

Secciones
Servicios
Destacamos
Los históricos problemas de la Agencia de Antifraude para completar su plantilla han encontrado ahora una nueva derivada. Ya no sólo es la marcha de personal, al menos 17 personas en el último año y medio, según los datos recabados por LAS PROVINCIAS. Ahora se ha dado el caso de que la Agencia no encuentra personas que cumplan el perfil que busca el organismo que dirige Joan Llinares.
Así consta en una resolución publicada recientemente en el DOGV. De tal forma que el puesto de jefe de Formación queda vacante, tal y como consta en la citada resolución. Se desconoce cuántos aspirantes -deben ser todos funcionarios- concurrieron finalmente a esta plaza. El Diari Oficial no concreta el número de candidatos, pero sí que ninguno de ellos reunía todas las capacidades que requiere el puesto.
El informe incide en que los solicitantes tenían «experiencia y/o formación en alguna de las vertientes propias del puesto de trabajo», pero ninguno de ellos dispone de la «idoneidad suficiente» para cumplir las funciones propias del puesto con el nivel que se requiere.
Lo que no aclara el procedimiento es qué ocurrirá en un futuro con esa plaza -si puede salir de nuevo a concurso- y quién asumirá ahora las funciones de este encargado.
LAS PROVINCIAS ha tratado sin éxito durante las últimas semanas de contactar directamente con Joan Llinares para aclarar algunos aspectos de su gestión porque la Agencia ya no cuenta con una persona que lleve las relaciones con los medios. La responsable de esta tarea también abandonó el organismo hace meses.
El goteo permanente de bajas se ha ido argumentando de acuerdo a los motivos más variados. Por un lado, la falta de medios unida al gran volumen de trabajo durante los dos últimos años. Pero también las relaciones de Llinares con sus subordinados han sido un punto a tener en cuenta entre buena parte de los que han optado por salir de la entidad.
Las justificaciones que ofreció el director tampoco invitaron a rebajar la tensión. Más bien todo lo contrario. Asediado en plena ola de abandonos, señaló que es difícil adaptarse a un organismo hiperespecializado como la Agencia con una cultura funcionarial. En resumen, que Llinares sostiene que en la Agencia se debe trabajar más allá del horario.
La realidad es que la entidad adscrita a Les Corts -y que el propio Llinares defiende que sea considerada como órgano estatutario- no termina de encontrar la estabilidad. «Se habla más de ella por las bajas que sufre que por sus investigaciones», proclama una fuente parlamentaria.
La memoria de Antifraude, que nació por el empeño de Podemos en la primera legisaltura, recoge que la entrada de asuntos se ha estabilizado. Las estadísticas muestran que el 80% de los casos se archivan sin abrir una investigación. Es decir, se rechazan porque los hechos puestos en conocimiento no son irregulares o porque faltan indicios. Pese a estas circunstancias, la mitad de los expedientes de la Agencia en 2019 están pendientes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.