R. V.
VALENCIA.
Miércoles, 1 de septiembre 2021, 00:50
Ha pasado más de un mes desde que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, entrara en el debate sobre la financiación autonómica como elefante en una cacharrería y los cacharros aún vuelan de una cabeza a otra. Esta vez ha sido el alcalde de Madrid, el popular José Luis Martínez Almeida, quien ha lanzado un órdago al jefe del Consell instándole a reclamar al presidente del Gobierno la reforma del sistema de financiación en lugar de arremeter contra Madrid.
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En una entrevista en Onda Cero, Almeida reconoció que el sistema de financiación autonómico aprobado con José Luis Rodríguez Zapatero «a quien más perjudica de todas las comunidades es a Valencia, pero el presidente Puig prefiere que se ponga un impuesto a Madrid antes que decirle a Pedro Sánchez 'trátanos con justicia y equidad, modifica el sistema de financiación autonómica'». Y es que el pasado 24 de julio Ximo Puig protagonizó uno de los choques institucionales más fuertes entre los ejecutivos valenciano y madrileño al proponer, como posible solución a los problemas de infrafinanciación, la creación de un impuesto específico para las rentas altas de Madrid, que concentra los mayores patrimonios del país. No se quedó ahí el jefe del Consell, que acusó a la Comunidad de Madrid de ejercer una «competencia desleal» en materia impositiva.
Poco tiempo le faltó a la presidenta Isabel Díaz Ayuso para enarbolar la bandera de la 'madrileñofobia', máxime tras el aval que cosechó Puig del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien lo consideró «una idea que hay que seguir explorando y tiene mucho recorrido».
Tras una semana de reproches, el Gobierno trató de zanjar la polémica. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desautorizó a Escrivá y negó que el tema estuviera sobre la mesa. Tal fue la reprimenda que el presidente Puig trató de recular, asegurando que nunca propuso un nuevo impuesto para Madrid sino acometer un «reequilibrio de España» para «superar divergencias de renta» entre comunidades.
Lo cierto es que el tiro le salió por la culata y en esa polémica semana el PP arremetió criticando la política fiscal en la Comunitat al recordar, por ejemplo, que la tasa impositiva a las rentas bajas en Valencia es del 21% y en Madrid el 18%.
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Ayer el alcalde de Madrid ahondó en ello y recomendó a políticos como Puig «evitar discursos incendiarios contra Madrid» porque sólo «tapan los fracasos propios de gestión». Martínez Almedia sugirió al jefe del Consell «que antes de reclamar un impuesto para Madrid lo que tiene que reclamar al gobierno socialista es la modificación del sistema de financiación autonómica».
«Aquí que tanto hemos hablado de la sanidad en Madrid... el presidente de Valencia despidió a 3.000 sanitarios con un whatsapp», criticó el también portavoz del PP. «Cuando uno no puede presumir de su gestión lo que hace es señalar a otros», zanjó.
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