCO a la puerta de su casa. El expresidente de la Diputación de Valencia vivía con el convencimiento –no era tan sólo una sospecha– de que iba ... a ser detenido. De hecho, el arresto fue casi retransmitido en directo. Incluso hubo medios que llegaron a publicar el día de la operación policial. Y, cómo no, acertaron. Así pues, aquel día, hace justo hoy seis años, cuando el alcalde de Xàtiva se despertó sabía que era el inicio de su calvario judicial.

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Hoy, tras seis inviernos, sólo espera la celebración de los juicios. Él siempre ha defendido que es inocente. De momento, ya tiene dos asuntos con suficientes peticiones de pena para destrozar cualquier vida. El caso de los zombies, la contratación de personas en Imelsa y Ciegsa sin que desarrollaran un trabajo real, se ha concretado en 12 años de cárcel. En otro de los asuntos, el amaño del famoso call center de la Diputación, se enfrenta a ocho años de prisión. En total, afronta solicitudes de cárcel de dos décadas. Y esto no es el final.

Aquel día, el 26 de enero de 2016, se lo pasó entre el registro de su vivienda en Xàtiva y sus empresas. Se vio obligado, más tarde, al cierre de su fábrica. Desde entonces no ha vuelto a trabajar. Su situación económica no parecer ser boyante; con todas las cuentas y propiedades bloqueadas. Su abogado cobra gracias a la póliza de responsabilidad civil que en su día firmó Divalterra. De momento ha recibido algo más de 60.000 euros de ese seguro para sus gastos de defensa. No hay que olvidar que el expresidente está salpicado en prácticamente todas las piezas de esta macrocausa.

Alfonso Rus no es ya aquel hombre que se paseaba orgulloso por Xàtiva. Hace tiempo todavía se le veía almorzando en un céntrico restaurante de la capital de La Costera. Ahora, opta por un salón más discreto, en las afueras. El expresidente, de 71 años de edad, es un hombre con cierto carisma entre sus fieles pero también incluso entre quienes fueron sus rivales políticos.

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Nunca ha estado en prisión, aunque la Fiscalía Anticorrupción pidió su ingreso cuando pasó a disposición judicial en aquel vertiginoso enero de 2016. El juez rechazó entonces aquella pretensión. La de Rus y también la del resto de supuestos cabecillas de la trama. Llama la atención que del supuesto mayor caso de corrupción de la Comunitat ninguno de sus protagonistas haya pasado ni un día entre rejas. Ni siquiera Marcos Benavent que se fugó en el arranque de las pesquisas. Rus nunca imaginó, hasta las Navidades de 2015, que el exgerente de Imelsa, su mano derecha durante años, le había traicionado.

El horizonte del expresidente se atisba complicado. Un hipotético ingreso en prisión por alguna de estas causas le llegaría ya en una edad avanzada. Eso no significa que no puede terminar en la cárcel. De hecho, no hay una edad máxima para entrar en una penitenciaría.

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