Un anónimo sitúa al fugado de Terra Mítica en un hotel en Gambia

La Audiencia de Valencia le impuso once años de cárcel. No dudó a la hora de emprender su hasta ahora exitosa huida. Su pista reapareció en Senegal donde fue detenido en su momento y, a continuación, se le puso en libertad ante los problemas para extraditarlo. Pero desde entonces, la tierra pareció haberse tragado al empresario.

Ahora un anónimo recoloca el foco de nuevo en su figura. Un informador, que ha contactado con LAS PROVINCIAS y también con el tribunal le sitúa viviendo «cómodamente» en un hotel de Banjul, capital de Gambia. Allí se dedica al «tráfico de productos del mar en Guinea Conakry donde, al parecer, también completa breves estancias.

El paradero de esta persona resulta, según el informador anónimo, «bien conocido por muchas personas en Valencia», circunstancia que este periódico pudo conocer también en su momento. Herrero mantendría un fluido contacto telefónico con las personas de su entorno familiar. Se llegó a especular incluso con algunos problemas de salud en fechas recientes.

La Audiencia sigue muy de cerca este asunto, aunque las gestiones para conseguir su regreso han resultado infructuosas. El tribunal del caso –fue una de las primeras macrocausas de corrupción de la provincia de Valencia– acordó una orden de detención internacional y se le detuvo en el aeropuerto de Senegal. Pero, al cabo de poco tiempo, se le puso en libertad.

El anónimo, dos folios escritos a máquina y sin remite, abre una puerta a la esperanza de capturar al fugado. Lamenta el hecho de que las autoridades «no hayan actuado con la celeridad necesaria». De hecho, el tribunal ha pedido un informe a la Fiscalía acerca de cómo proceder ante las nuevas informaciones. Se desconoce el contenido de ese informe del ministerio fiscal.

El plazo de prescripción es de 15 años a contar desde el momento que la sentencia fue firme, el 6 de marzo de 2019. Por tanto, aún queda un amplio horizonte para que la pena prescriba y pueda regresar a Valencia. Pese a todo, su letrada presentó este año un escrito en el que trataba de beneficiarse de una hipotética prescripción. La Audiencia rechazó esta posibilidad.

El tribunal, por otra parte, remitió recientemente al Ministerio de Justicia un oficio para que le informara del estado del procedimiento de extradición que se sigue contra el penado en Senegal, ya que el último oficio recibido en la sección databa de marzo de 2022. Es decir, más de dos años sin noticias del condenado. Una huida de esta naturaleza no es sencilla. Aparte de la necesidad de unos recursos económicos importantes, al menos en el inicio de la aventura, supone romper con todos los vínculos familiares durante un lapso temporal que puede ser definitivo para muchos allegados.

El pasado de José Herrero presenta algunas sospechas. En su día, al parecer, intentó implicar en el caso Terra Mítica al expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, hoy juzgado y condenado en el caso Erial por el cobro de comisiones, algunas de ellas de origen desconocido. Una de las teorías apunta a que parte del dinero localizado en Andorra procedería del saqueo del parque. La Audiencia le impuso nueve años de cárcel.

Este empresario acudió con otro compañero a dos diputados del PSPV –Toni Such y Pepe Camarasa, este último fallecido hace unos años– para revelarles la existencia de una trama en el complejo de ocio que tendría al expresidente como uno de los principales beneficiados. La grabación de aquella confesión –lo hicieron los dos diputados– no sirvió para encausar al exdirigente popular.