El arquitecto de los famosos declara que Zaplana «ganó mucho dinero» en operación en La Finca

El expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana compró una vivienda en la prestigiosa de La Finca para especular. Al menos, así se desprende la declaración de Joaquín Torres, conocido como el arquitecto de los famosos, ante la Guardia Civil el pasado mes de octubre dentro de las pesquisas del caso Erial, que afecta de lleno al exministro de Trabajo.

El estudio de Torres tenía la exclusiva para desarrollar los proyectos en esta urbanización madrileña. El arquitecto declaró que conoce a Zaplana porque el expresidente compró una casa a la Urbanizadora Somosaguas –propiedad de Luis García Cereceda–. Una parcela que ya tenía una vivienda, aseguró que Zaplana nunca vivió allí, que desconocía el montante económico de la operación y que tiempo después la casa la adquirió de nuevo Urbanizadora Somosaguas.

Torres asegura que la casa se compró a través de otra persona que ejercía de testaferro, «pero todas las instrucciones en relación al inmueble las daba Eduardo Zaplana». En su declaración, el arquitecto piensa que esta compra «fue una operación especulativa, una forma de hacer negocio» y apunta que el expresidente de la Generalitat «ganó mucho dinero con la operación porque la compró y la vendió dos años después». Aseguró que se reunió dos veces con Zaplana, que las reformas previstas en el inmueble nunca se ejecutaron y que no tenía intención de vivir en esa casa.

El arquitecto señaló que Zaplana llegó acompañado de una persona de Alicante pero no sabe si era Joaquín Miguel Barceló, administrador de Costera del Gloria y amigo del exministro. Torres asegura que esa persona con la que iba había firmado más cosas con él como testaferro y que era gente de su absoluta confianza.

La Guardia Civil pregunta al testigo si sabe por qué Zaplana, en 2007, transmitió de nuevo la propiedad a Urbanizadora Somosaguas, a la que había comprado unos años antes el inmueble. A esta pregunta Torres señala que cree la compra y posterior venta fue para hacerle un favor al político, que desconoce el motivo que llevó a García Cereceda a hacer esta operación y que piensa que todo fue un movimiento especulativo.

Además, apunta que esta forma de actuar era habitual en García Cereceda «pero la operación más extraña fue con Zaplana». Torres apuntó que eran movimientos sin lógica comercial, que vendían por debajo del mercado y compraban a precio de mercado, por lo que no era un movimiento normal para una inmobiliaria. Para el arquitecto, el dueño de la inmobiliaria lo que buscaba era obtener el favor de políticos para desarrollar proyectos.

Torres acudió a una comida en 2006 en la que también participaron el propio Zaplana, Joaquín Miguel Barceló, el empresario García Cereceda y el periodista Luis Herrero, íntimo amigo del expresidente de la Generalitat. Zaplana intentó comprar alguna otra vivienda pero pedía mejores condiciones, a lo que García Cereceda decía que Zaplana «era un cachondo».