Zaplana, con su abogado, en uno de los días de juicio del caso Erial. Damián Torres

Belhot confiesa que Zaplana le contrató para esconder su fortuna en el extranjero

El abogado uruguayo declara que le informaba trimestralmente, pero «destruía los extractos para que no se le vinculara con esos activos»

A. Rallo

Valencia

Miércoles, 24 de abril 2024, 15:54

Fernando Belhot es un abogado uruguayo, asesor fiscal especializado en estructuras off shore. Su declaración en el caso Erial resultaba clave porque es el hombre que supuestamente manejó en la sombra durante años el dinero del expresidente procedente de comisiones por adjudicaciones amañadas. «El dinero ... era de Zaplana», aseguró en repetidas ocasiones a lo largo de más de dos horas y media de declaración.

Publicidad

El testigo siguió el guion de incriminación previsto, el mismo que ya desarrolló en la declaración que prestó ante la Fiscalía Anticorrupción y donde en virtud de esa colaboración mutó su condición en el procedimiento, de investigado a testigo. Explicó que conoció a Zaplana en 2009, como «hombre de prestigio» y que consideró que sería una buena puerta de entrada para conocer a empresarios y mercantiles con quienes hacer negocio. Posteriormente, la idea era que el exministro cobrara una comisión en caso de éxito.

Meses más tarde, le propone que tiene un amigo, Joaquín Barceló, con una serie de empresas y dinero en el extranjero. Todos, Zaplana, Belhot, Barceló y Francisco Grau, se reunieron para analizar el entramado empresarial. «Les expliqué que la estructura de Imison no era la idónea. Propuse el modelo de empresas uruguayas con un secreto bancario de los más poderosos del mundo y, además, sólo tributan las inversiones en ese país».

Barceló era, en apariencia, un hombre de paja. «Era a Zaplana a quien le consultaban luego, el que tomaba las decisiones». Al final, según el testaferro, «Zaplana me confirmó que el dinero era suyo, pero no quería aparecer por su pasado en la política». El testigo explicó en qué consiste la fiducia. «Es un acuerdo verbal, donde se actúa por cuenta y orden del verdadero titular», precisó. Es fundamental la «confianza» en el administrador. El acuerdo, en el que no consta documento escrito, consistía en el pago del 0,75% del patrimonio gestionado y posteriormente un bonus de la rentabilidad obtenida. »Pero nunca lo cobré«.

Publicidad

El testaferro le informaba trimestralmente de todos las operaciones en reuniones en Madrid, explicó. «Y Zaplana los destruía, era muy cuidadoso. No quería nada en su poder que lo vinculara a esos activos». El exministro, según el testimonio, quería mantener parte del activo en líquido. «No estaba de acuerdo porque se pone en riesgo el capital». señala el experto. Quería parte en efectivo para sus gastos e «incluso pensó en hacerse un trasplante en Estado Unidos por un problema de salud».

El modelo de los agentes cambiarios

Entre 2016 y 2017 se le envió «bastante» dinero en efectivo, continuó. Se le entregaron, siempre según sus cálculos, 2,3 millones de euros. Era un procedimiento de «agentes de cambio», muy habitual en Sudamérica. Se buscaban contactos en España con dinero «vivo». Ese le daba el dinero a la secretaria de Zaplana y luego al cambista se le daba la cantidad entregada en España a cambio de una comisión. «No era muy ágil, tardaba varios meses, pero era la única forma».

Publicidad

Los fondos en Andorra eran «en su mayoría de Zaplana», ha confesado Belhot. Este dinero se gastó «en la compra de fondos de un banco griego que se arruinó y otros en la BPA». Este último se trataba de un banco andorrano que se vio inmerso en una investigación por corrupción.

La defensa de Zaplana, en cambio, ha tratado de presentar a Belhot como un inversor de su propio patrimonio. Nada de gestionar el dinero del exministro. Así ha tratado de restar credibilidad a su testimonio y le ha preguntado por las transferencias de cuentas controladas directamente por él, pero con dinero de Zaplana, a depósitos de su titularidad. Una cantidad que Belhot trató de justificar con el dinero que se había adelantado a la secretaria de Zaplana a través del sistema de agentes cambiarios.

Publicidad

En este punto, el testaferro apenas fue claro y no ofreció detalles concretos del funcionamiento de esta operativa. Se trata de un modelo de blanqueo de dinero por el que se hace llegar una cantidad en efectivo a una persona en España por parte de un intermediario y a este, o a su cliente, se le hace una transferencia en el país de origen, en este caso, Uruguay. Pero, al parecer, no existe un cómputo real de que esas supuestas transferencias alcancen los 2,3 millones. La secretaria de Zaplana, por su parte, negó la participación en este operativo.

El abogado también le preguntó acerca de si no es habitual que en una fiducia figure un contrato en el que se designen los herederos por si le ocurriera alguna fatalidad al titular de esos bienes. Belhot respondió que eso depende. Recordó una conversación con el expresidente antes de someterse a un trasplante cuando le dijo que si le pasaba algo, que entrara en contacto con su hija mayor «que no sabía de esto».

Publicidad

Finalmente, Belhot admitió que existía un documento privado en el que reconocía que él no era titular de los fondos de la sociedad por si en el caso de que él falleciera, su mujer, cotitular de la cuenta, supiera a quién le correspondían esos millones de euros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad