Antifraude inicia una «persecución» por el informe de denuncias de acoso sexual

Lo que debía ser una investigación prudente, comprensiva y con las virtudes propias del que quiere generar confianza en dos víctimas anónimas de un acoso sexual aún por aclarar en el seno de la Agencia Antifraude, ha derivado en una caza de brujas con el supuesto fin de blindar a la entidad frente a unas pretendidas filtraciones que, en realidad, son comunicaciones de índole sindical. El director del organismo, Joan Llinares, ha incoado sendos expedientes contra dos funcionarias para apartarlas de su trabajo y dejarles sin sueldo. Llinares busca topos, infiltrados. El motivo final de estas sanciones es la presunta revelación de datos confidenciales de la actividad de la Agencia. El intento de evitar que se conozcan datos relativos a las incidencias laborales del organismo ha provocado que el sindicato UGT estalle y finalmente denuncie la «persecución» que se vive en la Agencia, donde se elaboró un informe con el fin de realizar un plan de igualdad que propició la revelación anónima de dos trabajadoras tras haber recibido mensajes indeseados de carácter sexual por parte de compañeros de la entidad.

«UGT considera inaceptable la manera de proceder del director de Antifraude, Joan Llinares, que en lugar de velar por las condiciones de trabajo de la plantilla, ha optado por una suerte de persecución sindical al abrir injustamente expediente disciplinario y dejar sin empleo y sueldo a dos trabajadoras; una de ellas delegada sindical de nuestra organización y la otra, afiliada», explica Gonzalo Fernandez, responsable del sector de Administración Autonómica y Justicia de UGT Serveis Públics.

Se da la circunstancia de que la Agencia tiene a gala promover las denuncias de mala praxis en la Administración y trabaja para anonimizar y proteger a quien señala la mala gobernanza. Sin embargo, Antifraude no ha tenido empacho en rastrear con todo tipo de medios a sus propios trabajadores con el fin de localizar la supuesta filtración del informe que destapó el acoso. Fernandez advierte que su sindicato «lleva mucho tiempo preocupado por el clima laboral existente en Antifraude. El sindicato es conocedor del malestar generado por situaciones que rayan el acoso laboral y que suponen un menoscabo de las personas trabajadoras». Un clima «impropio de una entidad que tiene a gala velar por la integridad y la ética pública» que no parece que pueda desvincularse de la enorme rotación de puestos en la entidad.

«Las alertas se dispararon con el informe preeliminar sobre igualdad que desvela presuntos casos de acoso sexual y que evidencia que gran parte de la plantilla, sobre todo mujeres, no confía en la Agencia para resolver este tipo de situaciones tan graves», indicó el dirigente sindical.

Fernandez, en relación a la investigación que adelantó LAS PROVINCIAS, relató que «ante la gravedad de lo que ocurre dentro de la Agencia y ante la falta de respuesta del director respecto al informe, el sindicato quiso trasladar a la opinión pública y denunciar lo que estaba ocurriendo. Es inaudito el expediente a dos trabajadoras que no participaron ni de esa decisión ni de esa denuncia pública. Llinares les acusa de no sabemos qué filtración».

«UGT valora muy positivamente el trabajo de Agencia, pero este organismo no puede estar al margen de las condiciones de trabajo de su personal, y mucho menos obstaculizar la labor sindical. Por su propia naturaleza debería ser garante de un clima de trabajo saludable con toleracia cero a prácticas autoritarias y de acoso laboral. El sindicato denunciará siempre este tipo de situaciones, al margen del lugar donde se den, y en este caso concreto, no descarta emprender acciones judiciales contra el director de la Agencia», advirtió el dirigente sindical.

• Temas
• Oficina Antifraude