![Altos cargos nacionalistas y podemistas critican que Puig no consulte sus decisiones](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202005/19/media/cortadas/150208533--1248x866.jpg)
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BURGUERA
Martes, 19 de mayo 2020, 00:47
valencia. Los más veteranos asesores del PP durante los mandatos de los populares en la Generalitat calificaron como 'síndrome del Palau' la tendencia que, más tarde o más temprano' provocaba que los sucesivos jefes del Consell se aislasen en la sede presidencial y apenas entablasen contacto con el resto de altos cargos del Gobierno valenciano. El presidente Ximo Puig parece no estar inmunizado contra esa tendencia a bunkerizarse. Al menos tres secretarios autonómicos y directores generales de Compromís y Podemos admiten que la pandemia ha acelerado en el dirigente socialista ese proceso de refugiarse en el Palau y en sus colaboradores más cercanos. Algunos consellers de los partidos socios del PSPV evitan la crítica abierta y se limitan a encogerse de hombros. «El presidencialismo va 'in crescendo'», señalan desde una relevante Secretaría Autonómica.
Puig mantuvo el sábado una reunión con expertos que asesoran a la Generalitat en el proceso de desescalada. En la videoconferencia participaron una veintena de personas, entre científicos, catedráticos, altos funcionarios de Sanidad y personas de confianza del presidente. Ni rastro de la consellera de Sanidad, Ana Barceló. Ni mucho menos hubo presencia de altos cargos de Compromís en esa misma conselleria. Sí que había un conseller, Arcadi España, cuyas competencias actuales son las de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, y que hasta 2019 era el jefe de gabinete de Puig.
«La pluralidad política no existe», señala una secretaria autonómica. «Es la lógica con que el Palau ha gestionado la crisis», admite otra alto cargo. Entre los cargos de Compromís y Podemos en el segundo y tercer escalón del Consell observan resignados pero críticamente que Puig se rodee de un círculo de altos cargos y expertos «que valen para todo, da lo mismo que se hable de la financiación que de la pandemia».
La semana pasada, el portavoz de Ciudadanos, Toni Cantó, también recordó que la relación con Puig es distante. Hubo varias conversaciones con los síndics de Les Corts, una vez a la semana, hasta que se abandonaron. La presidenta del PP en la Comunitat, Isabel Bonig, también considera que Puig se ha parapetado en el Palau. «La legendaria furia del PSPV contra el Gobierno se la encarga a la consellera Barceló. Ella hace el trabajo sucio», ironizó la síndica popular respecto a las críticas lanzadas por la consellera de Sanidad el pasado 8 de mayo contra el Ejecutivo central, moduladas posteriormente por el propio Puig, que finalmente obvió todas aquellas exigencias de explicaciones que tuvo que reclamar Barceló y que nunca se dieron, al menos con la documentación exigida.
La cogobernanza que el presidente valenciano reclama al Gobierno central para abordar la pandemia no ha tenido su equivalencia en la gestión que el propio Puig hace de la crisis del Covid-19 en la Comunitat. Además de la sensación de que 'donde manda patrón, no manda marinero' que recorre los despachos de los altos cargos del Consell, en las diputaciones provinciales también consideran que se han visto apartadas de la toma de decisiones, a pesar de ser las diputaciones los órganos que mantienen una relación más directa con los ayuntamientos, y de disponer, proporcionalmente, de una fortaleza económica superior a la de la Generalitat.
Presidencia tardó hasta once días en convocar un encuentro por videoconferencia con los tres presidentes de diputación, Toni Gaspar (Valencia), Carlos Mazón (Alicante) y José Martí (Castellón). El encuentro duró 15 minutos. No hubo más trato hasta un mes después. El 25 de abril, los tres fueron invitados a participar en una reunión organizada por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). Casi un mes después, las diputaciones valencianas no han tenido nuevas noticias de la Generalitat. «Ni se nos llama ni se nos pregunta nada», reconoce una fuente cercana al presidente de la Diputación de Valencia: «Tiene un búnker en el Palau, y de ahí no sale».
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