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No han pasado ni cinco meses. Carlos Fernández Bielsa conquistó la secretaria general del PSPV de la provincia de Valencia el pasado 16 de enero ... tras imponerse en primarias a Mercedes Caballero. El joven alcalde de Mislata (Valencia, 1981) alcanzaba una posición de protagonismo orgánico después de encadenar mayorías abolutas en su municipio desde 2011. Han pasado menos de cinco meses desde que conquistó el liderazgo provincial y, sin embargo, en el seno del PSPV ya se observa con recelo su creciente visibilidad. Hay elecciones en 2023 y cualquier movimiento se amplifica.
Bielsa es vicepresidente de la Diputación de Valencia, y se da por hecho que, en el caso de que Toni Gaspar decida no continuar al frente de la corporación provincial, el líder provincial será el que asuma esa responsabilidad si es que el resultado electoral se lo permite.
Mucho antes de eso, desde prácticamente su llegada al líderazgo del partido en la provincia de Valencia, muchos ojos de cargos socialistas se han puesto ya sobre el joven alcalde de Mislata. Amarrada la mayoría electoral de su municipio, alcanzado ahora un bastión orgánico de primer nivel, con la presidencia de la Diputación en la hoja de ruta, Bielsa va ganando poder, se va situando sobre el escenario socialista, consolidando una posición de fuerza de cara a un horizonte que será calmado si los socialistas vuelven a gobernar la Generalitat. Pero que será convulso y agitado si esa circunstancia no se produce.
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A Bielsa se le tiene desde hace tiempo como una de las alternativas de poder en el seno del socialismo valenciano. El secretario general y president de la Generalitat es Ximo Puig. Pero a nadie se le escapa que en el momento que no revalide esa segunda responsabilidad, perderá casi de forma automática la primera. Estar bien situado para jugar un papel destacado en la nueva etapa resultará determinante. Bielsa ya lo está.
Probablemente por ese motivo, la intensa agenda del líder de los socialistas de la provincia de Valencia no pasa inadvertida. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, eligió hace pocos días Mislata para visitar un instituto de FP y anunciar una inversión multimillonaria. 'Precisamente' Mislata y el día de la toma de posesión de los nuevos consellers de Puig. La 'coincidencia' no pasó inadvertida.
Desde su llegada a la secretaria provincial, Bielsa no para. Actos, reuniones, comarcales, interparlamentarias... Hace pocas fechas se trajo a Valencia al portavoz federal del PSOE, Felipe Sicilia, y al exnúmero tres y exministro José Luis Ábalos. A la cita también acudió el secretario de Organización del PSPV, José Muñoz, y el conseller de Hacienda Arcadi España, otra de ñas 'referencias de futuro' del socialismo valenciano.
Bielsa llega a todo. Lo mismo participa en un encuentro con afiliados, que reúne a su dirección provincial o que presenta un «esdeveniment de referència en animació, vídeo-jocs i new mitjana per a impulsar el sector audiovisual», como ha hecho este jueves en la Diputación de Valencia. Su presencia en redes sociales es intensa, igual que su capacidad para atraer a sus reuniones a algunos de los primeros espadas del partido. O para estar presente en citas como la de Almussafes del pasado fin de semana -terreno supuestamente hostil-.
A su llegada al cargo, el dirigente socialista se puso el objetivo de coser una organización que venía del choque en el último congreso provincial. Los congresos comarcales se saldaron, salvo en un caso, con pactos para evitar la confrontación entre candidatos.
La experiencia dice que el electorado, el de cualquier partido, castiga las broncas internas. Bielsa prácticamente las ha borrado del mapa, aunque desde el entorno de Sandra Gómez se admita en privado alguna desconfianza hacia el líder provincial. El PSPV del cap i casal ninguneó a Bielsa con motivo del congreso que reeligió líder a Gómez. Y el líder provincial replicó y no contó con la líder de la ciudad en su interparlamentaria, celebrada precisamente en Valencia.
Bielsa avanza y toma posiciones. Y ese detalle no pasa inadvertido. Ni para el aparato que controla la organización a nivel de país, ni para el líder provincial de Alicante, Alejandro Soler, al que muchos sitúan también en la carrera de futuro del socialismo valenciano. El líder del PSPV de Valencia procura reiterar de forma constante su lealtad hacia Puig, consciente de que no hacerlo levantaría aún más suspicacias. Se entiende bien con el jefe del Consell, igual que con la titular de Justicia, Gabriela Bravo.
Pero su visibilidad gusta poco en algunas esferas del partido. «Se ve a la legua lo que pretende», señala un veterano del partido, conocedor de la fontanería del PSPV. «No pasará nada si gobernamos después de 2023. Pero como eso no pase...». En los puntos suspensivos el nombre de Carlos Fernández Bielsa ocupa un lugar preeminente.
¿Tanta presencia pública es oportuna? ¿Corre el riesgo de que su partido lo considere socarrado antes de tiempo? La respuesta a las preguntas que se plantean algunos cargos del partido dependen del interlocutor al que se le trasladen. Pero en algunos ámbitos del socialismo valenciano se advierte de que puede acabar pareciendo que Bielsa se centra más en su hoja de ruta orgánica que en sumar fuerzas para que el resultado de los comicios del próximo año sea lo más favorable posible para el PSPV. «La ambición, legítima, debe de ser compatible con el trabajo en equipo. Y ahora el primer objetivo del partido es ganar las elecciones», señala un cargo del partido.
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