Consuelo Chambó

Antifraude acumula más de dos tercios de ceses en su plantilla desde 2018

La Agencia dirigida por Llinares registra 33 bajas en un equipo de 46 personas pendientes de la investigación por acoso sexual a dos empleadas

Burguera

Martes, 1 de agosto 2023, 00:55

El grado de rotación del personal a lo largo de los cinco años de actividad de la Agencia Antifraude es tan alto que se han registrado ceses equivalentes a más de dos tercios de los trabajadores de una plantilla compuesta por funcionarios de alto nivel ... que entran y salen del organismo que lidera Joan Llinares a un ritmo inusualmente alto. Según el informe interno elaborado con el fin de realizar el plan de igualdad de la entidad pública, hasta 2022 se han registrado 33 ceses en un equipo compuesto actualmente por 46 personas.

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«Las exigencias, dedicación y rigor exigible en el funcionamiento de la agencia no son fáciles de llevar en nuestra tradicional cultura funcionarial», señaló en noviembre de 2019 Llinares para explicar algunas de esas bajas, cuando la agencia ya había acumulado una decena de salidas y contaba entonces con una relación de puestos de trabajo de 37 personas. La sangría, lejos de detenerse, continúa. Pocos meses más tarde, en febrero de 2022, un par de adioses más, de modo que en dos años eran una docena los que ya se fueron. El ritmo no ha remitido y ahora, en cinco años, son más de una treintena. Una situación muy peculiar.

Hace cuatro meses, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS, cesó el director de Prevención, Formación y Documentación. Llinares ya ha tenido tres directores de análisis e investigación; otros tres responsables de Administración; dos directores de prevención y dos jefes de gabinetes y relaciones institucionales.

«Fugas de talento»

«Sería recomendable realizar una encuesta o entrevista de salida para recopilar si los motivos de renuncia tienen que ver con la falta de conciliación y así evitar las fugas de talento», señala el informe donde se recopila la retahíla de personal saliente del organismo. Precisamente, en una de esas encuestas realizada con el fin de confeccionar el plan de igualdad se ha destapado dos casos de acoso sexual entre el personal del organismo. Funcionarias de la Agencia han recibido mensajes con «contenido sexual no deseado cuyos remitentes son personas con las que trabajan».

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Llinares aseguró entonces que se iniciaría una investigación sobre la que nada se ha comunicado al personal de una plantilla con una limitada confianza en la capacidad interna de la organización para solventar ese tipo de problemas. Una buena parte de las trabajadoras del organismo no confían en la Agencia a la hora de gestionar los protocolos para este tipo de situaciones. Del resultado de esas supuestas investigaciones anunciadas por Llinares no se ha conocido ningún dato relativo a los presuntos acosadores, lo que no debe de resultar nada extraño a una parte de la plantilla, a tenor de sus respuestas en los cuestionarios vinculados al plan de igualdad.

«Ante la pregunta: 'En caso de que estuvieras siendo una víctima de acoso sexual o acoso por razón de sexo: ¿confiarías en la profesionalidad de la organización para solucionar la situación?'», responden afirmativamente 14 mujeres (53,8% del total) y 13 hombres (76,5% de los hombres). Entre las personas que responden negativamente, se encuentran mayoritariamente mujeres y alcanzan a ser casi la mitad». Así explicita el informe la desconfianza de las encuestadas, una plantilla feminizada y con una elevada formación académica, funcionariado público de la máxima categoría.

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Motivación

Alta exigencia, supuestos acosos y motivos personales se acumulan y propician esa gran rotación entre los miembros de la plantilla. La evaluación interna indica que oficialmente se alegan motivos muy variados para abandonar la Agencia: renuncias por mejoras de empleo, por vuelta al puesto de origen, jubilaciones, llamadas a bolsas de empleo de la Generalitat…

De los 33 ceses, un tercio exactamente (11) ha preferido renunciar y volverse a su puesto de origen, otros nueve ha visto como finalizaba su comisión de servicios y tres se apuntaron directamente como abandonos discrecionales. El resultante ha sido una plantilla inestable a pesar de que gran parte de la actividad de la Agencia se centra en investigaciones y análisis que precisan de largo tiempo, tiempo que parece no transcurrir en demasía cuando se trata de abandonar el organismo por parte de sus propios trabajadores.

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